sábado, 2 de noviembre de 2019

La lengua de la 44ª semana de 2019


Álex Grijelmo trató el lunes en La lengua como víctima en Cataluña la sutil manipulación que hizo la emisora de radio RAC 1, del grupo Godó, cuando el 17 de octubre tradujo al catalán las informaciones sobre aplazamiento del partido Barcelona-Real Madrid de Sport y El Mundo Deportivo, diarios ambos publicados en Barcelona en castellano. Y es que la reseña de lo publicado en las cabeceras madrileñas As y Marca se hizo, en cambio, en el español original. Artera forma de relacionar el idioma catalán con lo de dentro y el castellano con lo de fuera, cuando los cuatro originales estaban escritos en el mismo idioma.

En relación con la reflexión final del periodista, casi nos parece más preocupante que la manipulación fuera inconsciente, porque pondría de manifiesto lo profundo que habría calado el machacón adoctrinamiento que inculca que el catalán es “la lengua propia de Cataluña” y que el castellano en una lengua ajena.

Ese episodio nos invita a traer una viñeta del canadiense Pascal publicada en abril en el diario Le Devoir de Montreal (¡Tranquilos! La tecnología arreglará el problema). Una pieza dedicada a una curiosa polémica lingüística vivida en Quebec cuando se filtró el proyecto de hacer obligatorio saludar en francés a los clientes de los comercios. Medida que suponía prohibir de facto la habitual bienvenida bilingüe "bonjour/hi" practicada en Montreal (más sobre eso, en inglés).

Enorme el daño que hace a la comunicación, y también a esa concordia que por aquí se premia anualmente, el uso de las lenguas como arma que es tan identitario de los nacionalismos. Y a todo esto, a falta de ideas sobre como sacar a nuestra geriátrica región del agujero, ¡el Psoe astur empeñado en la oficialidad de ese bable que tan pocos hablan! Ya vendrá (más si cabe) lo de la viñeta canadiense.

Pasamos al Cervantes Virtual, una web desde la cual Judit Freixa Aymerich pudo obviar la huelga impuesta por los más bestias en su universidad, que es la Pompeu Fabra. Lo hizo con un Martes Neológico, el más breve que recordamos (600 palabras), dedicado al glifosato. Este es un pesticida, de fórmula química C₃H₈NO₅P, que aglutina en su denominación tres elementos: gli- (glicina), –fos- (fósforo) y el sufijo –ato aplicado por la química a ciertas sales. Un producto desarrollado por la compañía  Monsanto, que se comercializa desde 1974 con el nombre de Roundup  (no Rondop como dice el artículo, impertérrito ante la advertencia formulada en un comentario).

Explica la autora que se trata de un producto cuya acción es no selectiva y sistémica, esto es, que es efectivo en la mayoría de plantas anuales y perennes. Asimismo recuerda que en marzo de 2015 la Organización Mundial de la Salud clasificó ese herbicida, que es el más utilizado en el mundo, como «probablemente cancerígeno en humanos». Pero al año siguiente un comité mixto de la OMS y la FAO emitió un informe en el que se aseguraba que no constituye un riesgo para la salud, por lo que en 2017 la Unión Europea renovó el permiso de uso por un período de cinco años (enlace a la recopilación de viñetas realizada entonces por Cartooning for Peace, de la que hemos extraído la adjunta de Joep Bertrams). Una autorización que no ha impedido que en los últimos años su uso se haya ido prohibiendo en distintos lugares del mundo, particularmente en Europa. Eso cuando la compañía Monsanto, adquirida por Bayer en junio de 2018, ha sido condenada en Estados Unidos a pagar millonarias indemnizaciones a perjudicados por el uso de ese producto.

Una vez metidos en neología, constatar que esta semana hemos escuchado bastante la palabra jubilenials. Una composición de jubilados con milenials de la que hemos encontrado antecedentes de uso el pasado año, pero ahora vemos especificada como aplicable a la horquilla de edades 55-75. Tremendo que en el comienzo de ese rango de edades haya quien puede prefijarse con un apócope de jubilado.

En el Reino Unido ha vuelto a tomar uso brexmas, un término ya utilizado en 2017 cuando parecía que la salida de la UE iba a ser un proceso rápido. Pues el Happy Brexmas que ilustramos con una viñeta del australiano David Rowe vuelve con carga electoral.

Eso cuando el Urban Dictionary hace meses que registra como acepción de brexiting ‘despedirse de todos en una fiesta y luego quedarse’.

Fundéu inició la semana validando el término conspiranoia como adecuado y preciso para referirse a la tendencia a interpretar determinados acontecimientos como una conspiración. Añaden que es una voz acuñada en 1989 por el sociólogo Enrique de Vicente, inicialmente utilizada con sentido humorístico. Pues parece que estamos perdiendo sentido del humor. 

Al día siguiente recomendaron la expresión sin cajas como alternativa al anglicismo cashierless. Y el miércoles recordaron que es competitividad, y no competividad, el término adecuado para referirse a la capacidad de competir.

Anteayer señalaron que el sustantivo hiphop, escrito en una sola palabra y sin necesidad de resalte, es la adaptación al español del inglés hip hop. Y aún publicaron una segunda entrada con un audio que muestra la correcta pronunciación del nombre de el nuevo líder del Estado Islámico: Abu Ibrahim al Qurashi. Esperamos no tener que escucharlo mucho.

El carácter festivo de la jornada de ayer no les impidió añadir una recomendación más: utilizar en el ámbito de la demoscopia la expresión sondeo continuo (o continuado) como alternativa al anglicismo tracking.

Pasamos al Laboratorio del Lenguaje del Diario Médico, donde Fernando A. Navarro publicó el lunes ¿Volframio, wolframio o tungsteno? Un artículo que comienza con un recordatorio de que solo tres de los ciento dieciocho elementos químicos conocidos fueron descubiertos por españoles. Y que ninguno de los tres son denominados actualmente como lo hicieron sus descubridores. En 1735 Antonio de Ulloa llamó ‘platina’ al que hoy llamamos ‘platino’, en 1801 Andrés Manuel del Río dio el nombre de ‘eritronio’ al que conocemos por ‘vanadio’ y los hermanos Juan José y Fausto Delhuyar optaron por volfram para el que descubrieron en 1783. Este es el que la IUPAC denomina oficialmente en inglés tungsten y en español puede verse como wolframio, wólfram o tungsteno.

La última opción, del sueco tung (pesado) y sten (piedra), o sea, «piedra pesada», es desde 2014 la recomendada por la RAE. Pero la Academia ha mantenido un criterio vacilante a lo largo de la historia y en febrero de 2017 firmó un acuerdo con la Real Sociedad Española de Química para pasar a recomendar nuevamente wolframio a partir de la próxima edición del Diccionario. Un nombre con el que, por cierto, aparece en la crisis diplomática que vivió la dictadura de Franco con los aliados de la Segunda Guerra Mundial iniciada en octubre de 1943 y cerrada en abril de 1944.

Interesante la aportación que hace el autor de un fragmento del artículo «Analisis quimico del volfram, y exámen de un nuevo metal, que entra en su composicion por D. Juan Joséf y Don Fausto de Luyart de la Real Sociedad Bascongada» en el que los descubridores explican su elección de la abandonada denominación  volfram.

La siguiente entrada fue Proverbios urológicos y medicina científica (y II). Un artículo en el que Remigio Vela Navarrete explica la vigencia de Quien no mete el dedo, puede meter la pata. Ojo (y dedo) a esas próstatas.

Por cierto que la palpación también estuvo presente en la viñeta de Esteban en la que el filólogo madrileño retuerce la expresión darse por enterado. La acompañamos con sus dos reflexiones de ayer sobre las piruetas verbales que nos aguardan en los próximos días.



La paráfrasis de Malagón para el Día de difuntos nos la vamos a dejar a mano, porque nos da puede ser de utilidad para la proclamación de los resultados del 10-N.

Proseguimos con la parodia de Asier en '20 minutos' del nombre del gigante farmacéutico que ya hemos encontrado al tratar sobre el glifosato. A su lado la versión de hoy mismo de Padylla del gadget sexual de moda puesto al servicio de la erótica del poder.



Entre los diversos lingüismos propuestos por Postigo en 'el Periódico de Aragón' vamos a destacar su valoración de los resultados de Ciudadanos en el último CIS como "Encuesta abajo"Debajo puede verse como incidió Andrés Meixide en su viñeta de Halloween en el contraste entre el afán importador de algunas costumbres foráneas y el limitado nivel medio de inglés del español medio.


Esta última tira nos ha traído a la memoria el fenómeno que nos gusta llamar hiperpronunciación. Quizá ya hayamos contado en algún apunte anterior la risa que nos entró al escuchar a una ínclita ovetense denominar Meifor a un elegante comercio santanderino, cerrado en 2001 tras 71 años de historia, cuyo nombre Mafor era una contracción del nombre de su fundador Manuel Fernández Oruña. Cosas de frecuentar Macy's, suponemos.

Pasamos a leer un poco de inglés, este de verdad, en las literarias sugerencias para Halloween formuladas por Tom Gauld en The Guardian.


Sigue creciendo la extensa colección de viñetas que hemos visto este año basadas en el "Que coman pasteles" (enunciado original: Qu'ils mangent de la brioche). La respuesta, tradicionalmente atribuida a María Antonieta, a la queja de los campesinos de que no tenían pan para comer. En el apunte La semana en viñetas 34/2019 puede verse una recopilación de versiones previas, a las que ahora se une una segunda pieza de David Rowe sobre la resistencia australiana a dejar de calentar el planeta con su intensa producción de carbón.

Y como, Tom Gauld aparte, hoy no han abundado las referencias literarias (dejamos para mañana el único Tenorio que hemos visto), finalizamos con el quijotesco Rapto de la Catrina creado en 2017 por Ángel Boligán para  el cartel de la décima edición del Otoño Cultural Iberoamericano.







P.S.- Se nos hace una obligación moral añadir el último párrafo de la columna Calabazas que hoy ha publicado Fernando Savater en El País

Peter Handke ha ganado merecidamente el Nobel, a pesar de sus loas a Milosevic y la turbia causa serbia. Pero, claro, el capricho de ensalzar a un genocida no ha sido infrecuente entre los escritores contemporáneos, es casi una enfermedad del oficio como la silicosis de los mineros. Ahora bien, si Handke hubiera sido acusado de que hace 30 años tocó el culo a su secretaria sin permiso, se hubiera quedado sin Nobel. Así son las calabazas de la moral.





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