sábado, 16 de noviembre de 2019

La lengua de la 46ª semana


Álex Grijelmo dedicó el artículo El ‘loft’ sale del desván al término inglés que originariamente significa precisamente el desván del que le observa salir. Tras recorrer la evolución semántica de ese anglicismo, el lingüista periodista propone alternativas como “un vano”, “un diáfano”, “un desván” o “un ático” que, no solo asume imperfectas, sino que también admite, con sincero realismo, que chocan con el principio de que cuanto se nombra en inglés puede venderse a mayor precio. Mal enemigo es don Dinero, incluso para la ortodoxia lingüística.

En el propio diario El País, Jaime Rubio Hancock publicó Cómo el término “mena” invisibiliza a los niños migrantes. Un artículo en el que llega a la obvia conclusión de que poco aportaría cambiar esa denominación si la sustituta arrastra las mismas connotaciones negativas. Y en La lengua de la 18ª semana ya comentábamos, aunque bastante por encima, el lingüístico efecto dominó preconizado por Bolinger. Una teoría entonces aplicada por Grijelmo a Los lenguajes identitarios

En todo caso, malo sería tratar de negar, aún con el bienitencionado fin de no estigmatizar, el mayor riesgo que corre de caer en la marginalidad quien carece de estabilizadores familiares. La realidad pocas veces es políticamente correcta, máxime cuando en esto de la integración de los menas parece que se habla más que se hace.

Pasamos al Centro Virtual Cervantes, donde Mar Campos Souto trató en el Martes Neológico sobre el moderno significado de avatar, esto es, la ‘personalidad virtual que puede adoptar un usuario en internet’. Un artículo que comienza recordando antecedentes del concepto como seudónimo, heterónimo o nickname (o nick).

Destaca la autora la importancia que allá por 1994-95 tuvo el éxito de Habitat, el primer videojuego multijugador en línea de participación masiva, que luego obtuvo un amplificador eco en la prensa. Pero ello sin olvidar que el Oxford English Dictionary incluye desde 1986 esa acepción del término sánscrito tan vinculado a la religión hindú con la definición ‘representación gráfica de una persona o personaje en un entorno generado por un ordenador, especialmente el que representa a un usuario en un juego interactivo u otro entorno […]’. Lo que no hemos conseguido encontrar es la viñeta de El Roto citada, que no es la que el diario El País archiva en la fecha  que se indica: 11/06/2016.

En la neología más cutre, recordar el ruido que armó el abortorio utilizado por un parlamentario andaluz de Vox (más detalles). Pero una simple consulta en Google permite advertir que no es un uso novedoso. Mal asunto es alimentar la crispación. 

Pasamos a Fundéu, que el lunes aclaró que la locución en aras de es invariable y significa ‘en favor de’, no ‘a fin de que’. Al día siguiente se ocuparon de no ser quién, que es ‘carecer de la capacidad o habilidad para hacer algo o, más corrientemente, no tener derecho o autoridad moral para ello’.

Prosiguieron los urgentes con un apunte sobre el neologismo videoblog. Un artículo que ilustraron con un ejemplo propio que tiene una duración superior a quince minutos, lo que nos parece absolutamente incoherente con el enfoque de los artículos de su web. Y ese mismo día publicaron una segunda entrada en la que recomendaron la forma cuórum (plural cuórums) como adaptación adecuada al español del latinismo quorum (no quórum).

El jueves recomendaron utilizar la denominación rohinyá (con la hache aspirada; plural rohinyás), con preferencia a rohingya, para referirse al atribulado pueblo musulmán originario del oeste de Birmania [La adjunta viñeta es de Steph]

Y ayer se ocuparon de la concordancia de las construcciones comparativas cuanto más y cuanto menos. Un apunte que emparejaron con una más de las frecuentes entradas que vienen dedicando a los nombres propios. Hemos dejado de reseñarlas, pero nos congratulamos de ver rectificada en la de Jeanine Añez la presentación de la grabación, en otras ocasiones calificada de pronunciación adecuada, como pronunciación más habitual en ese país (en este caso Bolivia).

Fernando A. Navarro publicó el pasado sábado en el Laboratorio del Lenguaje del Diario Médico El galimatías terminológico de la eutanasia (I). Un ciertamente delicado asunto cuyo debate se ve obstaculizado por el confuso uso que se hace de la palabra eutanasia, lo mismo para hablar de los asesinatos sistemáticos cometidos en los hospitales psiquiátricos de la Alemania nazi bajo el III Reich que para hablar de la administración de morfina analgésica en un servicio hospitalario a un anciano agonizante con cáncer metastásico y demencia avanzada, pasando por el suicidio de un enfermo terminal con la ayuda de un ser querido y otras situaciones de lo más variado. Muy pertinente reflexión ante lo infructuoso que está condenado a ser cualquier debate carente de un lenguaje preciso.

Laura Tardón publicó el martes Margarita Salas (1938-2019): la ciencia española se despide de un referente. Una escueta semblanza biográfica de la primera mujer española que, en mayo de 2007, fue nombraba miembro (our apologies to NYC resident Bibiana) de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

Y lo último que hemos leído en el blog médico es el muy breve apunte del jueves titulado Vocablos médicos olvidados (V). Afusión, bocacho, morcillo y sitibundo son los elegidos en esta ocasión por Fernando A. Navarro.

Pasamos al lenguaje del humor con la literaria evocación de la contraposición electoral que Gallego y Rey publicaron en La Esfera de Papel de El Mundo en la jornada de los últimos comicios.

Ya el lunes, Miki y Duarte sumaron a las cuatro ya reseñadas la semana pasada una nueva viñeta sobre las novedades del Diccionario. Una valoración del resultado electoral en la que no falta el exitoso zasca, pero también incorpora otras dos no tratadas hasta entonces por el humor: arboricidio y mensajear.


Si en las anteriores negociaciones de investidura una destacada logomaquia giró sobre si aquello iba de gobierno de coalición o de cooperación, en esta ocasión Esteban se anticipa con la interesante propuesta de gobierno de confabulación. Eso mientras Ignacio Camacho proponía desde Abc sustituir por Arcimboldo el Frankenstein acuñado por Rubalcaba. 

Proseguimos con Javi Salado, que representó con dos bien expresivas alforjas un dicho que ha sido muy asociado con estas nuevas elecciones.


El equívoco es un recurso humorístico muy productivo que esta semana ha tenido un uso bastante macabro por parte del humorista francés Dominique Goubelle en Charente Libre: 'por favor abróchense los cinturones' es lo que escuchan esos yihadistas en el avión que los devuelve a Francia.

Pasamos al terreno de la literatura con Gallego y Rey, que publicaron ayer un atinada valoración de la concesión del Cervantes a Joan Margarit. Sin demérito del galardonado, llamativa ha sido la sinceridad de la presidenta del jurado cuando declaró "haberse dejado llevar por la decisión del resto del jurado". Ya nos gustaría saber cuantos de su miembros del mismo tenían en su casa algún libro del arquitecto poeta.


También nos llamó la atención la referencia que hizo Peridis en su viñeta del miércoles al drama histórico en tres actos Traidor, inconfeso y mártir. Pero nada que ver con la trama argumental de esa obra  escrita por José Zorrilla en 1849.

Terminamos en inglés con una referencia al lenguaje de la publicidad de una viñeta de Chris Riddell. El Because I’m Worth It! que pone en boca de Boris Johnson es uno de los más exitosos lemas publicitarios. El que L'Oreal aún mantiene en uso, aunque con un cambio de por medio del yo en tú, casi medio siglo después de que fuera ideado en 1973 por la copywriter Ilon Specht de la agencia McCann Erickson (más detalles y vídeo del primer anuncio en el que fue utilizado por Joanne Dusseau).







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