Veíamos ayer como la revista 'MIT Technology Review' ha llevado a su portada de enero una conocida imagen reversible. El objeto era ilustrar la información sobre las modernas investigaciones en torno a la alteración del 'reloj biológico'. Y basta un giro de 180 para operar el rejuvenecimiento del rostro de la anciana de esa portada (focalice su vista en la nariz mejor que en los ojos). Muy oportuno grafismo.
La utilizada es una imagen bastante popular que anteriormente ha podido verse en algunas piezas publicitarias o, mismamente, en las botellas de la cerveza lituana que la compañía Rinkuskiai etiqueta con una coqueta variante del retrato que adorna pelo o cuello, según proceda, con un lazo.
Lo cierto es que a la cerveza le va este juego, aunque habitualmente en su variante de la cara serie que pasa a sonriente. Podemos comprobarlo en las botellas de la pequeña cervecería tejana Shiner o en las de la marca Double Trouble de la también estadounidense Founders donde nosotros vemos un simultáneo cambio de sexo.
Lo cierto es que a la cerveza le va este juego, aunque habitualmente en su variante de la cara serie que pasa a sonriente. Podemos comprobarlo en las botellas de la pequeña cervecería tejana Shiner o en las de la marca Double Trouble de la también estadounidense Founders donde nosotros vemos un simultáneo cambio de sexo.
Ese tipo de 'ilustraciones reversibles' son conocidas desde antiguo. El que tenemos por primer ejemplo conocido, que hemos visto fechar hacia 1520, es una imagen de Martín Lutero que al girarla convierte al impulsor de la Reforma en un bufón.
Esa transformadora sátira no tardó en ser aplicada a la Iglesia Católica porque otra de las primeras piezas conocidas es una medalla acuñada en el último tercio del siglo XVI con el lema latino 'Corvi malum, ovum malii' (del mal cuervo sale el huevo malo).
Transcribimos un extracto del estudio "Arte e Inquisición en la España de los Austrias" (Boletín del Museo e Instituto "Camón Aznar", nº 70 de 1997) de Enrique Cordero de Ciria:
"El 15 de noviembre de 1576 se prohíben unas monedas labradas en Flandes introducidas al parecer por Sevilla, que tenían en el anverso una imagen del papa que vuelto del revés tenía cuernos y rostro de demonio, con la letra Mali corvi malum ovum o Ecclesia perversa tenet faciem diaboli, y en el reverso la imagen de un cardenal que vuelto del revés tenía el aspecto de un loco, con la letra stulti aliquando sapite. De Sevilla, en efecto, se remiten medallas de esta naturaleza y diversos edictos hacen mención de ellas."
En 1681 Jaime Salgado, un fraile exclaustrado huido a Inglaterra, publicó en Londres un opúsculo titulado Symbiosis Papae et Diaboli, ut et Cardinalis et Morionis cum Adnexa utriusque Effigie, et brevi eius explicatione que comenta esas medallas y reproduce las imágenes del anverso papa/diablo (veram illam Apocalypticam bestiam) y el reverso cardenal/bufón.
Las mismas imágenes también fueron incluidas en el libro 'The Church of Rome' del jesuita convertido al protestantismo Pierre Bérault publicado en Londres en 1682 por Tho. Hodgkin (enlace a un facsímil en Internet Archive). Se ve que esas creaciones gozaban de cierta popularidad en la capital británica (el pie del grabado dice 'Sold by William Marshall at the Bible in Newgate street').
A continuación mostramos una variante de esos dibujos procedente del espléndido archivo de la Universidad de Heidelberg. Pertenecen a un álbum conservado en la biblioteca de Bad Arolsen y podrían ser de comienzos del siglo XVII, pero la datación no está muy clara.
El primer cultivador de estos juegos cuya identidad está plenamente acreditada es el grabador Theodor De Bry (1528 – 1598). A su maestría se debe el grabado 'Orgueille Et Follie' (Orgullo y locura) fechado en torno a 1588 (algunas fuentes apuntan 1578, las que citan 1558 son claramente erróneas). La imagen central es un grotesco retrato papal que, a imitación del Lutero anteriormente visto, se torna en bufón.
Forma parte de una serie de cuatro grabados creada como decoración para platos en la que se incluye una representación del Duque de Alba rotulada como 'Le Capitaine des Follie' (sic). El medallón que luce en el pecho es la imagen invertida de un bufón, ello dentro de una composición en la que aparece rodeado de un completo repertorio de iconos relacionados con la locura.
El primer cuadro reversible de la historia es el titulado "El asado" (ca. 1570) obra del pintor italiano Giuseppe Arcimboldo. Más adelante, entre 1587-1590, este singular artista volvería sobre el concepto con “Cesta de fruta” y “El hortelano”. Como puede verse a continuación se trata de transformaciones de naturalezas muertas en rostros, por lo que nos apartan un poco de nuestro objetivo de repasar transformaciones de una cara en otra.
Como el asunto es extenso y lo ejemplos numerosos, vamos a centrarnos, como propone el título de hoy, en la particular tipología de transformaciones basadas en el paso del tiempo, como es la que abre el apunte.
Y qué mayor paso que el marcado por la muerte. Un recordatorio (memento mori) que ejercen las llamadas Vanitas como la creada a mediados del siglo XVII por el grabador suizo Matthäus Merian, el Viejo (1593-1650). Nos ha llegado a través de las copias de su obra realizadas por Jacques-Antony Chovin (1720-1776) que las publicó a partir de 1744. La que sigue está incluida en el libro "La danse des morts, comme elle est dépeinte dans la louable et célèbre Ville de Basle pour servir d'un miroir de la nature humaine” publicado en 1744. Nótese que es el primer ejemplo que encontramos en nuestro recorrido histórico de perspectiva frontal. En estas, a diferencia de los perfiles anteriores, se utiliza el mismo ojo en ambas vistas.
Algo posterior es la interpretación del concepto del grabador parisino Jacques Lagniet (1620? - 1675), claramente basada en la anterior en el caso del primer retrato, que fue incluida en el "Premier livre des proverbes" (1657-63).
De imprecisa datación, probablemente también del siglo XVII, es el siguiente ejemplo español que apoya el juego en rimados proverbios.
Pasamos al siglo XX de la mano de Rex Whistler (1905 - 1944). Este fue un artista británico que, tras descubrir los juegos con la imagen papal, comenzó a explorar la creación de retratos similares para acabar convirtiéndose en un consumado especialista. La recopilación más famosa de sus creaciones es el libro ¡OHO!, publicado en 1916. En su portada se opera uno de esos rejuvenecimientos que estamos tratando, aunque con el paradójico efecto de entristecer a la afectada. Bueno, también puede interpretarse como un cambio de personaje ¿madre e hija?
Tras otro ejemplo, este en masculino, que tenemos en versión portuguesa pasamos a ver la aplicación del juego a la 'mascota' de la revista Cracked , el conserje Sylvester P. Smythe, que hizo el ilustrador John Severin en la portada del número de enero de 1965.
En 1993 el semanario The New Yorker se sirvió del concepto para crear en su número navideño una reversible versión de la tradicional metáfora anciano-niño que ha sido tradicionalmente utilizada para contraponer el año que termina con el que se inicia. Es notable como la ilustración de Richard McGuire también aprovecha para jugar con el llenado del reloj de arena.
En 1993 el semanario The New Yorker se sirvió del concepto para crear en su número navideño una reversible versión de la tradicional metáfora anciano-niño que ha sido tradicionalmente utilizada para contraponer el año que termina con el que se inicia. Es notable como la ilustración de Richard McGuire también aprovecha para jugar con el llenado del reloj de arena.
Otro interesante ejemplo de recurso a ese juego pudo verse en dos ejemplares consecutivos del suplemento semanal del Kansas City Star llamado FYI Weekend Preview: el que cerraba 2012 y el primero de 2013.
Nuevamente se recurría a la metáfora anciano-niño. La particularidad es que, como puede verse, básicamente se trataba de la misma imagen, aunque las adjuntas ilustraciones permiten apreciar que, aparte de año rotulado en corona y banda respectivamente, también había algunos cambios en la pilosidad de la barba-cabello así como en el color de la nariz.
Y aquí vamos a dejarlo por hoy tras ver como rejuvenece la adjunta pareja a la que añadimos unos ejemplos finales que se comercializan como vasos, ciertamente más logrados en femenino que en masculino. Otro día volveremos con más tipologías de figuras reversibles para ir recorriendo cambios hombre-mujer, triste-contento, cara-cuerpo y todo un cajón de sastre de otras variadas transformaciones.
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