CA de California y ZA de Zamora, aclaramos.
Merece un estudio sociológico la mala prensa que tienen las presas. Aunque luego haya que ver cómo se pone el personal cuando abre el grifo y no sale agua. Así que el incidente de Oroville, que ciertamente es grave, ha desatado algo de sensacionalismo y la inevitable coletilla de 'por qué no se escuchó a quienes cuestionaron hace años su seguridad'. Una pena que no se den más detalles de los fundamentos de esos avisos. A quien nada hace, nada se le rompe. Pero tampoco nos da de beber, ni a nosotros, ni a nuestras verduras.
¡Ay, esas, en esto sin tilde, lucidas periodistas de la sexta de las cadenas de televisión! Si el problema tan solo fuera la 'fuga sin control' de 100.000 m³ de agua. Vale que no son magnitudes de todos los días, pero hay que cuidar los detalles y, si no, dejarse de postureos tecnicistas que a la inmensa mayoría de la audiencia nada dicen. Ese volumen, que es el de 40 piscinas olímpicas, es el que estaba vertiendo por minuto el aliviadero cuando se quebró (trabajando por debajo de la mitad de su máximo). La capacidad del embalse afectado es 43.000 veces mayor, pero el riesgo inmediato es el vertido de la lámina superior de 9 m (la altura del 'tocado' aliviadero de emergencia) que son casi 6.000 veces esos 100.000 m³.
El incidente ha sido la consecuencia de la rotura del probablemente no muy bien construido y, con seguridad, peor conservado desagüe superficial. Tiene toda la pinta de que la acción del agua había descalzado previamente la solera de esa canalización. Adjuntamos unas imágenes que permiten ver la rotura que, en caso de persistir el flujo de agua sobre la misma, provocaría una rápida erosión hacia el cuerpo de la presa que acabaría por poner en peligro su integridad. Ese es el riesgo, no la espectacular fractura en sí.
Afortunadamente, como puede apreciarse mejor en la foto que sigue, el fallo se ha producido en un punto no muy próximo al dique, distancia que concede un considerable margen de actuación. Las avenidas son fenómenos más o menos largos, pero siempre transitorios.
Y desde luego nada que ver con algunas tonterías que se han oído como que el agua se estaba escapando por grietas. La típica imagen en que se apoyaban esos comentarios son las del funcionamiento del aliviadero de emergencia que, por cierto, entraba en servicio por primera vez desde la inauguración de la presa en 1968. Pero solo puede cumplir esa función durante cortos periodos de tiempo porque el curso que sigue el agua tras utilizarlo no está protegido y, nuevamente, hay riesgo de una peligrosa erosión que desestabilice el dique. Así que el exceso de uso que soportó acabó por convertir la integridad de ese punto de la presa en el problema más perentorio. Y ese fue el riesgo que desencadenó la masiva evacuación decretada.
Nota: hemos reajustado la incorrecta ubicación de la rotura en esta foto que hemos tomado de aquí |
Añadimos un detalle de ese desagüe de emergencia que permite comprobar que está rematado por una estructura de hormigón para permitir el desbordamiento del agua sin que se produzcan daños en la coronación. Nada que ver con el fenómeno de rebosamiento que en 1982 destruyó la presa de Tous en Valencia. Un fenómeno ocasionado porque entonces no pudieron abrirse las compuertas por falta de energía para accionar los motores, pero esa es otra historia. La que precisamente justifica que los aliviaderos de compuertas como los de la americana dejaran de utilizarse en España en este tipo de presas. Una decisión que no sale gratis porque comporta un apreciable desperdicio de capacidad de embalse, pero cada país es tributario de sus tragedias.
¿Y qué pinta Zamora en todo esto?, imaginamos que estarán preguntándose a estas alturas. Pues que en 1934 la presa de Ricobayo sufrió la mayor erosión regresiva que se haya visto en una de esas construcciones. En aquella ocasión fue originada por la rotura del granito, de resistencia inferior a lo esperado, sobre el que impactaba el agua vertida. Ello condujo a que en pocos meses se produjera un retroceso erosivo de casi 200 m que en años posteriores se aproximaría a los 300. Eso en roca, cierto que muy diaclasada. Imagínense lo que podría pasar en poco tiempo en el mucho menos resistente terreno de Oroville.
Adjuntamos un gráfico que muestra las fases del devastador fenómeno ocurrido en Ricobayo y unas fotos en las que puede verse donde vertía inicialmente el agua y donde lo hace ahora tras crear una espectacular 'cazuela' de 100 m de profundidad.
Fuente |
Pues ni siquiera tiene entrada propia en la Wikipedia a la que poder remitir a quien quiera saber más sobre él.
P.S.- Reparamos, tras haber publicado el apunte, que el incidente ya tiene un bien documentado artículo en la, en esto, muy diligente Wikipedia: 2017 Oroville Dam crisis
Adenda 17/2: La Opinión de Zamora publicaba ayer un artículo basado en la misma analogía que nos inspiró a nosotros. En el mismo se incluye una interesante foto tomada durante los vertidos de enero de 1935 que nos permitimos traernos prestada.
También incluyen una referencia, que nosotros injustamente omitimos para no extendernos demasiado, a la gran labor desarrollada por el Laboratorio de Hidráulica de Iberdrola instalado en Las Muelas del Pan. Un referente en el diseño de aliviaderos que durante tres décadas dirigió el ingeniero José Luis Blanco Seoane.
Enhorabuena, brillante exposición y narración
ResponderEliminarMuy interesante! Enhorabuena.
ResponderEliminarGracias por el artículo. Muy interesante.
ResponderEliminar¿Algún dato más sobre el incidente de la compuerta de Ricobayo? Sabía que hubo un accidente, pero no que fuera por una compuerta...
En la referencia a ese accidente sigo el enlazado documento “El embalse de Ricobayo y la visita en 1934 de Theodor Rehbock” del profesor de la Universidad de Sevilla Pascual Riesco Chueca.
EliminarEn el mismo dice textualmente que “El álbum no menciona que la rotura de compuerta en esta tubería de carga había ocasionado la muerte a nueve obreros, cuyos cadáveres fueron apareciendo durante el verano río abajo (Fernández Fernández, 2002)”.
También comenta que el vaciado que se estaba realizando mediante una de las tuberías de 3,6 m de diámetro de alimentación de la central hidroeléctrica cuya sección de desagüe se había reducido con una brida con un orificio de salida de 2 m de diámetro. El accidente se describe en los siguientes términos: “Durante los trabajos saltó un relé y la brida fue violentamente despedida, con lo que el agua empezó a salir directamente por la boca de la tubería, a un caudal muy superior a lo previsto.”
En el artículo “Un crimen famoso y 23 víctimas de la presa” publicado en La Opinión de Zamora el 20 de diciembre de 2009 se da el siguiente detalle con las identidades de los fallecidos: “El 30 de junio de 1934 (20.05 horas) la rotura de un cierre hidráulico creó una balsa de 14 metros de hondura muriendo ahogados 9 obreros: Miguel Domínguez (22 años) de Morales del Vino, Ramón González Gañón (26) de Toro (único soltero), Matías Mulas Largo (36) y Alfonso Nieto Martín (33) de Valcabado, Teófilo Rodríguez Romero (38) y Benito Sereño Rodríguez (42) de Bretó de la Ribera, Antonio Iglesias Ufano (20) de Sanzoles, Antoliano Vega Flores (25) de Cubillos y Salvador Santamaría (50) de Burgos”.
(http://www.laopiniondezamora.es/comarcas/2009/12/20/crimen-famoso-23-victimas-presa/405499.html)
Gracias por su interés