
Pasamos al Martes Neológico donde Maximiliano Ramírez Henríquez trató sobre shiatsu. Esta es la denominación japonesa, formada a partir de shi (dedo) y atsu (presión), de una técnica de masaje terapéutico, originaria de China, que consiste principalmente en ejercer presión con los dedos en puntos específicos del cuerpo.

Ya tenemos otra candidata a ingresar en el Diccionario para la lista incluida en el apunte Japonesismos. Y también nos apuntamos gyoza.
Nos vamos a El País, donde Álex Grijelmo tituló “La presidente” del Congreso, según Vox su última 'La punta de la lengua'. Coincidimos con su conclusión de que en España, no así en América (aunque allí también suscite polémicas, que en ese contexto lingüístico hay que considerar espuriamente forzadas), elegir “la presidente” como hacen algunos dirigentes de Vox no son ganas de cuidar la gramática sino de tocar las narices. Y, precisamente por ello, nos parece que su artículo tiene menos interés lingüístico que en otras ocasiones, por más que sirva para descubrir que “presidenta” ya se registra en castellano en 1495, mientras que “presidir” aparece en 1607.
El primer apunte de Fundéu de la semana alertó sobre la confusión entre guarecer(se) y guarnecer. Una jornada en la que también subieron un audio con la poco intuitiva pronunciación original del nombre irlandés Saorise. Poco costaba añadir que significa libertad.
Al día siguiente la aclaración fue entre cota de nieve y cuota de nieve. Tanto nos chocó tan burdo error que nos fuimos en busca de algún ejemplo. Y no tardamos en dar con uno de hace pocos días albergado en el Periódico de Catalunya con una reiteración que denota que no es errata. ¡Hay que ver cómo está el periodismo!
El estreno de la novena entrega de La guerra de las galaxias (Star Wars), nos choca utilizar episodio en el cine, suscitó unas claves de redacción sobre esa película. Entre ellas que una serie de nueve puede denominarse tanto nonalogía como enealogía.
El jueves publicaron unas nuevas claves de redacción, en ese caso sobre los emoticonos, para concluir ayer su ciclo semanal con la lista de las doce candidatas a palabra del año: electromovilidad, desglobalización, neonegacionismo, exhumación, DANA, huachicolero, seriéfilo, influente, emoji, albañila, cúbit y superdesempate.
El domingo 29 de diciembre darán a conocer la sucesora de escrache (2013), selfi (2014), refugiado (2015), populismo (2016), aporofobia (2017) y microplástico (2018).
El criterio de selección exige que sean términos que hayan estado presentes en el debate social y en los medios de comunicación, así como que por su formación, significado o dudas de uso, ofrezcan interés desde el punto de vista lingüístico y, por ello, hayan sido objeto de alguna de las recomendaciones de Fundéu. Esto último entendemos determina que la cuota de feminización del lenguaje se cubra con albañila, que ha tenido una relevancia insignificante, en vez de con el más lógico presidenta que ya hemos visto antes las controversias que está generando.

Y no negamos haber apoyado nuestra elección en el hecho de que la Word of the Year 2019 del Diccionario Oxford es climate emergency. Eso mientras los responsables del Merriam-Webster se han decantado por hacer un guiño a la creciente relevancia de las categorías de género no binario para escoger el pronombre neutro They.
Pasamos al Laboratorio del Lenguaje del Diario Médico donde el sábado pasado nos dejamos sin comentar El diccionario académico se actualiza (II). Un artículo en el que Fernando A. Navarro opina que lo más desconcertante para el hablante es cuando la RAE decide admitir un término con múltiples variantes, como ahora ha ocurrido con novedades como rúter, router y enrutador; apartahotel, aparthotel y apartotel; kinésico, quinésico y cinésico; o muesli y musli.
Entre las formas complejas recientemente admitidas señala banana split o, ya de interés para su profesión, medicina intensiva, medicina legal y medicina nuclear. Echa en falta muchas más, pero creemos que solo procedería llevar al Diccionario aquellas en que no resulta obvia la aportación del adjetivo. Como, entre las numerosas que cita, puede ser el caso de medicina alternativa, medicina holística, medicina hipocrática, medicina integrativa, medicina defensiva o medicina ortomolecular.
No debe resultar fácil de atender su petición de establecer un criterio coherente y homogéneo para decidir qué palabras deben entrar en el diccionario y cuáles quedarse fuera. En concreto, reclama el ingreso de ciberseminario, conguitos, conspiranoico, eurozona, exoplaneta, guglear, heteropatriarcado, infoxicación, ojiplático, orwelliano, perroflauta, pifostio, pitufo y tirolina.
No entiende, en cambio, que en el ámbito médico haya entrado aniridia, un término prácticamente desconocido entre la población general, cuando siguen fuera ambulanciero, autoinmunitario, bloqueante, centro de salud, copago, ibuprofeno, murino, osmolaridad, pélvico, piercing, posvacunal, preadolescente, seudoterapia, tarjeta sanitaria, vapear y vigorexia.
En la breve tercera y última parte de la serie dedicada a las novedades del DLE se ocupa de los apócopes. En esta categoría echa en falta biblio (biblioteca), chuches (chucherías), cumple (cumpleaños), díver (divertido), finde (fin de semana), guarde (guardería), porfa o porfi (por favor), resi (residencia), rotu (rotulador) o uni (universidad). Nosotros añadiríamos el muy asturiano taja. Y en el concreto ámbito de la medicina cita cardio (cardiología), cubre (cubreobjetos), eco (ecografía), gine (ginecólogo), neo (neoplasia), porta (portaobjetos), rea (reanimación), reuma (reumatología), trans (transexual) o trauma (traumatólogo).
Inserto entre los dos artículos anteriores José Ramón Zárate publicó Influyentes: el Salvaje Oeste de la salud, cuyo título expresa la preocupación por el seguimiento que tantos hacen de los consejos de mucho osado ignorante. Algo está fallando en los sistemas educativos. Así que es encomiable la supletoria iniciativa del movimiento #VerifyHealthcare que busca convertir médicos en 'influyentes' y desenmascarar a los charlatanes sin la necesaria cualificación.
El miércoles 18 fue el Día Mundial de la Lengua Árabe, una ocasión que Fernando A. Navarro aprovechó para explicar las diferencias entre los términos que recopila en el título de su artículo Árabe, musulmán, moro y magrebí.
Andrés Meixide también se apuntó a la celebración con un ejercicio etimológico. Una viñeta que nos invita a recordar que jalufo, españolización de la denominación marroquí del cerdo (la árabe es khanzir, خنزير ), tiene uso en el algunas zonas del sur de España.


Volvemos momentáneamente al blog médico para señalar que Navarro publicó ayer Subidón de adrenalina para festejar el sexagésimo cumpleaños de Astérix. Y es que muy médicas connotaciones tiene el nombre Adrenalina (Adrénaline) elegido para la heroína de la última aventura de los héroes galos. La más combativa de las hormonas, la califica el autor. Nos traemos desde el CLIPDA CCCI la tapa de esta reciente entrega junto con una muy crítica parodia de Herrmann.




Ya en la recta final, unas dilogías de Ángel Idígoras, Álvaro Pérez y Miki & Duarte que jugaron, respectivamente, con los plurales significados de 'ajuste de cuentas', 'nacimientos' y 'comerse la cabeza'.
Y para concluir, una vez que ayer ya dedicamos todo un apunte a las referencias literarias del humor más reciente, una carbonosa metátesis de Ortifus más una final pieza en inglés en la que Bill Bramhall sacó partido de la semejanza fonética entre Justice y Just us.


P.S.- Habíamos pasado por alto la paráfrasis de JL Martín en La Vanguardia del día 19 de la famosa frase de Winston Churchill «Nunca tantos debieron tanto a tan pocos», aplicada a los tocacojones que, a diario, cortan La Meridiana con total impunidad.

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