Después de pisar algunos charcos polemizando sobre los apriorismos que condicionan las opiniones que adoptamos sobre temas de profundo calado, no está de más relajarnos un poco de cara al fin de semana y tratar, con un enfoque más festivo, los efectos provocados por otras perspectivas, en este caso visuales.
Nuestra primera ilustración de hoy es una doble imagen de la estatua probablemente representativa del dios Hermes que desde 1953 se yergue en el Corro de San Antón de la localidad vallisoletana de Tamariz de Campos.
No es fácil encontrar una obra de este empaque en una localidad tan pequeña como esa que actualmente no llega al centenar de habitantes. La explicación es que esta obra fue cedida a este pequeño municipio desde la capital provincial donde había sido instalada en 1949 en la Plaza de la Fuente de Oro. Allí había sido bautizada como Don Purpurino por el color del recubrimiento que se le aplicó para la ocasión. La escultura procedía de la decoración del Palacio del
Marqués de Casa Pombo que en aquellos años era la sede del Gobierno
Civil. El caso es que la malpensada bienpensante sociedad pucelana de la época pronto reparó en que había un punto de vista que insinuaba una innoble actitud, lo que forzó la pronta retirada del bronce posteriormente aceptado de mil amores por gentes menos tiquismiquis.
No es Don Purpurino un caso único de falta de análisis de las perspectivas de una creación escultórica por parte de su autor. Otro ejemplo bastante popular entre los moscovitas es el del relieve decorativo de una céntrica subestación de eléctrica del metro de la capital rusa (calle Nikitskaya).
Otro notable caso ruso es el de una efigie del General Kirov, un destacado político bolchevique cuyo asesinato desencadenó la Gran Purga de los años treinta. Este estrecho colaborador de Stalin cuenta con monumentos en numerosas ciudades rusas, muchos de lo cuales son copias de un mucho menos extenso número de originales. Aun cuando algunos de estos homenajes han sido retirados, una creación del escultor Matvey (Mateo) Genrikhovich Manizer (1891–1966) sigue presente en algunas pequeñas ciudades como Pskov, Petrozavodsk o Medvezhyegorsk. Ninguna de ellas es muy turística por lo que no es fácil contemplar en directo el encuadre que proporciona la visión de un miembro que, a diferencia de los anteriores, no muestra signos de erotización. ¡Estos bolcheviques!
Lo cierto es que con la de estatuas que pueblan el mundo no es difícil encontrar más ejemplos como las efigies de Mercurio (el trasunto romano de Hermes) y Hércules que mostramos a continuación.
Como se ve es la posición de las manos la fuente más frecuente de ambigüedades interpretativas de la que no se escapan ni las figuras sedentes.
Hay algún caso en que es necesario el concurso de una segunda figura de un grupo escultórico para obtener el avieso resultado Así ocurre en el siguiente ejemplo procedente de la ciudad de Novosibirsk.
También pueden encontrarse casos protagonizados por personajes de las culturas orientales, un ejemplo es el buda feliz del Templo de Paocheuh de la ciudad de Taichung (Taiwan).
No siempre es cuestión de perspectiva, hay ocasiones en que nos queda la duda de si había un exceso de ingenuidad en el autor o es que nuestras mentes se han llenado posteriormente de perversos arquetipos.
Algunos artistas han aprovechado estos "juegos"
para crear provocaciones deliberadas, siempre tan rentables en el mundo del
arte. El caso más famoso en el campo de
la escultura pública es una obra de la artista checo-canadiense Lea
Vivot (nacida Drahomíra Lea Hekelová)
llamada "El Banco del Vicio" (Lavicka Neresti, 2005). Esta es una obra patrocinada por
la empresa de apuestas checoslovaca Sazka que tras la negativa de los vecinos
del emplazamiento originalmente pensado para ella a permitir su instalación terminó por ser colocada en la puerta de la no muy céntrica sede de esa empresa (calle Žižkovu 851,
Praga). Este es su aspecto desde cierta distancia.
Acerquémonos un poco más, por favor, los niños que esperen aquí, y Ben el de Pinterest (*) también. Si suele viajar en "familia más que nuclear" su suegra probablemente ya estará exclamando ¡a dónde vamos a llegar! (esta escena de aproximación es perfectamente simulable con Streetview de Google, coordenadas 50.09950,14.49603, se suele aterrizar de espaldas por lo que hay que girarse 180º)
Pero una exploración un poco más detallada nos convencerá de que el problema está en nuestra sucia mente y aquí no hay, de momento, ni asomo de una conducta pública inapropiada. ¡Hay que ver como es usted abuela!
Para entender completamente la obra hay que contar con algunos conocimientos de la cultura local para darse cuenta de que lo que sostiene el caballero en la mano es un boleto de apuestas de la empresa patrocinadora y que el dinero que está sobre el banco no está destinado a retribuir ningún servicio personal sino a ser apostado. Eso es lo que la atribulada esposa trata de evitar.
Pero las provocación suelen guardar alguna sorpresa, así que les explicamos por qué insertamos el de momento de un párrafo anterior. Quizá por las prisas en correr a evitar la perdición familiar se da la circunstancia de que la sufrida esposa no está vestida con el esmero que requiere la adopción de ciertas posturas, lo que unido a la cada vez más extendida costumbre de sobar las estatuas públicas, aconseja que si desean acercarse a verla se cercioren de que no ha sido retirada, porque corren rumores de que las autoridades checas no desean seguir fomentando ciertas parafilias conocidas genéricamente como pigmalionismo (o más técnicamente agalmatofilia). Demasiados vicios para un banco público.
Estaban advertidos de que los niños no debían pasar de un punto anterior. Y tu Ben, mucho censurar, pero seguro que estás leyendo esto, pedazo de gazmoño.
Para terminar, por si algún lector aun tuviera dudas de que le pasa al buda feliz, añadimos una segunda imagen del mismo. Quédense tranquilos que no sufre ninguna malformación.
(*) Tampoco es que queramos aburrirles con nuestros líos con Ben, el de Pinterest, pero es que miren lo que nos ha censurado esta vez. Con imágenes parecidas Pablo Motos juega en "prime time" a "culo o codo" con menores de edad.
Vamos a colocarle uno de los ojos que les tenemos enseñado en el apunte 69 a ver si pica. Les mantendremos informados.
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