Entre los muchos argumentos que cabe aducir para huir de la fama no parece uno de los mas absurdos el deseo de evitar ser cagado por las palomas, aunque sea en efigie, no en vano hay quien sostiene que el excremento de paloma es el sudor de las estatuas. La muestra visible del esfuerzo que comporta la inmovilidad ante los desafueros que tienen que contemplar impasibles. Pero no es esa la única trastada que cabe sufrir cuando se ha sido inmortalizado en materiales nobles y durables. Particular peligro se corre además cuando el encargado del homenaje es el escultor madrileño Víctor Ochoa cuyas obras suelen exhibir un peculiar tratamiento de las extremidades.
Como sobrino-nieto del "nobelado" Severo Ochoa no es raro que haya sido el encargado de representar al ilustre investigador luarqués tanto en la Universidad Complutense, con una obra de 1992 situada en la Facultad de Medicina, como en la entrada de la sede del CSIC de la calle Serrano en la que hace pareja con Santiago Ramón y Cajal en un monumento inaugurado en 2007, el que fuera declarado en España Año de la Ciencia. Antes de seguir, echemos un vistazo a estas obras.
Ya se ve que el artista aplicó a la segunda versión del busto de su tío abuelo el característico estilo que en Oviedo conocemos bien por la representación de Sabino Fernández Campo colocada en el Paseo de los Álamos en 1997.
Es innegable que la peculiar interpretación de los miembros superiores que no es tan infrecuente en este arquitecto y escultor aporta unas claras reminiscencias clasicistas, afirmación que apoyamos gráficamente con la Venus de Milo, las cuales contrastan con la soltura de una técnica de modelado que evita depurar las huellas de las manos del artista sobre el barro, pero no es menos cierto que el canon marcado por la residente en el Louvre no deja de tener un origen traumático producido quien sabe por qué episodio histórico. De hecho, en el mundo del arte no es discutido que la imagen de la diosa fue creada con todos sus deditos y es opinión extendida que sosteniendo además una manzana como podemos ver en la recreación que se acompaña que hemos tomado prestada de este blog.
No solo los artistas plásticos han resultado fascinados por la imagen de la escultura del siglo II a.C. descubierta en 1820 en la Isla de Milos. Vean el fantástico efecto de unos guantes negros en un conocido encuadre de la actriz Eva Green en la película Soñadores (2003) de Bernardo Bertolucci. No cabe duda de que es una elegante variante del pigmalionismo (en propiedad se trata de un caso de pigmalionismus interruptus) al que hacíamos referencia en una reciente entrada. Si están de humor para ver una breve (no llega a 3´) historia tan falsa como disparatada sobre esta parafilia pueden seguir este enlace a un blog consagrado al programa "1.000 maneras de morir".
No fue el citado fármaco la causa de la amelia (falta de miembros) con la que nació Alison Lapper en 1965 porque entonces ya había sido prohibido. Esta mujer saltó a la fama cuando el escultor Marc Quinn la utilizó durante su embarazo como modelo de una obra titulada "Alison Lapper Embarazada" que fue expuesta en 2005 en el famoso Cuarto Plinto de Trafalgar Suqare que es utilizado como punto de exhibición temporal de obras de artistas contemporáneos. Si ya nos referíamos al comienzo a la problemática interacción entre palomas y estatuas, en este caso resulta más dramática a la vista de la abundante población aviar de la plaza y el impedido aspecto de la figura. Daban ganas de ir a despejarla el cuerpo de las intrusas.
Sobre este caso procede añadir que una reproducción gigante de esa figura escultórica tuvo un destacado papel en la ceremonia de apertura de la Paraolimpiada de Londres.
No muy lejos de los anteriores está "La Gamba" creada en 1989 por Javier Mariscal para decorar el tejado de un local llamado Gambrinus que como el resto de los presentes en la zona fueron retirados después de los Juegos de Barcelona. Al menos el Ayuntamiento tuvo el detalle de asumir la restauración del crustáceo de 15 m. de envergadura que se ha convertido en una de las obras de ornato público mas populares de la ciudad.
Y esta abogavantada gamba nos sirve para cerrar el recorrido de vuelta a Oviedo donde nos proponemos pernoctar. Ello nos permitirá contemplar la otra obra de Víctor Ochoa presente en nuestra ciudad. Se trata de la que rinde homenaje al periodista Ricardo Vázquez Prada que está ubicada desde 1992 junto al campo de fútbol Carlos Tartiere. Tenemos para nosotros que los descendientes del autor de las famosas "Gotas de Tinta" en el desaparecido diario Región casi habrían preferido que el escultor hubiera aplicado su característica visión dismélica.
La verdad es que este Ochoa es tremendo con el asunto de las extremidades. Unas veces tanto y otras tan poco. Por aquí vamos a testar (de testamento, no de test) que si alguna improbable circunstancia diera lugar a nuestra inmortalización en bronce, caso de que fuera Ochoa el elegido, ¡ojo!, que no hacemos ascos a su capacidad artística, pues vaya lucido que está Don Juan (1994) a la entrada del Parque de la Naciones de Madrid (vean aquí los 16 m. de padre de rey con su paloma de cabecera, nunca mejor dicho), se le den instrucciones precisas para que el busto se adapte a la tipología del primero que le hizo a su tío abuelo y que también aplicó, por ejemplo, a su Goya madrileño. Incluso no veríamos mal un tratamiento como el que dió a Camiló Jose Cela en la creación emplazada frente a la Facultad de Derecho de la Complutense.
A ver si hay suerte. Aunque nos caguen.
Adenda 28/4/14: esperemos que no sea tarde para enmendar la injusticia de no haber citado el directo antecedente del fotograma de la película "Soñadores" que difícilmente podía desconocer su director. Se trata de cartel de "La Venus Rubia" (1932) producida y dirigida por Josef Von Strrnberg y protagonizada por Marlene Dietrich que fue hábilmente representada en los carteles, hay diversas versiones, emulando a la escultura clásica. En nuestra opinión el mas conseguido es el utilizado para anunciar el estreno en Alemania en el que el hábil recorte del encuadre unido al aumento de las transparencia del vestido potencia la similitud.
La verdad es que este Ochoa es tremendo con el asunto de las extremidades. Unas veces tanto y otras tan poco. Por aquí vamos a testar (de testamento, no de test) que si alguna improbable circunstancia diera lugar a nuestra inmortalización en bronce, caso de que fuera Ochoa el elegido, ¡ojo!, que no hacemos ascos a su capacidad artística, pues vaya lucido que está Don Juan (1994) a la entrada del Parque de la Naciones de Madrid (vean aquí los 16 m. de padre de rey con su paloma de cabecera, nunca mejor dicho), se le den instrucciones precisas para que el busto se adapte a la tipología del primero que le hizo a su tío abuelo y que también aplicó, por ejemplo, a su Goya madrileño. Incluso no veríamos mal un tratamiento como el que dió a Camiló Jose Cela en la creación emplazada frente a la Facultad de Derecho de la Complutense.
A ver si hay suerte. Aunque nos caguen.
Adenda 28/4/14: esperemos que no sea tarde para enmendar la injusticia de no haber citado el directo antecedente del fotograma de la película "Soñadores" que difícilmente podía desconocer su director. Se trata de cartel de "La Venus Rubia" (1932) producida y dirigida por Josef Von Strrnberg y protagonizada por Marlene Dietrich que fue hábilmente representada en los carteles, hay diversas versiones, emulando a la escultura clásica. En nuestra opinión el mas conseguido es el utilizado para anunciar el estreno en Alemania en el que el hábil recorte del encuadre unido al aumento de las transparencia del vestido potencia la similitud.
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