Opinamos que ha hecho bien Angelina Jolie en utilizar su popularidad para divulgar los avances que aporta la genética a la prevención del cáncer de mama. Es fantástico que las mujeres sepan que hay opciones, aunque no sean baratas, para conocer si se tiene predisposición a sufrir ciertos tipos de cáncer y así poder tomar las oportunas medidas preventivas.
En el caso que nos ocupa el procedimiento quirúrgico indicado es la mastectomía o extirpación quirúrgica de ambas mamas. El caso es que en este fin de semana un tanto ayuno de noticias interesantes se ha llenado de titulares con palabras como valentía y coraje aplicadas a la actriz que no parecen las mas adecuadas para calificar la decisión de reducir del 87% al 5% el riesgo de padecer una enfermedad sin que ello comporte ninguna merma física apreciable; los hablantes de inglés cuentan con la expresión Hobson´s choice para designar estas situaciones.
Mas bien al contrario,tenemos que reconocer que no eran los pechos uno de los atributos mas destacables del muy admirado físico de la hija de John Voight (a cuyo apellido renunció formalmente en 2002, Jolie es su segundo nombre, lo que por allí llaman middle name) por lo que no sería raro que haya salido mejorada de esta experiencia al igual que la Princesa de Asturias arregló su aspecto facial a cuenta de la intervención a la que se sometió en 2008 "por indicación médica" según recalcó la nota oficial que nos enseñó a distinguir una septorrinoplastia de una mera rinoplastia. Lo que debió sufrir esta mujer que llegó a los 35 arrastrando sus problemas respiratorios. Lo que no recordamos es si alguno de los pelotas de turno se atrevió a calificar entonces la tardía decisión de valiente o cosa parecida.
La secuelas que arrostra la Princesa de Asturias para poder respirar mejor |
Otra referencia sobre este cuestión anatómica, aunque con un montaje mucho mas eleborado, puede encontrase en la tórrida escena que protagonizó con Antonio Banderas en "Pecado Original" (2001).
Así que la decisión de Angelina no es particularmente
valiente ni corajuda, sencillamente es la única sensata cuando se valora la
propia salud y se cuenta con los medios para minimizar los efectos de la
agresiva extirpación. No perdamos de vista que dos de las tres intervenciones a
las que se ha sometido la actriz durante el proceso quedarán contabilizadas
entre los mas de 300.000 aumentos mamarios que se realizan cada año en Estados
Unidos. En España andamos por los 25.000 y el total mundial supera los 1,2
millones. Añadamos que las reducciones femeninas superan las 400.000 y las
masculinas andan por 175.000. Fte:
Informe Anual International Society of Aesthetic Plastic Surgery (ISAPS).
Añadamos que la intervención tan cacareada esta semana no es la primera mejora quirúrgica de la sra. de Pitt cuya nariz experimentó un manifiesto afinamiento hace algunos años.Pero ojo, que ya hemos dejado claro que lo criticable no es la publicidad que ha dado la actriz a su opción sino el lenguaje exageradamente laudatorio y un punto babosón de los turiferarios de turno que se desborda ante cualquier llamativo episodio de la vida de los famosos como ya hemos criticado en alguna otra ocasión. Adicionalmente, encontramos en la prensa tratamientos del asunto que van del rigor habitual de la revista Time que se centra en el efecto divulgador de los tests genéticos a la chabacanería del juego de palabras empleado como titular por el diario mexicano metro.
Como contrapunto les vamos a contar una decisión quirúrgica
corajuda de verdad, aunque también es cierto que de las que se toman por aquello de
"a la fuerza ahorcan". Nos referimos a la que tomó el montañero Aron Ralston en 2003 cuando su brazo quedó aprisionado por una roca mientras
descendía en solitario un cañón en el estado de Utah. Tras varios días luchando por
liberar su extremidad y cuando ya estaba al borde de la deshidratación tomó la tremenda
decisión de amputarse su propio brazo, y así es como consiguió salvar su vida. La historia que se narra en la película "127 horas" (2010) que
lleva por título el tiempo que permaneció atrapado. Como puede comprobarse en la imagen que sigue en el caso de Ralston sí que son patentes los efectos de su decisión.
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