La Marca España

Esta de moda la expresión Marca España que su web define como una política de estado, ¡toma!, ya será un resultado de esas políticas que, además, si no se concreta un poco mejor malamente van a ser alcanzado, pero eso de distinguir sujeto y predicado debe ser poco moderno. Y lo de quedarnos con que es mejorar la imagen del país resulta insoportablemente vago, sólo faltaba que fuera lo contrario. Hay que aplicar mas la "prueba  de la obviedad", si lo contrario de una determinada afirmación es absurdo, ahórresela, no aporta nada. Con esto no queremos decir que la idea no sea interesante siempre y cuando se cuiden los abusos y se evite caer en ridículas perifrásis destinadas a evitar decir símplemente España. ¿Les recuerda algo lo de "La Roja"? Al menos ahí hay una justificación basada en la economía verbal.

El caso es que está de moda poner todo en relación con la Marca España, que si la Infanta la deteriora, que si seleccionar a Casillas la potencia, que si inaugurar un tramo de carretera la refuerza. Luego se nombran unos cuantos embajadores (Banderas, Alonso,...) que no se sabe muy bien su cometido aparte de lucir su nacionalidad si tienen la ventura de ganar algún Óscar o Campeonato del Mundo, y al final, como tantas veces, se nos acaba olvidando lo básico.

Hemos visto al cónsul de Japón en Barcelona contar en un programa de televisión que el 30% de los turistas de su país que pasan por la Ciudad Condal son víctimas de robos. En algún otro programa extranjero hemos vista calificar a esa ciudad como la capital mundial del carterismo mientras algún caco mostraba su divertida sorpresa por la incomprensible laxitud de las leyes españolas en comparación con las de su país de origen. Sin llegar a extremo de Barcelona muchos de los principales destinos turísticos españoles son una fuente segura de malas experiencias y, como consecuencia, de una pésima propaganda en el importantísimo canal publicitario del boca a oreja que, además, en la era de internet inevitablemente acaba llegando a los medios masivos. Así que en uno de esos esquizoides ataques de "pepitogrillismo" que sufrimos periódicamente nos ha dado por pensar si este no será uno de los primeros asuntos que debería abordar la Marca España. A ver si va ser que por su importancia para nuestra decaída industria turística no va ser mas efectivo atacar este problema antes de meterse en todo ese lío de los embajadores, anuncios publicitarios y otros desparrames de vinos españoles a lo largo y ancho de este mundo (afirmativo, generación Capitán Tan).

Pues la última noticia recibida desde el "aparato del estado" sobre esta cuestión es la decisión de tres magistrados de la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Madrid de revocar la orden de alejamiento del metro impuesta por el titular del Juzgado de Instrucción 47 de Madrid, Adolfo Carretero (un ¡bien! para este señor), al llamado "Clan de las Bosnias". A  los señores magistrados se les nota que usan poco el metro porque se ponen muy tiquismiquis y sueltan perlas como «no vemos qué añaden las medidas adoptadas en términos de eficacia y de cara a proteger a eventuales víctimas futuras, a los sistemas de vigilancia y control existentes en la red de Metro». Pues que les retiren el coche oficial una temporada y les pongan a viajar en metro y verán que pronto lo adivinan. No les aburrimos con otras patochadas como que la medida es «desproporcionada por extenderse inmotivadamente a toda la red de Metro». Nada, ahora vamos a jugar un ratito a hacer listas de estaciones, que si hoy pongo Retiro en sustitución de Tribunal (ineficaz remedo de lo que hizo el Sr. Carretero con máxima efectividad, otro ¡bien! por este señor lleno de sentido común), y cuando pasen de Prosperidad a Delicias sacamos de la lista la primera y ponemos la segunda. Aunque si lo de (la) Prosperidad ha sido muy propicio no sabemos muy bien si irán a (la) Iglesia o igual hasta se van a (la) Ópera, que no sabemos mucho de sus gustos y costumbres pero "posibles" no deben faltar.

Como parece que va para largo la implantación de una "prueba de sentido común" que valore en pie de igualdad con los conocimientos jurídicos la idoneidad para ejercer la administración de justicia, habrá que poner a trabajar en esto al Sr. Gallardón por la vía de ponerles las leyes mas claritas a los miembros y miembras de la judicatura y evitar así que encuentren vericuetos que les permitan salirse por peteneras de su obligación de impartir Justicia. Como eso lleva su trámite, no estaría de mas que, entretanto, les procurásemos una "experiencia japonesa" enviándolos de vacaciones a un país extranjero, a ser posible lejano y con dificultades idiomáticas y, a la par, les pagáramos también un pasaje hacia el mismo destino a "las bosnias" para que tan ilustres funcionarios puedan comprobar lo agradable que es quedarse sin pasaporte ni dinero en el extranjero. ¡Por la Marca España!

Solo nos queda esperar que al listo de turno no se le ocurra que para mejorar la tan citada marca lo que hay que hacer es no sacar al cónsul japonés en televisión. El caso es que,de momento, una de las desgraciadas muestras del balance exterior de la Marca España es el que refleja la imagen que hemos adaptado a partir de un concepto firmado por @OrgulloNaciona1 (sic) que nos ha llegado a través de una cadena de correos:

La imagen de la Policía Nacional muestra a "las Bosnias" haciendo recuento del fruto de sus fechorías

P.S.- Si quieren pasar un minutito de vergüenza ajena echen un vistazo a este vídeo con la intervención de unos escolares españoles en el Parlamento Europeo dentro de las actividades del Programa Euroscola, que debe costar un dinerito en pasajes y alojamientos. No sabemos si lo peor es el incomprensible idioma que utiliza nuestra parejita, dicen que podría ser inglés (y eso que el brevísimo parlamento es leído y supuestamente lo han preparado con anterioridad), o que por toda despedida al pollo no se le ocurra más que imitar a un concursante de uno de tantos programas que contaminan la televisión. Esto también es Marca España.