Más en el C.U.L.O.

No se confundan, que no vamos a seguir hablando del papelón al que se refería ayer Lobato en Antena 3. Lo que nos proponemos es despachar nuevas candidaturas a la organización C.U.L.O.  comenzando con la solemne admisión de Puerto del Rosario (Fuerteventura) por mediación de la escultura "Monumento a La Concordia", más conocida como "Las Culonas", obra realizada en 1999 por el artista conejero Paco Curbelo.

Nos imaginamos que el autor ya habrá tenido la tentación de reclamar derechos sobre el logosímbolo de la Olimpiada de Río de Janeiro 2016, aunque le pierde el exceso de culo que le vale ahora para acceder al consorcio liderado desde Oviedo. El hecho es que hay general consenso en considerar como primer antecedente del concepto adoptado por Río el símbolo de la Fundación Telluride que data del año 2000. Esta organización benéfica opera en la región homónima del estado de Colorado formada por los condados de San Miguel, Ouray y parte de Montrose, por más que allí los danzantes sean cuatro, pero, a cambio, son esbeltos como atletas olímpicos. Te ganaron por la esbeltez Paco.

Es significativo constatar que mientras que la danza norteamericana crea la forma de un corazón, símbolo muy del gusto de las organizaciones filantrópicas, en el caso de del distintivo olímpico creado por la agencia Tátil y presentado a finales de 2010 son las características ondulaciones del Pão de Açúcar las insinuadas. Ayudaremos un poco a los menos imaginativos ¿Se ve?

En Brasil ya les había llamado la atención el logosímbolo benéfico de Colorado y ya en 2004 el Carnaval de Salvador do Brasil lo había fusilado sin ningún rubor.

La dificultad de datar algunas imágenes de marca dificulta determinar su posición cronológica en la extensa cadena de las representaciones de danzantes en la que no falta una contribución china. Y es que como todo diseñador sabe no hay creación brillante que no haya sido copiada en ese país. Esa es de facto la prueba del nueve de la creatividad de una logomarca: si no te la copian los chinos no vale gran cosa.

Un caso descarado que le costó un disgusto a su creador fue el del municipio mexicano de Huatabampo (Sonora) porque el no muy listo pícaro ni se molestó en modificar el código de color y se limitó a sustituir uno de los danzantes por unos trazos en forma de cola con lo que le salió una especie de Pão de Açúcar nupcial. Así que el gobierno municipal tuvo que rascarse el bolsillo y encargar un nuevo símbolo en el que decidió conservar el colorido y la dichosa cola. Un barato.

Nos hemos liado más de la cuenta con los corros danzantes así que pasaremos más deprisa por otras candidaturas recibidas. También procede la admisión de Meersburg, otra localidad ribereña del Lago Constanza donde el inefable Peter Lenk, de quien ya hemos admitido una obra en la organización hermana G.O.R.D.A.S., también ha dejado su controvertida huella con el Magische Säule (Pilar Mágico) que incluye un exorcismo con abundante expulsión demoníaca por vía rectal. No tenemos corazón para negarle la admisión tras contemplar el esfuerzo del exorcizado.

Aunque no está previsto en los estatutos, hemos decidido no admitir, al menos de momento, representaciones animales porque con ello se distorsionarían las bases plásticas planteadas. Sentimos el disgusto que ello pueda ocasionar en la provincia colombiana de Santander (cuyo gentilicio es santandereanos para diferenciarse de nuestros santanderinos) que tiene como querido símbolo las hormigas culonas, apreciado manjar de la gastronomía local que incluso ha ejercido de mascota en un campeonato sudamericano de fútbol juvenil femenino. Adjuntamos imágenes de los dos monumentos dedicados a este sabroso insecto en la población de Barichara cuya candidatura sinceramente sentimos no poder admitir.

Por igual razón tenemos que declinar establecer lazos a través de este concepto con la ciudad australiana de Canberra donde se rinde homenaje a la oveja. Un animal clave en el desarrollo económico de ese país que, sin embargo, aparece representado en esa ciudad en la desasosegante pose que pueden contemplar más abajo. Este monumento llamado "La oveja de Ainsle" es una obra de Les Kossatz que hace honor a un colono escocés llamado James Aisle que en 1825 se estableció en terrenos ahora ocupados por la capital australiana. Sobre la inapropiada postura no sabemos darles explicación.

También queremos dejar constancia de que la ciudad alemana de Coblenza emplazada en la confluencia de los ríos Rhin y Mosela tiene su propio caganer que, sin embargo, por su recatada postura no es apto para presentar candidatura. Parece que esa pose tan querida en Cataluña tiene más implantación de la que creíamos en el país que nos pone los deberes a fuer de haber puesto antes los euros.

Por último, y con gran dolor de nuestro corazón, lamentamos tampoco poder admitir uno de los más bellos traseros que escultor alguno haya cincelado, pero la pasión no puede hacernos olvidar el dictado de ostensibilidad que marcan nuestros estatutos. Así es como la "Intérprete de címbalo" creada por RichardWestmacott jr., el autor de algunos de los monumentos funerarios de la Abadía de Westminster y también de diversos frisos del Marble Arch londinese, que está expuesta en la Chatsworth House del condado inglés de Derbyshire ha de quedar también fuera de nuestro consorcio. Deléitense, porque no cabe mejor remate (de cuerpo y post).