Más penoso resulta ese exabrupto por comparación con otra cercana manifestación, esta sí claramente afectiva, en la que incluso parece que hubiera algún actor supernumerario. No es que resulte encomiable, pero al menos pone de manifiesto la capacidad de la naturaleza para restañar heridas y dotar de una sugerente pátina a una exaltación emotiva que no se detenía en el consabido pan y cebolla, porque diríase que hasta coche prometía. Opine el lector sobre el simbolismo de glifo de la parte inferior (para nosotros una Renault Space de primera generación como una casa, que el tallado ya tiene su tiempo y no va a ser un modelo recién presentado en el Salón de Barcelona).
Estas referencias tomadas del voluntariado ornamental nos llevan a pensar que no se entiende muy bien la falta de continuidad de programas decorativos como el aplicado en la Granja del Parque San Francisco que, sin duda, rendirían grandes servicios a otros degradados puntos de la ciudad. Otro día repasaremos las contribuciones de la iniciativa privada al embellecimiento ovetense, aunque casi siempre tengan un carácter defensivo, todo hay que decirlo. Hoy nos limitaremos a contemplar las referencias literarias que protegen las persianas del mencionado centro de lectura. A nosotros que, como es manifiesto, somos muy carrolianos nos estimula particularmente encontrarnos ahí tres de las criaturas del Sr. Charles, por más que falte nuestro muy querido Humpy Dumpty (refs: 1, 2).
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