martes, 14 de mayo de 2013

+ Visualideces de mayo


Una mente preoscura nos ha enjaretado la troncal imagen que mostramos junto a estas líneas. Nos da en la nariz que es mensaje poco transitivo (que no hay amado o amada, vamos), más bien fruto de ese ensimismamiento que nos forra las  ciudades de autógrafos ante la pasividad de nuestros rectores (no se si habrán reparado en que esta palabra es un anagrama de recortes). Si al menos estos abortos (categoría terapeúticos, por sus terribles malformaciones neuronales) de Ibarrolas copiaran algo del trabajo de cualquiera de los artistas urbanos que merecen ese nombre, mismamente de OakoAkcuya obra hemos repasado recientemente.

Más penoso resulta ese exabrupto por comparación con otra cercana manifestación, esta sí claramente afectiva, en la que incluso parece que hubiera algún actor supernumerario. No es que resulte encomiable, pero al menos pone de manifiesto la capacidad de la naturaleza para restañar heridas y dotar de una sugerente pátina a una exaltación emotiva que no se detenía en el consabido pan y cebolla, porque diríase que hasta coche prometía. Opine el lector sobre el simbolismo de glifo de la parte inferior (para nosotros una Renault Space de primera generación como una casa, que el tallado ya tiene su tiempo y no va a ser un  modelo recién presentado en el Salón de Barcelona).

Estas referencias tomadas del voluntariado ornamental nos llevan a pensar que no se entiende muy bien la falta de continuidad de programas decorativos como el aplicado en la Granja del Parque San Francisco que, sin duda, rendirían grandes servicios a otros degradados puntos de la ciudad. Otro día repasaremos las contribuciones de la iniciativa privada al embellecimiento ovetense, aunque casi siempre tengan un carácter defensivo, todo hay que decirlo. Hoy nos limitaremos a contemplar las referencias literarias que protegen las persianas del mencionado centro de lectura. A nosotros que, como es manifiesto, somos muy carrolianos nos estimula particularmente encontrarnos ahí tres de las criaturas del Sr. Charles, por más que falte nuestro muy querido Humpy Dumpty (refs: 1, 2).

 
 

Y es que tampoco es necesario ser un artistazo, porque este sí que es un terreno propicio para llevar la imaginación, si no al poder, al menos al reconocimiento público. Veamos un bonito ejemplo recibido desde Hungría:


Para terminar esta más visual que textual entrega les dejamos un ejercicio, que ya van siendo sabidas nuestras manías. A ver si encuentran alguna cara escondida en este adorno de nuestro Palacio Regional. Los más enfermos vemos hasta seis (amplíe la foto y libere su mente).





No hay comentarios:

Publicar un comentario