jueves, 21 de diciembre de 2017

El humor de "los otros"


En días como hoy en que se reafirmará la difícilmente reconciliable división que vive la sociedad catalana, no será malo reflexionar un poco sobre la natural tendencia que todos tenemos a practicar el "sesgo de confirmación". Un importante asunto que, lamentablemente, no se estudia en las escuelas, sobre el que recomendamos encarecidamente leer el artículo "El síndrome de Onoda" de Manuel Conthe.  

Una práctica fundamental para combatir los más perniciosos efectos del citado sesgo es procurar contrastar las informaciones que recibimos acudiendo a medios que nos saquen de nuestra "zona de confort". Buscar, en definitiva, la visión de "los otros". Y una de las formas más entretenidas de hacerlo es echar un periódico vistazo al editorialismo gráfico que practican, en el caso que hoy no ocupa, los humoristas más afines al independentismo. 

Cada vez que nos acercamos a El Periódico de Cataluña para ver la viñeta de Ferreres (Miquel Ferreres i Duran), nos asalta la duda de qué habría podido llegar a ser este gran dibujante nacido en Barcelona en 1950, a poco que hubiera sido capaz de abrir un poco su campo mental. Pero hoy mismo tan solo se le ocurre reincidir en la evocación de los incidentes del 1-0 para reafirmarnos en que la mejor viñeta que se haya publicado sobre la "pose" del independentismo, a partir de esa fecha, seguramente sea la "tabla de salvación" ideada por Ricardo el día 18 de octubre.



Una curiosa característica de Ferreres es que, de vez en cuando, diríase que le traiciona el subconsciente. Así es como ya tenemos comentado en el apunte Reina (republicana del humor) por un día y pico que, cuando algún días se haga la colección de viñetas indispensables para entender el procés, no podrán faltar en la misma las dos que hoy recordamos.


A la vista de esta segunda no podemos dejar de confesar que en el curso de una, quizá exagerada, terapia contra el sesgo de confirmación, nos hemos tragado unos cuanto fragmentos de las entrevistas a los candidatos del inefable director de TV3, el valenciano Vicent Sanchis. Un periodista a quien quizá hayan visto como dio pie a que Iceta le replicara a una de sus muchas interrupciones si ya había comenzado el debate electoral. Pues la realizada a Puigdemont es una joyita que arranca con una curiosa pregunta retórica: ¿sabe que la Junta Electoral no me permite llamarle president? Y luego hay quien ha criticado el uso por parte de Albiol de la expresión "gente normal" para referirse a la que hay quien pretende que dirija ese canal que poco no entiende de limitaciones presupuestarias. 

Pero nos hemos ido un poco del asunto, porque estábamos con el subconsciente de Ferreres que, ayer mismo, destilaba una inconfesable frustración del independentismo, cual es no haber elegido un líder, no nos pongamos demasiado testiculares, un poco más valiente. Y es que no deben ser pocos quienes soñaron con una triunfal aparición en el cierre de campaña, así que ahí ha tenido que acudir Ferreres con un puñado de capotes de la guardia civil para llevar a sus desconsolados imaginarios que eso era pedir demasiado heroísmo. Buen complemento para el Constitución = Franco con que nos obsequio el lunes, uno de los mantras favoritos de todo indepe que se precie.


Pero quien estuvo inconmensurable en la jornada de reflexión fue Bernardo Vergara en eldiario.es con su versión de la transversalidad que denota una brutal dislocación de su memoria sobre los integrantes del movimiento que llamamos procés. Una ceguera que le permitirá acogerse cualquier día a una bien pagada  invalidez. Aunque, al menos, se molestó en dibujara algo, no como JAP (Joan Antoni Poch) en El Punt Avui que se ha ganado su soldada de hoy con una mera viñeta amarilla. No se le fuera a olvidar el asunto a algún votante.






PS - Otro goebbelsiano mantra de estos epígonos del nacionalsocialismo es motejar de fascista a todo el que piensa de otra forma, sobremanera si defiende el estado de derecho. Como un cámara estuvo raudo para sacarlo en imagen, queremos enseñarles la cara del miserable que ayer espetó a Inés Arrimadas un "¡No queremos fascistas en este barrio!"

Una frase particularmente inapropiada cuando hace pocos días desencadenó un execrable crimen de odio que tantos culos, incluso de alcaldesa, ha dejado al aire. Una noticia, la del exabrupto del tarado, de la que no han tenido a bien ser informados los lectores de La Vanguardia. ¿Sesgo de que...? No estamos seguros de que el pretendido remedio no haya sido peor que la enfermedad




Adenda 22/12: hoy sí Ferreres; posíblemente la mejor lectura de las elecciones. Buen camino, aunque te cueste meter políticos nacionalistas en las viñetas, que en esa pared bien cabía un retrato de Puigdejekyll-Puigdehyde.





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