Comenzamos este decimoquinto recorrido lingüístico del año en el suplemento Verne de El País, donde el pasado domingo leímos Aparte de "solo", ¿sabes cuáles de estas palabras ya no llevan tilde? Un artículo en el que se incluye un test de 8 preguntas que merece la pena intentar.
En el propio Verne, Lola Pons Rodríguez publicó el miércoles Liberal, guardia civil, turista... Todos los significados que ha tenido la palabra guiri. Un interesante recorrido desde la aplicación por los carlistas en el siglo XIX a los partidarios de la reina María Cristina (cristino o, euskaldunizado, guiristino), y luego a los liberales en general, al moderno uso para marcar al extranjero, particularmente al especialmente entregado a los tópicos turísticos.
Algunos bulos solemnes tituló Álex Grijelmo su columna de ese mismo diario dedicada a reseñar algunos sucedidos del reciente Congreso Internacional de la Lengua Española. Un punto fariseo nos parece que practique señalar el pecado y no el pecador, sobre todo en el caso del repetidamente aludido Jorge Fondebrider, a quien califica de agitador, e identifica por medio del más bien gazmoño recurso de enlazar su resentido discurso. Muy llamativa, en todo caso, la forma en que las cuestiones lingüísticas hacen aflorar descontroladas emociones.
Y 'Emocracia' tituló, precisamente, Iñaki Gil su columna del miércoles en el diario El Mundo. Un texto en el que presenta la palabra que dice llevaba tiempo buscando para definir el presente. Y la encontró en un artículo del historiador británico Niall Ferguson publicado en The Sunday Times, cuyo inicio transcribe: "Ya no vivimos en una democracia. Vivimos en una emocracia, en la que las emociones mandan más que las mayorías y los sentimientos cuentan más que la razón". Posteriormente rastrea los orígenes de este prometedor neologismo hasta un artículo de 2004 de Carolina Jaimes: "En Venezuela, la diferencia entre lo que deberíamos ser y lo que realmente somos, es una letra D".
Seguimos con neología para reseñar el artículo de Constanza Gerding Salas sobre la palabra gadget publicado el martes en la sección específica del Centro Virtual Cervantes . Un término con el que se hace genérica referencia a cualquier dispositivo novedoso y con funciones específicas.
La autora apunta que se cree que la palabra gadget proviene del francés del siglo XIX, una época en que se habría utilizado en el ámbito náutico, pero no fue hasta la década de los ochenta cuando se popularizó en los países anglohablantes. No olvida señalar que, posteriormente, ha adquirido un segundo sentido para designar el accesorio que sirve para dotar a un aparato de una funcionalidad específica.

Todos los vídeos que hemos encontrado sobre la misma son de muy reducida calidad, así que no podemos sino enlazar uno de los menos malos.
Ahora bien, para espeluznate neologismo de la cultura del descerebramiento el 'bugchasing' sobre el que Helena Resano escribía el miércoles en 20 minutos: la búsqueda deliberada del contagio del sida.
Fundéu comenzó su ciclo semanal recordando que el verbo depender requiere un complemento encabezado por la preposición de. Por ello, la expresión adecuada es 'depende de a quién (preguntes)', 'no depende a quién (preguntes)'.
Con motivo de las elecciones celebradas en Israel, el martes señalaron que Knéset es la transcripción adecuada del nombre que recibe la Asamblea parlamentaria de ese país. Un término que admite uso tanto en femenino como en masculino, dependiendo del sustantivo al que se aluda: asamblea o parlamento.
Prosiguieron con la propuesta de utilizar la expresión prórroga flexible como alternativa a la voz inglesa flextension, con la que se hace referencia a la ampliación del plazo del brexit.
El jueves recordaron que los nombres científicos de las especies humanas, como Homo sapiens y el recientemente presentado Homo luzonensis, se escriben con mayúscula inicial en la primera palabra y en cursiva.
Y, ayer viernes, como últimos apuntes semanales, primero una recomendación de utilizar el bello arabismo azotea (del árabe español assuṭáyḥa, diminutivo de sáṭḥ, 'terraza') como alternativa al afectado anglicismo rooftop. Y después unas claves de redacción para las elecciones. Previsores, los urgentes, contemplan hasta el pentapartito. Y particularmente interesante la novena de cara a futuros "carmencalvos".
Ayer también nos llamó la atención la referencia al brexit de Ana Patricia Botín por medio del calco “el canario en la mina” de la expresión inglesa “the canary in a coal mine”. Un original que añade la especificación del tipo de explotación. Aun escribiendo desde la carbonera Asturias, no acaba de convencernos esa importación de la mención a la antigua práctica minera de llevar un sensible pajarillo enjaulado, cuyo desfallecimiento servía como señal de alerta sobre la presencia de gases tóxicos.

El jueves se publicó la segunda parte de Dioscórides digital, un artículo en el que se exponen los motivos por los cuales el libro referenciado es uno de los más importantes de la historia de la medicina española.
José Ramón Zárate publicó el lunes, bajo la etiqueta "ciencia inútil", Perros y gatos: de carnívoros a herbívoros. Una irónica reseña de los resultados de una encuesta que concluye que un tercio de los propietarios de ese tipo de mascotas está interesado en convertirlas en veganas (cuando solo un 6% de los encuestados se declaraban tales).

Un curioso detalle sobre Luis Miguel Dominguín, que murió en 1996 de insuficiencia cardiaca, es que formaba cartel con Manolete (y "Gitanillo de Triana II") en la corrida celebrada en Linares el 28 de agosto de 1947 en la que “Islero” hirió de muerte al famoso matador. Y una vez metidos en onomástica taurina, añadir que el tercer citado en el artículo, Manuel García Cuesta "El Espartero", resultó muerto en la Plaza de Toros de Madrid, a los 29 años, tras una cornada recibida cuando entraba a matar a “Perdigón”.
Volvemos al Cervantes Virtual, porque la semana pasada nos dejamos sin mencionar el interesante Rinconte de Pedro Álvarez de Miranda titulado Brazo de gitano. Un artículo en el que el académico renuncia a especular sobre el origen de esa denominación, pero la documenta por primera vez en los anuncios insertos en el Diario de Las Palmas el 5 y el 7 de junio de 1897, incluida dentro de la relación de productos a la venta en la pastelería de Sebastián Sansó y Vicens. Y no podemos dejar de mencionar que finaliza su texto con una mención a la variante asturiana brazo de gitana, que califica como antropofagia igualitaria.
Ese mismo académico critica en el artículo Burgeses e burgesas… todos, publicado en la revista Archiletras, el «Manifiesto de Monterrey por una lengua viva» que Amelia Valcárcel y Sabina Berman han titulado «Un mensaje al sentido común». Y lo hace comenzando por quejarse de poder ser considerado, como discrepante que se declara, persona carente de sentido común y partidario de una lengua muerta. El tiempo pondrá y quitará razones en la polémica porque, como muy bien apunta ante la afirmación «Las reglas de la lengua inclusiva están por inventarse», las lenguas no se «inventan». Y eso que lo ocurrido con el eusquera batúa nos hace mantener ciertas reservas.

Continuamos nuestra habitual final sección ludolingüística con la referencia de Argote en Deia a la CIStitis que Casado diagnosticó a Sánchez tras la última de Tezanos.
(1) El DLE sigue registrando epónimo exclusivamente con la acepción "Dicho de una persona o de una cosa: Que tiene un nombre con el que se pasa a denominar un pueblo, una ciudad, una enfermedad". Pero nos sumamos al muy habitual uso que hace Arana, aplicando el término para denominar a las propias palabras así creadas.
P.S.- Olvidamos comentar la tira del Liniers del día 11 que vincula los dos pasajes de Hamlet que tantos confunden. Un asunto que trata el apunte de finales del mes de enero Humor que enseña teatro.
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