Álex Grijelmo dedicó el artículo No les tiembla el pulso al notable uso que ha adquirido la frase utilizada por Francisco Franco en su toma de posesión del 1 de octubre de 1936 como ilegítimo, destaca, Jefe del Estado: “Mi pulso no temblará y yo procuraré alzar a España al puesto que le corresponde”. Compartimos con el periodista la preferencia por las personas de pulso menos firme a fuer de conscientes de la posibilidad de equivocarse.
Y con pulso firme o sin el, menuda batalla vivimos por lo que ahora tanto gusta denominar "el relato". En este caso el de la gestión de la pandemia. Recomendable ir documentándose sobre qué es realmente el sesgo retrospectivo. No hagan caso a tertulianos NPI y lean a Manuel Conthe.
Una vez que Grijelmo ha consolidado el cambio al viernes de la fecha de publicación de su semanal sección 'La punta de la lengua', acomodamos nuestros comentarios a su calendario pasando a reseñar también la de anoche: Duplicaciones discriminatorias. Y nos parece una de las más lúcidas que le hemos leído.
El lingüista periodista parte de algunas significativas omisiones de duplicaciones de género de la constitución bolivariana para señalar la habitual aplicación del género no marcado a los conceptos negativos. Compartimos su afirmación de que las duplicaciones, convenientemente dosificadas, tienen sentido, aunque no creemos que sea antifemista no hacerlo, como apunta en un paréntesis. Y excelente ejemplo del moderado uso las duplicaciones que defiende es el respetuoso señoras y señores con el que tradicionalmente se han iniciado los discursos.
Lo censurable es que quien duplica sistemáticamente su parlamentos, deje de hacerlo maniqueamente cuando las referencias son negativas. Bien lo expresa su frase final: Al riesgo de discurso tedioso se suma ahora esta nueva diferencia de clases entre las palabras, que arroja al saco del proletariado a las más desvalidas y mantiene en la aristocracia del poder a las más prestigiosas.
Al hilo de esta cuestión, llamativa ha sido la polvareda tuitera por una aclaración de la RAE sobre el género de Covid-19. "La RAE le cambia el género al covid-19" se ha llegado a leer en un diario que luego ha cambiado ese falaz titular, cuando lo único que hizo la docta casa es responder a una consulta con el comentario en dos entregas que sigue:
El suplemento Verne de El País publicó Las frases de Benito Pérez Galdós más subrayadas en Kindle. Cultureta exprés que conviene metabolizar sin perder de vista el sesgo que introduce la fuente. O sea, que los más sabios lectores no suelen abordar a Galdós desde el, sin duda muy útil, libro electrónico de Amazon.
Pasamos al Martes Neológico donde Juan Carlos Justiniano trató sobre hip hop. Un artículo que comienza advirtiendo sobre sobre la falta de consenso sobre la verdadera génesis de ese término proveniente del inglés americano de probable origen onomatopéyico que se documenta por primera vez en 1979. Coincidiendo con el éxito de la canción «Rapper’s Delight» (escuchar en youtube) del trío Sugarhill Gang. Un tema que contenía en el primer verso de su letra la nueva expresión, lo que seguramente ayudó a popularizarla.
En este punto creemos que merece la pena hacer un inciso para recordar que Manuel Ruiz Queco utilizó una parodia fonética de ese estribillo para componer el de la canción Aserejé (2002):
I said a hip hop the hippie
Aserejé ja de je
the hippie to the hip hip hoppa ya don't stop
de jebe tu de jébere sebiunouva
the rockin' to the bang-bang boogie said up jumps the boogie
majabi an de bugui
to the rhythm of the boogie, the beat
an de buididipí
Volvemos al artículo del Cervantes Virtual que atribuye al rapero Afrika Bambaataa la aplicación de esa denominación a una subcultura urbana de carácter contestatario, formada principalmente por jóvenes de origen afroamericano, caribeño e hispano. Si se animan a leer todo el artículo verán la considerable dificultad que reviste delimitar la muy diversa multiplicidad musical que ampara esa denomoinación.
Fundéu dedicó su primer apunte semanal a explicar la diferencia entre las tasas de mortalidad y letalidad. La primera se calcula tomando como referencia a la población total, mientras que la segunda, también denominada tasa de mortalidad específica, solo tiene en cuenta a las personas afectadas por una determinada enfermedad.
Siguió la validación del término infodemia, que se emplea para referirse a la sobreabundancia de información (alguna rigurosa y otra falsa) sobre un tema.
El apunte del miércoles recomendó emplear vacuna contra la COVID-19, mejor que contra el coronavirus. Y es que hay unas cuantas especies de virus pertenecientes a esa coronada categoría. Sorprendente, en todo caso, la cantidad de supuestos especialistas que confunden en sus públicas declaraciones la denominación de la enfermedad con la del virus (que es el SARS-CoV-2).
Abandonamos Fundéu por un momento para señalar ese creativo "negativo no concluyente" acuñado para encubrir unas horas lo que era evidente: que la vicepresidenta estaba infectada, como no quedó más remedio que reconocer en la tarde del miércoles. Acojona mucho pensar en las torpemente mentirosas manos en que estamos.
Volvemos con los urgentes, que el jueves recomendaron utilizar la palabra confinamiento, mejor que el anglicismo lockdown. Y ayer advirtieron primero que la grafía dar abasto, no 'dar a basto', es la adecuada para indicar que algo o alguien es suficiente para llevar a cabo una tarea o cubrir una necesidad. En un segundo apunte recordaron que la voz de origen inglés test permanece invariable al formar el plural: los test.
La política de registro introducida por el Diario Médico, que exige datos que nos parecen improcedentes y además, deja sin utilidad para muchos de nuestros lectores los enlaces que veníamos insertando, nos ha llevado a dejar de reseñar el ciertamente interesante blog que es su Laboratorio del Lenguaje. Lo agradecerá, en cambio, la demasiadas veces excesiva extensión de estas crónicas sabatinas.
No queremos dejar de apuntar que nos parece desafortunada la expresión "distanciamiento social" que ha triunfado para expresar que no debemos acercarnos mucho los unos a los otros. Pero creemos que sería preferible denominarlo "distanciamiento interpersonal", porque las distancia social tradicionalmente ha evocado más lo emocional que lo físico. Y en lo emocional lo que procede es tratar de estar lo más junto que podamos.
Vamos ya con el lenguaje del humor donde Gallego y Rey tiraron ayer de "fistro", uno de los más populares "chiquitismos", si no el que más. Pero lo cierto es que hace años que no lo veíamos en una viñeta (desde aquí).
Nos ha entrado la curiosidad de saber desde cuando lleva ese palabro instalado en el lenguaje coloquial, así que hemos indagado un poco en las hemerotecas. Y en la de Abc hemos dado con un artículo de Jaime Campmany titulado 'Los Chistes', publicado el 3 de enero de 1995, en el que el columnista murciano, muestra escaso aprecio por el invento al señalar que 1994 había sido el triunfal año de Gregorio Sánchez Fernández (1932 - 2017), más conocido como "Chiquito de la Calzada". Pero lo que más nos ha impactado de esa columna es la tremenda vigencia de sus últimas líneas.
En La Vanguardia del 20 de noviembre de 1994 hemos encontrado un interesante artículo que, a partir de la irrupción de los "chuiquitismos", hace un interesante recorrido por algunas aportaciones de la televisión al lenguaje (enlace al cuadernillo completo).
En ese artículo nos ha llamado la atención la referencia al impacto que tuvo en la normalización del catalán la doblada frase de la serie Dallas “Sue Ellen, ets un pendó”. Un impacto que también hemos visto reflejado en otros artículos de prensa, algunos tan posteriores como este de 2014 publicado en El País.
Volvemos al humor gráfico con Davila que aportó desde el Faro de Vigo una paronímica confusión adornada con la primera rascada de hue... que hemos visto en mucho tiempo. Curioso toque diferencial el del muy gallego humor de O Bicheiro. Debajo, la adaptación de Faro /Da Col de un veterano chiste sobre los verbos ingleses.
El suizo Herrmann también puso cuentista su pedagógica viñeta titulada "cuento para ancianos" en que una inquietante Caperucita se dispone a mostrar como se contagia un coronavirus (¡Abuela!, te he traído el tarro de mantequilla y las galletas que me habías pedido) [1]
Concluimos con humor británico suministrado por Tom Gauld, que cargó de positividad los títulos de algunas famosas novelas. Literatura adaptada al confinamiento. Aportamos una ayuda para la que entendemos menos conocida en España: Portnoy's Complaint (El lamento de Portnoy, 1969) de Philip Roth.
[1] Este tipo de pedagogías conforman toda una categoría en el humor sobre la pandemia. Joe Heller publicó el pasado jueves la viñeta que a continuación mostramos emparejada con una bienintencionada, pero menos pedagógica, dilogía de Ortifus del pasado día 10 que en su día olvidamos reseñar. Va camino de hacerse realidad la recién horneada paremia 'Hasta el 40 de mayo, no visites al yayo'.
Posteriormente hemos dado con otra versión en francés del quebequés Ygreck (Yannick Lemay)
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