El inusualmente elevado número de referencias literarias que hemos visto en el humor de prensa de esta semana, nos invita a segregarlas en un apunte independiente. Y hemos decidido anticiparlo un día a la habitual reseña lingüística sabatina.
Comenzamos el recorrido con Postigo, que parafraseó en 'el Periódico de Aragón' el más famoso fragmento de Hamlet. Y lo hizo evocando la no menos famosa escena de la calavera en la que, como no nos cansamos de repetir, NO se recitan esos versos.

Es notable que de la veintena de hamletianas viñetas que colecciona el apunte Humor que enseña teatro, más de la mitad incurren en el error escenográfico seguramente más extendido de toda la literatura universal.

Ese relato tradicional que Perrault suavizó en su colección de cuentos para niños de 1697, y al que los hermanos Grimm dieron su forma actual en la suya de 1812, es uno de los tres que hoy adapta la tira de Miki y Duarte a los turbados tiempos que vivimos.



El martes mostrábamos en el CLIPDA CCCXXXII: cuadros desalojados un buen puñado de famosas obras de arte desprovistas de su personajes. Y al día siguiente lo que desalojaba Santy Gutiérrez era la portada de un libro de Teo, el infantil personaje creado en 1977 por Violeta Denou. Este es el seudónimo de un grupo de ilustradoras formado por Asunción Esteban, Carlota Goyta y Anna Vidal. Aportamos la portada original del libro desalojado, que fue Teo está enfermo.
Debajo otra lectura recomendada por el propio Santy Gutiérrez para sobrellevar mejor el confinamiento: un muy peculiar ¿Donde está Wally?
Debajo otra lectura recomendada por el propio Santy Gutiérrez para sobrellevar mejor el confinamiento: un muy peculiar ¿Donde está Wally?
Quedémonos con la visión en positivo que hizo Esteban del confinamiento como oportunidad para la lectura, pero García Morán observó en Gaceta de Salamanca que algún libro, dejamos por un momento la literatura, puede haber sufrido una acelerada obsolescencia.

Inmejorable colofón nos parece ese canto al amor perdido que es la Rima LIII:
Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.
Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres....
ésas... ¡no volverán!
Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.
Pero aquellas cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día....
ésas... ¡no volverán!
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar,
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.
Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido..., desengáñate,
así... ¡no te querrán!
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