miércoles, 4 de marzo de 2020

Del cine al diccionario


El cine es una notable contribuyente al lenguaje coloquial, aunque las más de las veces lo sea por medio de frases hechas. Las que en algunos casos ha cambiado respecto a la realidad narrada, como ocurre con el famoso "Houston, tenemos un problema", cuyo tiempo verbal modificó la película 'Apollo 13' (1995) respecto al original "Houston, we've had a problem here" (Houston, hemos tenido un problema aquí). Primaba potenciar la tensión dramática.

En otros casos son los hablantes quienes han mutado lo dicho en algún film. En Humor de cine de marzo 2019 (2ª parte) ya explicamos, y documentamos con dos vídeos, que eso ocurrió con el famoso ¡Más madera! de la famosa escena de la película ‘Los hermanos Marx en el Oeste’ (‘Go West’, 1940) en la que se despedaza el tren para atizar la caldera de la locomotora (en otras versiones ¡Más madera! ¡Es la guerra!, versión apócrifa que hay quien atribuye a Miguel Miura, que participó en la traducción para el doblaje del film)Pero lo que Groucho realmente grita en el doblaje español es ¡Traed Madera!, mientras que en el original en inglés simplemente exclama Timber!

Viñeta de Miki y Duarte publicada el domingo 5 de mayo de 2013 en la primera página de Málaga Hoy

¡Más madera! también fue el título que la editorial Bruguera dio a una revista satírica lanzada en 1986, bastante alejada del espíritu de los tebeos de esa casa, que solo conseguiría alcanzar los 16 números publicados.

Otra curiosidad ya comentada en este blog, en concreto en el apunte Los Picassos de "Mom and Pop Art", es el doblaje como "sayonara baby!" que aquí se hizo del muy hispano "hasta la vista baby!" de Arnold Schwarzenegger en "Terminator 2: el juicio final" (1991). Una frase que está clasificada en el puesto 76 de la lista AFI's 100 años... 100 frases que el American Film Institute publicó en 2005 con las que consideró más célebres. Pero, ojo, solo del cine estadounidense. Sin embargo, ya verán como, torrenteces aparte, no les será fácil añadir muchas de otras cinematografías.

Mortiner en La Nueva España del 22/12/2016

En todo caso, no son esas contribuciones al lenguaje las que hoy nos interesan, ni tampoco las palabras de la jerga cinematográfica que han llegado al diccionario, como claquetaplató thriller, que en ocasiones lo han hecho en forma de nuevas acepciones, como la microfónica tercera de jirafa.

Pero lo que hoy pretendemos es fijarnos en palabras de uso general que han llegado al diccionario desde películas concretas. Como es el notable caso de rebeca, que el DLE define como chaqueta [ingresó en 1992 como chaquetilla]  femenina de punto, sin cuello, abrochada por delante, y cuyo primer botón está, por lo general, a la altura de la garganta.

La nota etimológica incluida en el Diccionario [1] explica su bien conocido origen en las prendas que luce la actriz Joan Fontaine en el film Rebecca (1940), que es el primero rodado en Hollywood por el director británico Alfred Hitchcock.


El primer ejemplo de uso de esa voz que tenemos identificado en la prensa es el adjunto anuncio de Casa Vilardell, publicado en la página 6 de La Vanguardia del domingo 22 octubre 1944. Téngase presente que, aunque el film se estrenó en Estados Unidos en febrero de 1940, no llegó a España hasta diciembre de 1942 (enlace a la crítica firmada por Ródenas publicada en Abc el día 16). Y adviértase que la ilustración justifica el "por lo general" que la definición aplica a la disposición de la botonadura.

El éxito de esa denominación propició un comercial intento de repetir el juego, creemos que impulsado por los almacenes Sepu, a partir de la película Sospecha (1941) en la que Hitchcock volvió a contar con Joan Fontaine. A continuación mostramos una rebeca y una sospecha confrontadas en un anuncio publicado en Abc en diciembre de 1954, pero lo cierto es que la segunda denominación no consiguió perdurar.

Concluimos el apartado dedicado a la rebeca con una conjetura: ¿es esta la única voz del Diccionario (no locución como enseguida veremos) derivada del título de una película de cine? 

Vamos ahora con una expresión llegada al Diccionario desde el cine, aunque no cuente, según es habitual en esas formas léxicas, con explicación sobre su origen: hacer luz de gas a alguien. La definición que da el DLE es Intentar que dude de su razón o juicio mediante una prolongada labor de descrédito de sus percepciones y recuerdos.

Esa denominación de una forma de abuso psicológico utilizada en numerosos idiomas (la Wikipedia tiene entradas en más de treinta) proviene de la obra de teatro británica Gas Light  de Patrick Hamilton, estrenada en Londres en 1938. Pero fue el cine el que resultó determinante en su asentamiento.

Cabe destacar que la función teatral se representó inicialmente en Estados Unidos con el título Five Chelsea Lane, mientras que la producción que Vincet Price llevó a Broadway en 1941 fue titulada Angel Street. Sin embargo, fue el título original, aunque escrito todo junto, el que prevaleció en las dos adaptaciones cinematográficas: una británica de 1940 dirigida por Thorold Dickinson y otra norteamericana de 1944 a cargo de George Cukor, que en España se estrenó en 1947 como Luz que agoniza para evitar confusiones con el film precedente (la versión teatral se estrenó en Madrid, después que en provincias, el 3 de abril de 1948; enlace a la crítica de Alfredo Marquerie publicada al día siguiente en Abc).


La atenuación de la iluminación de gas de la casa en que se desarrolla la obra, que enfatiza el título español, se produce cuando el protagonista enciende la luz del piso superior cuya existencia mantiene oculta. Un hecho, que junto con el sonido de sus pasos, incrementa las dudas que trata de imbuir a su segunda esposa sobre su cordura.

A diferencia del caso de las rebecas, la gasística es una denominación importada, puesto que fue el idioma inglés el que acuñó ese uso que el Diccionario Oxford ya documenta a comienzos de los años sesenta.   

Dejamos las manipulaciones psicológicas para señalar que otras cinematográficas contribuciones lingüísticas pueden encontrarse en El Cine en nuestro lenguaje, que es el discurso de recepción en la Real Academia que José Luis Borau leyó el 16 de noviembre de 2008. Un análisis que tuvo continuación en una versión ampliada en el libro  Palabra de cine. Su influencia en nuestro lenguaje (Ediciones Península, 2010).

Un ejemplo no llegado al Diccionario que tomamos del mismo es la aplicación de la expresión ‘Juguete roto’ a una persona destrozada. Particularmente cuando antes ha gozado de significativo reconocimiento público. Un sintagma cuyo origen establece Borau en el documental de 1966 dirigido por Manuel Summers.

Concluimos con una locución que nos parece merecedora de llegar al diccionario: ‘día de la marmota’. Una denominación que se aplica a una situación indeseada que se repite una y otra vez sin poder impedirlo. De la misma manera que le ocurre a Bill Murray con la extravagante ceremonia de predicción meteorológica anualmente celebrada en Norteamérica que le toca cubrir como meteorólogo televisivo en la película Groundhog Day (1993). Un film que en España se tituló 'Atrapado en el tiempo', mientras que en  Hispanoamérica es 'Hechizo del tiempo' en algunos países y 'El día de la marmota' en otros como Chile, Argentina, Venezuela o México.



[1] Notable "sesgo de letras" resulta que la etimológica explicación cite a la autora de la novela en que se basa el film, Daphne du Maurier, y no a la actriz Joan Fontaine que interpreta en el epónimo film el papel de la segunda señora de Winter. Un personaje cuyo nombre de pila no llega a desvelarse. Recuérdese que Rebecca es la fallecida primera señora de Winter.





Adenda: Un cualificado contribuyente, que entendemos prefiere conservar el anonimato para evitar que se abuse de la generosidad que ha mostrado con nosotros, aporta dos ejemplos más. El primero es un nuevo caso de personaje que da título a un film, el cervatillo de la película de animación Bambi (1942) dirigida por David Hand para los estudios Disney. Esta es la entrada de ese lema en el Diccionario:


Una vez comprobada la falsedad de nuestra "conjetura de rebeca", no podemos dejar de recordar el popular uso coloquial que alcanzó el nombre de Bambi como sobrenombre de José Luis Rodríguez Zapatero.

Antes que el político español, ese apelativo había sido aplicado en el Reino Unido a Toni Blair. Ello a causa de su juventud, 41 años, cuando en 1994 se convirtió en el líder del Partido Laborista tras la muerte de John Smith. Y en 1997 se convirtió en el primer ministro británico más joven en 200 años al derrotar al conservador John Major, dando cumplimiento a  la premonitoria ilustración de Peter Brookes en el número del 1/10/94 del semanario The Spectator. 

La segunda aportación es un personaje que no saltó al título de su película. El fotógrafo Paparazzo  interpretado por Walter Santesso en 'La dolce vita' (1960), film escrito y dirigido por Federico Fellini. Un nombre  que ha pasado a ser, utilizado en plural, genérica denominación de los reporteros gráficos especializados en captar imágenes indiscretas de los famosos. Concluimos este añadido con su lema:






Adenda 2/4/20: Miki y Duarte aportan hoy la viñeta que en su día no encontramos para ilustrar el uso de rebeca.






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