Bien afirma Lola Pons Rodríguez en el artículo Troj España: el peligro de las metáforas electorales, publicado el pasado domingo en El País, que las lenguas están llenas de metáforas y, como tales, estas deben entenderse en la clave figurada y no real con que se expresan, pero las metáforas calan en la ciudadanía y cuando se popularizan consiguen que asimilemos de manera irreflexiva un mensaje de fondo. Pero en muy variable medida, añadimos; aquí nunca nos da por evocar el feudalismo cuando escuchamos feudo; ni túnicas blancas cuando oímos candidato; ni ... Precisamente por ello, nos parece irreprochable el uso de granero que la catedrática critica, cuando a tantos da de comer la política. Bien lo sabrá una sevillana que tan geográficamente cercano ha tenido el escándalo de los ERE [esperamos que el subrayado deje claro que no pretendemos vincularla personalmente con el mismo como parece que hay quien ha entendido], mera punta corrupta de un inmenso iceberg de la política clientelar. Así que no podemos sino reconocer que nos ha dejado estupefactos que tanto le preocupe el recurso a feudos o graneros en ese lenguaje que te coloca en la fachosfera en cuanto te permites no aplaudir alguna sanchada. Un poquito de priorizador por favor, Dª Lola.
Oportuno contrapunto, de más hondo calado, resulta Cuando la palabrería ensucia las razones publicado por Félix Ovejero en El Mundo del lunes. A ver si el siguiente fragmento les anima a leerlo: De momento, en esta parte del mundo, con un presidente que blasona de sus mentiras, la cosa pinta mal para quienes creemos que salvar las palabras, y con ellas los conceptos, es el primer paso para salvar los principios. No sé si estaremos a tiempo o debemos dar por perdida la batalla por «donner un sens plus pur aux mots de la tribu» (Mallarmé).
Álex Grijelmo apoya en el sobreuso de “trasladar” y “arrancar” la denuncia de la pobreza de vocabulario del periodismo actual que hoy formula en La punta de la lengua Periodismo de mudanzas que adjuntamos como anexo 1. Pero más preocupante resulta lo tratado por Jorge Bustos en el 2 en la columna que concluye con un sutil dardo editorial.
Proseguimos con el Martes neológico del Cervantes Virtual que Carsten Sinner dedica a la palabra alemana minijob formada con préstamos del inglés. Uno de los muchos casos en que un elemento aparentemente inglés constituye de hecho un pseudoanglicismo. ¿Les suena el ya poco usado footing?
El Trujamán Contemplamos el ayer, cavilamos el mañana de Miguel Marañón Ripoll celebra, con cierto retraso, el 25º aniversario de esa sección lanzada el 17 de enero de 1999 en la que tanto se nota la falta de Mari Pepa Palomero.
Rafael Nieto Jiménez publicó el Rinconete Perlas olvidadas del cine español (36). Juego de amor prohibido (Eloy de la Iglesia, 1975) que complementamos con el cartel realizado por el bilbaíno Joseba Prieto. Dieciséis años tenía Inma de Santis.
Pasamos al lenguaje del humor con una reseña de la proliferación de esféricos neologismos. Ramón citaba en su viñeta del domingo tanto la koldosfera como la abalosfera que Santi Orue hacía explotar en la cara de Sánchez. El propio Ramón añadía el lunes la santoscerdánsfera, la francinarmengolsfera y la sanchesfera.
También procede dar cuenta del humorístico éxito de reskoldo / rescoldo que ha comparecido en las viñetas de García Morán, J. Morgan (con diferencial ausencia de implicados), Miki y Duarte, Oroz y en la de Álvaro de hoy mismo. Pero cierto es que el DLE solo cuenta con dos lemas que terminan en -coldo: rescoldo y su desusado sinónimo escoldo.
Puebla completa este koldístico apartado con el deskoldonizar de su velazqueña viñeta de anteayer que el lunes trataremos desde el punto de vista artístico.César Oroz evocaba el martes el eslogan "Sous les pavés, la plage!" ("¡Bajo los adoquines, hay una playa!") utilizado durante las violentas protestas de mayo del 1968, acuñado cuando los estudiantes descubrrieron que los adoquines que arrancaban de las calles para utilizarlos como arma arrojadiza estaban colocados sobre una cama de arena como es habitual en ese tipo de ahora poco utilizado pavimento. Aprovechamos para recordar el macabro uso que le dio Charlie Hebdo en la portada sobre la guerra de Bosnia de su n° 212 fechado el 10 de julio de 1996.
Sigue la descolonizadora versión de JM Nieto del cuento El lobo y las siete cabritillas. Nos ha traído a la memoria el zorro vegetariano de Luis Davila de mayo de 2015.
El prestigioso traductor Xosé Castro Roig, un tipo encantador, divertido y didáctico, escribió este tuit (ahora este equis) el 5 de mayo de 2022:
“Fulanito traslada su apoyo a la ministra’, ‘el portavoz trasladó sus planes a la prensa’, ‘fulanita ha trasladado su queja a la dirección’. /// ¿A qué os dedicáis, copón, al periodismo o a las mudanzas? ¿No tenéis ‘decir’, ‘enviar’, ‘declarar’ en el teclado o qué?”.
“Trasladar” dispone de entrada propia en el Libro de estilo de EL PAÍS, con esta advertencia: “Se abusa de este verbo cuando ocupa el lugar de ‘comunicar’, ‘advertir’, ‘avisar’ y otros verbos de habla. No debe emplearse con esos significados”. Pero eso no viene impidiendo que aparezca por doquier, tanto en este periódico como en los demás medios informativos. “Van a trasladar la consulta a la militancia” (o sea, que van a consultar a los militantes), “fuentes de La Moncloa trasladan por su parte que…”, “les trasladó su satisfacción…”.
Aquel aviso del traductor lo complementó enseguida Susana Escudero, periodista de Canal Sur: “¿Y qué me dices de esto?: ‘Arranca el festival de poesía’, ‘arranca el juicio en la Audiencia’, ‘esta mañana han arrancado las jornadas filatélicas provinciales’. //// ¿A qué os dedicáis, copón, al periodismo o al automovilismo? Comenzar, empezar, iniciar…”.
El Libro de estilo incluye también la entrada “arrancar”, para denunciar su uso abusivo, años atrás residenciado igualmente en “iniciar”. Y añade: “El partido no arranca, sino que comienza, se inicia, empieza, se pone en juego el balón, etcétera. Tampoco arrancan un congreso, una conferencia, una procesión, unas vacaciones, un pleno municipal, un libro, una noticia, una cabalgata… ni mucho menos un minuto de silencio. Arrancan un coche, una carrera, una lavadora. Es decir, acciones que implican una acción por sorpresa, con ruido o con violencia”.
Se trata de dos ejemplos que dan buena muestra de la pobreza de vocabulario en el periodismo actual, que se engancha a ciertos verbos y no los suelta, quizás por el desconocimiento de otros más precisos para la ocasión.
Por ejemplo, “liderar” desplaza continuamente a “encabezar”, “dirigir”, “pilotar”, “acaudillar”, “comandar”…; mientras que “ignorar” con su sentido anglicista machaca opciones más adecuadas para cada caso, como “despreciar”, “desdeñar”, “desoír”, “soslayar”, “marginar”, “desentenderse”, “desatender”, “omitir”, “hacer caso omiso”, “dar la espalda”, “ningunear”, “pasar por alto”...
Es el mismo caso de “generar”, que suele ganar la batalla en los medios a “producir”, “causar”, “provocar”, “ocasionar”…; y, por supuesto, de “realizar”, que, dependiendo de cada situación, desplaza a los verbos “hacer”, “efectuar”, “cometer”, “perpetrar”, “practicar”, “construir”, “elaborar”, “desarrollar”, “obrar”…
Además, “realizar” forma en los periódicos locuciones verbales o perífrasis para las que contamos con verbos más sencillos y breves, más eficaces en un contexto periodístico: “realizar un adelantamiento” es adelantar; “realizar una exposición” es exponer; “realizar un timo” es perpetrarlo, o timar; “realizar una pregunta” equivale a preguntar; y así sucesivamente.
En definitiva, el periodismo de mudanzas traslada artículos que arrancan con un titular, ignoran el buen estilo, lideran la desgana, generan desazón y realizan muchos fallos. Este aburrido periodismo de mudanzas bien podría mudar en riqueza verbal tamaña pobreza léxica.
Anexo 2
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