martes, 9 de junio de 2020

CLIPDA CCCLVI: arte público gijonés en el 30º aniversario del 'Elogio del horizonte'


La viñeta publicada el pasado viernes por Mortiner (Suso Pérez Loza) en el diario asturiano La Nueva España nos da pie para realizar un apretado recorrido por algunas significativas piezas de arte público de la ciudad de Gijón. Un comentario que hemos aplazado hasta hoy para hacerlo coincidir con la celebración del 30º aniversario de la accidentada inauguración del 'Elogio del Horizonte' de Eduardo Chillida [1], que precisamente es la efeméride que inspira la adelantada celebración humorística.

Comenzaremos por apuntar a los visitantes foráneos que puedan preguntarse qué pinta en el dibujo un enorme simio, que la mole de hormigón de 10 metros de altura y 500 toneladas de peso que corona el cerro de Santa Catalina fue apodada por los socarrones parroquianos locales “el váter de King Kong”. Más claro lo dejaba el propio Mortiner en el homenaje de hace un lustro (un dibujo del que, por cierto, ha reciclado la recreación del monumento; quien guarda, halla) y no digamos ya en la tira del 14/6/18 sobre la contaminación playera.


Una pareja de tiras inspiradas en dispares modalidades artísticas nos ayudan a ilustrar la icónica presencia en el humor asturiano de ese monumento devenido seña de identidad de Gijón. En noviembre de 2015 aparecía en la réplica del famoso plano de la famosa villa gala creada por Goscinny Uderzo, mientras que también estaba discretamente presente en una gijonesa versión de 'El Ángelus' de Millet que en marzo de 2017 daba cuenta de la detección de patatas afectadas por la polilla guatemalteca.


Una muestra más de ese papel emblemático, en este caso replicado desede Oviedo por la torre de la catedral y el monumento al Sagrado Corazón de Jesús ubicado en la cima del Naranco. 


En cuanto a las esculturas que se acercan a festejar el cumpleaños de la obra de Chillida en la tira que hoy nos ocupa, procede señalar que el grupo esta encabezado por 'La madre del emigrante', más conocida como “la lloca de Rinconín”. Un bronce realizado por Ramón Muriedas en 1970 que dirige al mar su triste adiós desde el Paseo del Cervigón (más sobre su historia). Entre las viñetas de Mortiner en que ha comparecido, además de la presencia que habrán advertido en la anterior escena de váter de King Kong, hemos optado por traernos la de febrero de 2017 en que se multiplicaba para señalar que la emigración forzada sigue siendo una realidad en esta decaída Asturias que ya está más de un 10% por debajo de su máximo poblacional de hace cuarenta años. También nos parece particularmente notable la parodia de 2015 con la imagen de la alcaldesa Carmen Moriyón: "La Madre - que parió - al Gobernante" (adviértase la presencia en el horizonte del "Elogio", Pelayo y, queden para otro día más detalles, el Cristo que remata "La Iglesiona").


El gijonés monumento a Pelayo [2], que ese es el monarca que sige a la lloca, es una obra de Jose Mª López que fue inaugurada en 1891. Un monumento que contempla el puerto deportivo desde la Plaza del Marqués, colocado sobre un elevado pedestal de piedra que luce unas inscripciones cuyo detalle puede verse en el siguiente enlace y flanqueado por unas fuentes cuyos caños son cabezas de león. Como muestra de la presencia en el humor de esa escultura nos hemos traído una viñeta publicada el 26 de octubre de 2015 en la que Pablo García asturianizaba el icónico final de 'El planeta de los simios' y un primer plano de Mortiner del año 2016.


Hacemos también un hueco a Neto (Ernesto García del Castillo), el dibujante del diario El Comercio, que el 4 de febrero de 2018 apeaba, ¡espada en mano!, a Don Pelayo de su pedestal, para confrontarlo con Alfonso II el Casto con quien hacía lo propio desde su pétreo monumento ovetense, una escultura de Víctor Hevia fechada en 1942. 


No tenemos registrado, en cambio, ningún uso humorístico previo de la estatua de Octavio Augusto emplazada en el espacio ajardinado de Campo Valdés que delimita la playa de San Lorenzo por el extremo de poniente. Ese bronce que está colocado junto a la entrada de las termas de Gijón es un copia de una estatua de mármol del año 19 antes de Cristo conocida como 'Augusto de Prima Porta' o, también,  'Augusto arengando a las tropas', que puede verse en los Museos Vaticanos. La presencia del primer emperador romano en tan señalado lugar gijonés obedece a que fue durante su mandato cuando se produjo la llegada a esa villa de la IV Legión Macedónica.

 

Pero los romanos llegaron entonces a muchos otros rincones de nuestro país, por ello son varias las  ciudades españolas, como las muy romanas Caesaraugusta y Tarraco, que cuentan con similares efigies de ese emperador. Y ello por cortesía de Mussolini, que en 1940 envió a España varias réplicas de bronce de la citada estatua romana. Un pecado original que dificulta encontrar detalles sobre los orígenes de la escultura gijonesa, de la que no es raro encontrar alguna disparatada atribución.

El caso es que el 3 de septiembre de 1970 apareció colocada junto a la muralla del colegio Santo Ángel, muy cerca de su actual emplazamiento, sin que se produjera ningún acto inaugural hasta casi un año después. Fue el 6 de agosto de 1971 cuandos e procedió a la inauguración oficial en el marco de los actos de apertura del Museo Jovellanos que se hicieron coindidir con la celebración del bimilenario de la llegada de los romanos al poblado astur entonces conocido como Noega. A continuación se muestra la reseña gráfica de ambos hitos el diario El Comercio: página 5 del número del 4/9/1970 y portada del 7/8/1971. Obsérvese que, inicialmente, la escultura gijonesa también tenía un bastón de mando, como sus gemelas zaragozana y tarraconense.


También habrán advertido que no fue trasladado a las copias de bronce el pequeño Eros de la pierna derecha, una figura encargada de señalar el origen divino del linaje imperial. De hecho, la tradición romana dio el nombre de Julo al hijo de Eneas llamado en griego Ascanio, para señalar así la relación de la familia Julia con los dioses olímpicos y las gestas homéricas.

Volvemos al cortejo que se ancamina a festejar al "Elogio" en la viñeta de Mortiner, para apuntar también que entre Octavio Augusto y King Kong asoman los metálicos marcos con el nombre de Gijón que están situados junto al puerto deportivo, en un extremo de los Jardines de la Reina. Una pieza escultórica obra de Juan Jareño que fue inaugurada en el año 2011 y no tardó en ser popularmente bautizada como “los garabatones”. Una muestra más de la afición gijonesa a los aumentativos (escalerona, iglesiona, Molinón,...)


Añadimos una triple reseña de la presencia en el humor de Mortiner de ese logo de Gijón: en el homenaje a las jugadoras de hockey del Hostelcur del 13 de abril de 2014, convertido en bicicleta de la alcaldesa en 2015 y al servicio de otro aumentativo, la gripona, el 12 de enero de 2017.



Concluimos con una imagen del tintinesco homenaje del dibujante Manuel Iglesias que ayer publicaba La Nueva España. Un dibujo que incluye la portada del domingo de la edición gijonesa de ese diario asturiano.  






[1] Algo más discreta reseña de esa inauguración hizo también La Nueva España en su portada del 10 de junio de 1990.




[2] No debe confundirse con la escultura, mucho más moderna, que puede verse frente a la basílica de  Covadonga. Una pieza realizada por Eduardo Zaragoza en 1964 (más detalles) que también ha tenido alguna presencia en el humor gráfico como en la adjunta tira dibujada por Pablo García (LNE 23/8/2015).





Adenda 2/2023: Mortiner recreó en su tira del 2/2/23 la reproducción de la escultura «Dríadas» (1930) de Manuel Álvarez Laviada (Trubia [Oviedo], 1892- Madrid, 1858) realizada a finales de los años sesenta por Manuel Álvarez Agudo (Madrid 1929 - 2014) que adorna el parque de Isabel la Católica.

Acompañamos una imagen fotográfica del conjunto que representa a dos de las ninfas de los bosques cuya vida estaba asociada a la del árbol al que estaban unidas. El original obtuvo la Primera Medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1930.




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