sábado, 25 de diciembre de 2021

La lengua en la semana 51/2021

 

La primera estación de este penúltimo recorrido lingüístico del año son las Candidatas a palabra del año 2021 de la FundéuRAE. Las doce finalistas son cámper, carbononeutralidad, criptomoneda, desabastecimiento, ecoansiedad, fajana, megavatio, metaverso, negacionista, talibán, vacuna y variante.

La presencia más forzada, por mucho que haya sido objeto de recientes viñetas de Caín o El Roto, nos parece metaverso. ¿La han escuchado vds. mucho?

Y habríamos cambiado esa última referencia genérica a las mutaciones del "bicho" por una concreta a la Omicrón, que no deja de ser la que ha venido a sacarnos del metaverso, aquí sí que encaja, que nos habían colocado. ¿Se acuerdan de aquella tan cacareada inmunidad de grupo que ahora nadie se atreve a mentar?  Pues no podía faltar con una muy oportuna doble referencia ese "sintagma gatillazo del año" en la visión de JL Martín del metaverso fabricado desde los intereses políticos.

No habría sido mala finalista código QR (por Quick Response), una tecnología que ha eclosionado con pandémicas aplicaciones como la sustitución de las cartas de papel de los restaurantes y el pasaporte covid.

Decida el lector si le parece más representativa del año la ausente mascarilla o el metaverso, como también resulta patente que test de antígenos está ahora en boca de todos. Una prueba que, por cierto, en inglés tiene una denominación bien diferente, lateral flow test, basada en la mecánica del proceso bioquímico de inmunocromotografía utilizado.

Nuestro pronóstico es que si se impone la lectura en positivo, como parece probable y deseable, no cabe sino elegir 
vacuna,
 mientras que desde una visión más crítica quizá habría que hacer un ex-aequo con negacionista y talibán, identificadores ambos de gentes que han competido este año en su condición de dañinas.

Quién iba a decirle al Evaristo, el cantante de La Polla Records, que la estupidez de dar acceso a unos antivacunas al escenario de un reciente concierto vitoriano le llevaría a interpretar un tema de Bosé en una tira de Asier y Javier publicada en Deia. Y algunos  enterándose ahora de qué iba el ya cadavérico punk.


El caso es que próximo miércoles sabremos qué palabra se suma a escrache (2013), selfi (2014), refugiado (2015), populismo (2016), aporofobia (2017), microplástico (2018), emoji (2019) y confinamiento (2020).

Pasamos al diario El País, donde Álex Grijelmo no aprecia en "Coños y chorradas" el carácter de juego con unas muy aireadas declaraciones de 2015 de Pedro Sánchez el realizado por Pablo Casado en el Congreso. Un político a quien, ciertamente, le queda muy grande su actual responsabilidad. 

Nueva degradación del estilo parlamentario son para el periodista esas palabras en las que incluye la ya bastante banal “chorradas”, sumándose así a la creciente mojigatería que se horroriza ante cualquier exceso formal, pero permance impasible frente a las más graves cuestiones de fondo. El imperio del Ni una mala palabra ni una buena obra, por más que tengamos que reconocer que en Asturias tenemos muy asumida la inserción de malsonancias, incluso en conversaciones desarrolladas en registro culto.

Unas cuantas groseras locuciones más encontrarán en el artículo en que Grijelmo incide particularmente en cómo el uso de muchas de ellas ha trascendido su significado original para pasar a ser objeto de una indistinta aplicación por sexos. Una cuestión que precisamente afloraba en la tira de Gallego y Rey en El Mundo del miércoles.

Proseguimos con Lola Pons, que inicia "Ventajas de despreciar la lengua ajena" con la tan rotunda como veraz constatación de que "la existencia de un enemigo es un gran pegamento social". Pero más que lamentarse de la utilización política de las lenguas conviene asumir la inexorabilidad de la misma, una vez que el desprestigio de las tesis étnicas que subyacen en todos los nacionalismos han obligado a sus adeptos a convertir las lenguas en supremo símbolo de la identidad nacional. 

Así que ahí seguiremos con un número insoportable de estudiantes acaba la enseñanza obligatoria con graves dificultades de expresión y comprensión oral y escrita.

La propia catedrática sevillana dedicó a los Términos navideños su colaboración de esta semana en la Cadena Ser. Una intervención por la que desfilan palabras como almirez (del árabe clásico mihrās, machacar), zambomba (percutidas etapas previas, ambas, del villancico que invita a dar a la suegra en mitad la nuez), mantecado, madroño / meruéndano, turrón, alfajor o mirra.  Y precisamente Miki y Duarte se hacían eco no hace mucho del general desconocimiento de la utilidad de esa gomorresina.


Oportuno final resulta en estas fechas un villancico, y el elegido es "Madre en la puerta hay un niño".

Unos cuantos fragmentos de villancicos encontrarán, por cierto, en el curioso Rinconete de hoy: Una mirada vegetófila a la literatura española (6). Sagrada paja de Aina S. Erice e Ignacio Ceballos Viro.

El neologismo más navideño que se les ha ocurrido, en cambio, a las gentes del Cervantes Virtual para el Martes Neológico previo a la Nochebuena ha sido copa menstrual. Un artículo de Julia Sanmartín Sáez que incluye una curiosa inserción de un anuncio de www.eldiario.es (citar, Dª Julia, es otra cosa; require la referencia a una concreta información), dedicado al dispositivo reutilizable patentado en 1937 (pero no inventado) por la escritora y actriz estadounidense Leona Chalmers. Una solución que muy poco a poco va desplazando a los contaminantes tampones y compresas.

En el lenguaje del humor contamos con la paronímica "indeciencia" de la viñeta de Puebla en el Abc del jueves y el acertijo de la navideña  fiestera felicitación de Ortifus. Una pieza que invita a reparar en el lingüístico fenómeno de evitación de la palabra Navidad 
[1]. Véase, a modo de sociológico indicador, el aluvión de comentarios que ha suscitado la felicitadora adhesión a esa tendencia de Pedro Sánchez (que, como es bien conocido, no muestra los mismos sutiles reparos con el Ramadán).

Lenguaje inclusivo o el suicidio de la democracia de José Rosiñol nos parece una interesante lectura complementaria. 


KAL (Kevin Kallaugher) apoyó su felicitación navideña en un malentendido derivado de la curiosa denominación que el incienso recibe en inglés: frankincense. Una palabra que deriva del anglofrancés franc encens, donde franc aportaría el significado de superior calidad (enlace al Diccionario Merriam-Webster).

Julio Rey tuvo el detalle de recordar desde su cuenta de Twitter, también en nombre de JMª Gallego, la viñeta que dedicaron en octubre de 2018 en 
La Esfera de Papel  del diario El Mundo  a la recientemente fallecida Joan Didion
(1934 - 2021). Ningún homenaje gráfico adicional a la escritora y periodista hemos encontrado, pero sí un recordatorio de Pérez Reverte de la descarnada presentación de mundo de Dion realizada en 2017 por Mª José Solano.

Proseguimos con la salarial versión de la fábula de 'La liebre y la tortuga' que Napi complementó con la muy asentada gemelar caracterización del sindicalismo español.


Como muestra del aluvión de Grinchs que cada año vive el humor norteamericano en estas fechas, nos hemos traído el Dr. Fauci de Rivers y una personificación de las mútiples variantes del coronavirus de Jeff Koterba.


El "Cuento de Navidad" (1843) de Charles Dickens es una tradicional fuente de inspiración del humor británico en estas fechas. Ben Jennings evocó el final a cuenta de las mudables restricciones aprobadas por el gobierno de Boris Johnson, mientras que el encadenado espíritu de Jacob Marley fue el protagonista de las referencias de Peter Brookes y Andy Davey (el líder del Partido Conservador en la Cámara de los Comunes Jacob Rees-Mogg y el asesor científico en jefe Patrick Vallance son quienes interpretan esas apariciones). 


El propio Brookes inspiró su viñeta de Nochebuena en A Visit from St. Nicholas, un poema habitualmente conocido como The Night Before Christmas o por su primer verso 'Twas the Night Before Christmas', que pasa por ser la composición lírica más conocida de un autor norteamericano. Pero resulta curioso que fuera publicado de forma anónima en 1823 y tan solo posteriormente atribuido a Clement Clarke Moore, que no reclamó su autoría hasta 1837.


Oportuno momento para recordar que el año pasado lo vimos en una viñeta que Andy Marlette apoyó en una satírica paráfrasis de dos versos.


Transcribimos el comienzo del poema hasta llegar al fragmento parodiado por Marlette:

Twas the night before Christmas, when all through the house
Not a creature was stirring, not even a mouse;
The stockings were hung by the chimney with care,
In hopes that St. Nicholas soon would be there;
The children were nestled all snug in their beds;
While visions of sugar-plums danced in their heads;
...

Concluimos con una maravilla que ayer publicó Andrés Trapiello.




[1] Procede apuntar que el pasado día 15 Ortifus ya deseó Bon Nadal a sus lectores en una viñeta que forma parte de la colección del segundo apunte de ayer.






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