La última portada de la revista The New Yorker está dedicada a la recientemente fallecida Toni Morrison. Una elección que nos ha hecho reparar en la escasez de homenajes que ha recibido desde el humorismo gráfico la primera escritora de raza negra, categoría bastante más amplia que el afroamericana utilizado en muchas crónicas (como esta), que ganó el Premio Nobel de Literatura. Concretamente el de 1993.


En el artículo de presentación de esa portada, publicado hace ya algunos días, pueden verse unos cuantos bocetos preparatorios que, en general, casi nos han gustado más que la pieza final bautizada por su autora como “Quiet As It’s Kept” a partir de un fragmento de la primera novela de Morrison, The Bluest Eye (1970).

Recordamos que las recreaciones del inspirador cuadro que se exhibe en el Museo del Louvre se tratan en los CLIPDAs LXXXIX, XC, XCI, XCII, XCIII y XCIV.
En cuanto a los característicos silueteados de Kara Walker, cabe señalar que en España ya pudieron verse hace unos cuantos años en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga, en una exposición celebrada en el verano de 2008. De la misma procede la imagen que sigue.

P.S.- The New Yorker ha dedicado un considerable número de portadas a los libros, más que a la literatura, pero es notable la ausencia de concretos escritores en esas ilustraciones. Una notabilísima excepción es la tapa de Edward Sorel para el doble número del 27 de junio y 4 de julio de 1994, en lo que es todo un cuadro de honor de la literatura norteamericana. Y no deja de ser notable que Morrison no tuviera un hueco, cuando acababa de recibir el Nobel (no era requisito haber fallecido para optar a esa portada, como pudiera deducirse de una apresurada conjetura).
En todo caso, buena ocasión de poner a prueba sus conocimientos sobre la literatura de Estados Unidos: ¿a cuántos de los presentes es capaz de poner nombre?
No hay comentarios:
Publicar un comentario