El muy atípico gol de penalti en propia puerta adjudicado en el pasado Mundial al portero suizo Yann Sommer, un tanto que comentábamos en el
apunte del pasado jueves, nos ha invitado a explorar un poco más esa desafortunada acción que son los
autogoles.
Pero antes conviene precisar qué se considera tales, porque no siempre está del todo claro. Por ello, en 1997, cuando tan solo se llevaban computados 18 en los 15 Mundiales celebrados hasta entonces, la Fifa dictó unas directrices que, posteriormente, han sido matizadas en diversas ocasiones. Así que los criterios no son uniformes a lo largo de la historia y, en todo caso, prevalece lo que refleje el árbitro en el acta.
Un autogol de la Premiere League que suscitó considerable polémica es el que en 2013 fue adjudicado al portero del Everton Tim Howard en un penalti lanzado por Sergio Agüero.
Y es que el principio general es que si el tiro va a puerta se adjudique al lanzador, sin tener en cuenta quien pueda desvíarlo posteriormente. Así, es notorio que el disparo del costarricense Bryan Ruiz que rebotó en Sommer no iba a puerta, pero no ocurre lo mismo en el tiro de Agüero que sí toca Howard. De ahí la polémica, aunque también es obvio que el gol no se produce tras el primer desvío, sino a consecuencia de una segunda involuntaria intervención. Un buen ejemplo de aplicación de ese principio sobre el destino del disparo inicial, es el de la semifinal Alemania - Inglaterra del Mundial de 1990. En la misma, el radical cambio de trayectoria provocado por el defensa inglés Paul Parker a un tiro de falta de Andreas Brehme no justificó que fuera considerado autogol (enlace a un vídeo con más tomas).
Un autogol de la Premiere League que suscitó considerable polémica es el que en 2013 fue adjudicado al portero del Everton Tim Howard en un penalti lanzado por Sergio Agüero.
Pero dista de ser nuestra intención dedicar este apunte a debatir sobre el concepto, y tan solo pretendemos hacer un recorrido por algunos de los tantos más significativos que han recibido esa calificación en las estadísticas al uso.
La primera liga nacional de fútbol que se jugó en el mundo fue la inglesa, cuya temporada inaugural, la 1888/89, celebró su primera jornada el sábado 8 de septiembre de 1888. Durante muchos años se consideró que el primer gol de esa competición había sido el marcado en propia puerta por el defensa del Aston Villa Gershom Cox durante el partido que enfrentó a su equipo al Wolverhampton Wanderers. Sin embargo, posteriormente se detectó que ese encuentro fue uno de los comenzaron con retraso en esa inaugural jornada por las demoras que se produjeron en varios estadios en la acomodación del público. Así que el honor del primer tanto liguero pasó a ser asignado al delantero Kenyon Davenport del Bolton Wanderers. Un detalle que poco altera nuestro propósito de ilustrar la muy larga tradición de ese infortunio que son los goles en propia puerta, en inglés own goals.
La primera liga nacional de fútbol que se jugó en el mundo fue la inglesa, cuya temporada inaugural, la 1888/89, celebró su primera jornada el sábado 8 de septiembre de 1888. Durante muchos años se consideró que el primer gol de esa competición había sido el marcado en propia puerta por el defensa del Aston Villa Gershom Cox durante el partido que enfrentó a su equipo al Wolverhampton Wanderers. Sin embargo, posteriormente se detectó que ese encuentro fue uno de los comenzaron con retraso en esa inaugural jornada por las demoras que se produjeron en varios estadios en la acomodación del público. Así que el honor del primer tanto liguero pasó a ser asignado al delantero Kenyon Davenport del Bolton Wanderers. Un detalle que poco altera nuestro propósito de ilustrar la muy larga tradición de ese infortunio que son los goles en propia puerta, en inglés own goals.
Estos son unos lances que se han cebado particularmente con el ya citado Aston Villa, un equipo que el 20 de marzo de 1976
recibió un “doblete” de su defensa Chris Nicoll en su partido contra el Leicester
City. Aunque, cierto es que el jugador lo compensó marcando también dos goles al equipo
contrario, para convertirse así en el autor de todos los tantos de ese encuentro
finalizado con empate a dos. Y, encima, el árbitro le negó su deseo de quedarse con el balón, porque era su último partido y lo quería para sí mismo como recuerdo. No era, sin embargo, el primero en conseguir esa auténtica "hazaña", puesto que en 1923 Sam Wynne ya lo había hecho en el encuentro Oldham
Athletic - Manchester que su equipo ganó por 3 - 2.
Por el hecho de haberse producido en la final de la copa inglesa (FA Cup) de 1981, asímismo resulta relevante el caso de Tommy Hutchison. Tras adelantar a su equipo, el Manchester City, también fue suyo el gol del empate del Tottenham Hotspur. Y este equipo sería el que finalmente se proclamaría campeón en el partido de desempate celebrado días más tarde.
El hat trick que suele denominarse 'perfecto' es aquel en que se marca un gol con cada pie y otro con la cabeza, pero muchas definiciones obvian especificar que se haga marcando en la misma portería, preferentemente la contraria. Así que a ellas podría acogerse el jugador del Oxford United Michael Duberry para que se otorgue esa categoría a sus tres goles en un partido del año 2012 frente al Hereford en la League 2 (que, sutilezas del lenguaje, es la cuarta del fútbol inglés; pero lo curioso de esta historia nos ha tentado a realizar este excepcional descenso a categorías inferiores). Y es que dos de esos goles fueron en su propia portería y solo uno en la contraria.
Casi imposible parece hacerle tres tantos a tu propio equipo en un mismo encuentro, pero eso es lo que le ocurrió al belga Stan Van Den Buijs cuando marcó todos los del equipo rival en el partido de la liga holandesa que el Germinal Ekeren perdió 3-2 frente al Anderlecht en la temporada 1995/96. Un caso que es único en categorías de alto nivel (ver video; y bien se podría tener la piedad estadística de apuntarle el tercero al delantero que remacha).
Cabe señalar que es el ya retirado Richard Dunne quien ostenta el récord de own goals de la Premiere League con sus 10 tantos de esas características. Tres de ellos en el, en esto, infortunado Aston Villa (ver lista).
Cabe señalar que es el ya retirado Richard Dunne quien ostenta el récord de own goals de la Premiere League con sus 10 tantos de esas características. Tres de ellos en el, en esto, infortunado Aston Villa (ver lista).
El segundo puesto de
esa poco apetecida clasificación lo ocupan, empatados a 7 dianas, dos jugadores del Liverpool: Martin Skrtel y Jamie Carragher. Ambos acumulan otro autogol más en la copa, pero el más curioso de los marcados en propia puerta por Carragher no está computado en las estadísticas más usuales porque tuvo lugar en un partido amistoso. Forma parte, además, de la poco
edificante categoría de los autogoles deliberados, aunque en ese caso resulte un tanto excusable por tratarse de encuentro benéfico en el que lo que se trataba era de
entretener al personal.
La explicación es que este jugador había sido seguidor del Everton en su infancia, unos tiempos en los que soñaba llegara a marcar algún día un gol a sus eternos rivales del Liverpool. Pero, irónicamente, fue en este segundo equipo donde desarrolló toda su carrera. Así que el 4 de septiembre de 2010 encontró esa forma de cumplir el sueño de su niñez sin causar gran perjuicio a su empleador. No queremos dejar de añadir un enlace al meticuloso registro de own goals de los Reds que mantienen unos aficionados de ese equipo: 149 en partidos oficiales, al día de hoy.
El récord británico de una sola temporada está en poder de Bobby Stuart, quien a lo largo de la 1934-35 le marcó 5 goles a su Middlesbrough. En cuanto al de la Premier League, una competición creada en 1992, se registra un empate a cuatro tantos entre el ya citado Martin Skrtel (2013-14) y Lewis Dunk (2017-18). Un jugador, este último, que cuenta en su haber con el muy trabajado remate del año 2012 que puede verse a continuación.
Sin embargo, la mayor parte de la afición inglesa considera que el mejor ejercicio técnico terminado en autogol es el realizado por Jamie Pollock en el Manchester City cuando ese equipo jugaba en la segunda división. Ello en el decisivo penúltimo partido de la temporada 97/98 contra el Queens Park Rangers que, merced al empate a dos registrado, consiguió mantener la categoría. Eso mientras su rival descendía por primera vez en su historia al tercer escalón del fútbol inglés.
El récord británico de una sola temporada está en poder de Bobby Stuart, quien a lo largo de la 1934-35 le marcó 5 goles a su Middlesbrough. En cuanto al de la Premier League, una competición creada en 1992, se registra un empate a cuatro tantos entre el ya citado Martin Skrtel (2013-14) y Lewis Dunk (2017-18). Un jugador, este último, que cuenta en su haber con el muy trabajado remate del año 2012 que puede verse a continuación.
Aun así, para muchos aficionados británicos, el mejor own goal marcado en la liga inglesa es el toque de espuela del australiano de ascendencia croata Tony Popovic en el encuentro entre el Portsmouth y el Crystal Palace de septiembre de 2004. Un tanto que, de no haber sido en propia puerta, habría sido un seguro candidato a gol del año.
Con ser un gran toque, aun se nos hace más espectacular el "escorpión" del nigeriano Festus Baise en el partido Sun Hei SC - Citizen AA disputado en 2011 en la Primera División de Hong Kong.
Tras recordar que el mayor autoanotador de la máxima categoría del fútbol italiano, la Serie A, es Riccardo Ferri, que le marcó a su Inter en 8 ocasiones, nos venimos ya a España. La máxima categoría de nuestro fútbol registra un llamativo séxtuple
empate a 5 goles en la cabeza de su clasificación de autogoleadores: Alejandro
Arribas, Alfonso Aparicio, Diego Rodríguez, Loren Juarros, Fernando Cáceres y
Sergi Barjuán. Ninguno de ellos lo ha hecho dos veces en un mismo partido, pero
hay ocho jugadores a los que sí les ha ocurrido ese infortunio. Una lista inaugurada
por el bético Eusebio Ríos en un R. Madrid - Betis jugado en 1959 que terminó 7-1, en la que la última incorporación ha sido la de Mikel San José (quien no está en la lista enlazada, que está elaborada antes de su último autogol).
Peores consecuencias tuve el autogol de Zunzunegui en la final de la Copa de 1966 disputada en el Santiago Bernabéu. Un solitario tanto que dio el trofeo al Barcelona.
Mucha menos trascendencia tuvo el de Pedrag Spasic (ver video) en el Camp Nou de la temporada 1990 - 91, un desafortunado cabezazo que dio la victoria al Barcelona por 2-1. Y es que aquella Liga la ganó con comodidad el equipo catalán con once puntos de ventaja sobre su gran rival, que también se vio superado por su vecinos colchoneros.
En sentido contrario, cabe recordar que fue Gerad Piqué quien abrió el camino de la victoria al R. Madrid en el partido de ida de la Supercopa 2017 celebrado en el Camp Nou que finalizaría 1 - 3.
El portero de Colombia Óscar Córdoba yace derrotado en el suelo, mientras Andrés Escobar mira, aun incrédulo, el resultado de su acción |
Monumento al futbolista Andrés Escobar en Medellín |
Como nos queda mucho que contar, vamos a dejarlo por hoy aquí. Ya sentimos dejarles con este mal sabor de boca hasta la segunda entrega que esperamos publicar
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