miércoles, 16 de enero de 2019

Un tuit simpático pero falto de pedagogía energética


No ha tenido una acogida muy favorable la nueva serie de género médico estrenada el lunes en La 1. Mal diagnóstico para ‘Hospital Valle Norte’ tituló Natalia Marcos su crítica en El País. Y ‘Hospital Valle Norte’ acaba de abrir las puertas... y ya puede cerrarlas es el de reseña de Pere Solá en La Vanguardia.

Si hay un detalle que ha llamado poderosamente la atención a la profesión médica, ese es la desfibrilación aplicando 500 julios que se practica en el primer episodio (1). Una posibilidad que, por cierto, no ofrecen los dispositivos habitualmente utilizados.

Sobre esa cuestión, resulta muy expresivo el adjunto tuit de @Cterhode  que hemos encontrado entre los que relaciona 'el Periódico' en su crónica del estreno. Una andanada que, además de a sonreir, nos ha llevado a reflexionar sobre lo poco intuitivas que son las unidades de medida de la energía. ¿Sabría el lector valorar en qué grado se hace uso de ese habitual recurso humorístico que es la exageración o hipérbole?

¡Venga!, una estimación antes de seguir.

El julio, o joule, es una unidad del Sistema Internacional que tiene escaso uso en el lenguaje habitual, incluso técnico, donde la omnipresente electricidad ha impuesto el kilovatio hora (multiplicado por hora, no dividido, que esa lección se la saltan en muchas facultades de periodismo). Eso cuando la dietética lo ha hecho con la kilocaloría, que tan frecuente, como obsoleto, es llamar símplemente Caloría, que se escribe con mayúscula, mil veces mayor que la iniciada con minúscula. Pero no es fácil que alguien se coma una ración de un alimento mil veces superior a la aconsejada. Mucho recorrido y pedagogía le falta al ahora preceptivo etiquetado en kilojulios (que es más pequeño: 1 kcal = 4,184 kjul; vaya acostumbrándose a dietas de 8.400 kjul más que de 2.000 kcal).

Pero como queremos relacionar desfibrilación con baterías de teléfono, lo que nos interesa es relacionar esos esquivos julios con los, vamos a bajar de escala para adaptarnos a los consumos de la microelectrónica, vatios hora (Wh). Y la cosa no puede ser más sencilla, porque un julio es la energía que produce una maquina de un vatio de potencia cuando funciona durante un segundo. Luego un vatio hora (Wh) son 3.600 julios. Así que esos 500 que no hay desfibrilador comercial que entregue, son 500/3.600 = 0,139 Wh. Bien poca cosa cuando no se dedica uno a descargarla sobre un corazón en un muy breve lapso de tiempo.

Pero, curiosamente, son los fabricantes de teléfonos quienes nos complican un poco más la vida, por su costumbre de identificar la capacidad de las baterías en miliamperios hora, que no es una medida de energía, sino del tiempo durante el cual pueden suministrar una determinada intensidad de corriente. Así que necesitan saber el voltaje de trabajo de su teléfono, habitualmente 3,7 ó 3,85 V (voltios), para poder calcular, por simple multiplicación, cuanta energía almacena su batería. Una unidad de 3.000 mAh (miliamperios hora), que es bastante usual (las más capaces alcanzan los 5.000), almacena en un aparato con un voltaje de 3,7 V una energía de 11.100 mWh o, en escala más sencilla, 11,1 Wh.

Resulta, por tanto, que cargar una batería como la especificada requiere (11,1/0,139 = 79,9) casi 80 de esas exageradas descargas del inexistente modelo de desfribrilador que utilizan en la teleserie. Así que nada de poder cargar un par de veces el móvil con una de ellas.

Una vez conocido que el orden de magnitud del factor de exageración de la humorada que estamos comentando es de dos ceros, ya podemos afirmar sin miedo a provocar equivocaciones que nos parece muy divertida tan salerosa como exagerada comparación.

Y si se hubieran con ganas de seguir contextualizando en su vida diaria pequeñas magnitudes energéticas, pueden enlazar la lectura del apunte 860 (recordar este número ayuda a entender la energía).



Ejercicio: ¿Cuantas baterías de móvil como la que hemos tomado como referencia necesitaría vd. utilizar al día para satisfacer las necesidades energéticas de su cuerpo?






(1) En un artículo previo a la emisión publicado en El Mundo se dice que Para no perder realismo, la serie ha contado con un asesor internista para los guiones, un cirujano en plató y la colaboración de los servicios de emergencias de Las Rozas (Madrid). Pues mejor que no trasciendan nombres.





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