
Coincidimos en que es un neologismo semántico que parece suficientemente consolidado como para ser recogido en los diccionarios, máxime cuando la cuota de ese tipo de personas diríase que no para de crecer, impulsada por el fértil ecosistema que proporcionan las redes sociales.
La segunda entrega de la veraniega columna de Lola Pons Rodríguez en El País estuvo dedicada a La Soberbia. La parte más lingüística del artículo es la que expone la mudanza del concepto renacentista de patria desde pertenencia a un lugar hasta su actual condición de palabra con muchas aristas sentimentales, connotadas o envilecidas por la política. No podemos sino coincidir con su conminación a practicar el patrotismo de la mascarilla.
Aplicación desaplicada tituló Álex Grijelmo su última 'La punta de la lengua'. Un artículo en el que lamenta que el acortamiento español ‘apli’ parezca condenado a perder la batalla frente al inglés ‘app’ que luce una, en nuestro idioma, sobrante ‘p’. Pero, como bien apunta, la laternativa ‘ap’resulta una extraña formación. Difícil prever, en todo caso, qué nos deparará la veloz evolución tecnológica que tantas palabras ha dejado rápidamente obsoletas.
Fundéu comenzó la semana apuntando que la traducción de la expresión inglesa hydrotreated vegetable oil, frecuentemente citada por su sigla HVO, es aceite vegetal hidrotratado (más sobre ese combustible).
El martes dieron su aprobación al uso de los neologismos espectacularizar y espectacularización para indicar que algo se convierte en un espectáculo. Lo que, por cierto, cada vez ocurre con mayor frecuencia.
En la siguiente recomendación destacaron la importancia de las preposiciones, como pusieron de manifiesto recordando la diferencia entre ahondar algo, que equivale a ‘hacer que una cosa o situación sea más profunda’, y ahondar en algo, que significa ‘investigar en profundidad’.
El jueves recomendaron utilizar primera fila, o fila delantera, en vez del innecesario anglicismo front row que tanto gusta a los hablantes más afectados. Y ayer recordaron que los sustantivos genéricos que forman parte de los nombres de accidentes geográficos (mar, río,…) se escriben en minúscula: mar Mediterráneo.
Dejamos Fundéu para reseñar un curioso ejemplo del asentado abuso del adjetivo presunto: el que se ha colado en la aragonesa ORDEN CDS/569/2020, de 8 de julio, por la que se adoptan medidas de prevención y contención en los centros de servicios sociales especializados para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por la pandemia producida por el virus SARS-CoV-2 tras la finalización del estado de alarma.
Una orden que bien podría declarar simplemente ser de medidas de prevención y contención de la Covid-19. Pero el aparato legislativo está tomado por barrocas gentes que gustan recurrir a vacuos circunloquios para tratar de disimular su falta de inteligencia y preparación. Algunos ni siquiera saben que no cabe sancionar presunciones.

Un tuit de la Rae nos ha descubierto una de las más sorprendentes etimologías de la que tenemos noticia, cual es la de la palabra «mamotreto»: del latín tardío «mammothreptus», y este del griego μαμμόθρεπτος «mammóthreptos»; literalmente 'criado por su abuela'. Y de ahí 'gordinflón, abultado', por la creencia popular de que las abuelas crían niños gordos.
Menos humor de lingüístico interés hemos visto esta semana que en las anteriores. Pero rara vez faltan aportaciones de Postigo desde El Periódico de Aragón, si bien resulta llamativo lo forzado de su recurso del jueves a la expresión hacerse el sueco. Porque lo cierto es ya le hubiera gustado a nuestro presidente del gobierno que el primer ministro del nórdico país, compañero socialista, por cierto, se hubiera desentendido, como indica esa expresión, de las pretensiones españolas y no se hubiera posicionado frente a las mismas con la contundencia que lo hizo. Algún incisivo tuitero mensajeó: Parece que Sánchez está comprendiendo lo del "no es no".


Verdaderamente sorprendente nos resultaba no encontrar la fábula 'La cigarra y la hormiga' aplicada al debate que se vive en Europa. Por fin ha sido Laurent Salles quien inspiró en la misma una viñeta publicada ayer en el diario L'Alsace (¡Cuida tu deuda! / ¡Te quedarás en casa en vacaciones!).

La que sí que recogíamos la semana pasada es una viñeta de David Rowe sobre cuestiones políticas australianas inspirada en la leyenda 'El pequeño héroe neerlandés' (The litte dutch boy). Y esta ha vuelto sobre esa msima fuente de inspiración para encomiar la difícil labor del Dr. Fauci a quien convirtió en 'El niño con el dedo en el Don'.

Vamos con unas dilogías en inglés. Primero la de John Cole con el significado de apedrear que puede darse al apellido de Roger Stone, el siniestro personaje que ha recibido el presidencial perdón de su condena en un escandaloso ejemplo de la arbitrariedad con que ejerce el poder Trump. A su lado un juego de Peter Kuper con la expresión breaking news.

Un poco de francés para finalizar. Un idioma en el que sentir sinifica habitualmente oler, falso amigo cuyas consecuencias han sufrido no pocos españoles al hablar la lengua del vecino país. Pero también puede utilizarse con el sentido de percibir en un registro tanto literario como culto. Y así es como empleó ese verbo el nuevo primer ministro galo Jean Castex en su discurso ante la Asamblea Nacional en que manifestó que "il faut sentir le pays". Un uso que propició que el humorista Man enlazara el significado coloquial con la palabra godillot.

Kal apoyaba su reciente viñeta sobre el acoso presidencial al responsable epidemiológico de Estados Unidos con un anfibología derivada de que 'feel safe', sentirse seguro, también puede interpretarse como "sentir" una caja fuerte.

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