sábado, 14 de julio de 2018

Cosas de la lengua 28/2018


Llamativa casualidad que, tras hablar la semana pasada de las palabras fantasma, en esta hayamos visto publicado un video sobre ese tema en la, para los interesados en el idioma inglés, muy interesante web del Diccionario Merriam-Webster. La editora asociada Emily Brewster documenta en su intervención como en 1934 se les coló la que afirma es la única palabra de ese tipo que ha conseguido infiltrarse en su lexicón: dord. Un inexistente sinónimo de la densidad, que no fue retirado hasta 1947.

Las ‘commodities’ y la comodidad es, como el autor del artículo concluye, un ejercicio gimnástico con el que Álex Grijelmo pretende explorar opciones frente a un anglicismo muy extendido en el lenguaje económico como es commodity. Una palabra que en España, a diferencia de lo que sucede en América, se utiliza normalmente en femenino, y que se aplica en el inglés general a cualquier “artículo de consumo” o “producto”. En el léxico de la economía su uso se ha especializado, en cambio, como “materia prima”, aunque también puede referirse a cualquier bien que no posea rasgos específicos.

Como refleja el subtítulo del artículo, el periodista constata que el bastante apropiado “genéricos” ya está ocupado por la terminología farmaceútica, y tampoco alcanza resultados satisfactorios en su exploración del uso de términos como indiferenciado o básico. Así que termina por mostrar tolerancia con palabra la importada, que reconoce muchos redactores seguirán usando, quizás por comodidad, aunque para otros hablantes pueda resultar en la incommodity que produce el desconocimiento.

Lola Pons Rodríguez publicó el miércoles en Verne un interesante artículo sobre el signo de puntuación llamado manecilla ☞ que, como acabamos de demostrar, puede encontrase en numerosas fuentes de ordenador. Y ello sin olvidar que fue la inspiradora de la mano en que se convierte la flecha del puntero para indicar la presencia de un hipervínculo u otro elemento que se puede activar.


Y hablando de signos de puntuación, el pie de la adjunta viñeta de Joep Bertrams pone de manifiesto el cambio de significado que puede conseguirse con la mera inserción de un  signo de admiración.

Fundéu dedicó su apunte del lunes a divulgar la grafía gánster, con tilde en la a y sin ge entre la ene y la ese, que es la adaptación recomendada del anglicismo gangster.

Al día siguiente se ocuparon de proponer artículo o publicación como alternativas al anglicismo paper, que ven utilizado con cierta frecuencia en español. Según el contexto también cabe utilizar ensayo, comunicación, ponencia, informe o trabajo.

El miércoles estuvo dedicado a explicar que los adjetivos paternal, paterno y parental tienen significados distintos. Paterno es lo relativo al padre’ o, ‘dicho de un pariente, por parte de padre’. Paternal añade un matiz afectivo y parental tiene un significado más general, pues alude a ‘uno o a ambos progenitores’ y de forma más amplia a lo ‘perteneciente o relativo a los padres o a los parientes’.

Prosiguieron los urgentes con la advertencia de que se dice predicar con el ejemplo, y no practicar con el ejemplo que, la verdad, nunca habíamos visto previamente, para hacer referencia a los actos han de acomodarse a aquello que se dice o recomienda a otros.

Y completaron ciclo aconsejando no utilizar la locución al alimón como mero sinónimo de simultáneamente, porque significa ‘conjuntamente’ e implica colaboración.

Lo primero que hemos leído en el Laboratorio del lenguaje del Diario Médico desde nuestra última reseña semanal es el breve artículo Reglas nemotécnicas (II). En el mismo se explica el uso de la sigla ALICIA para evaluar el dolor, CÁNCER para la fiebre fiebre reumática y el propio nombre del síndrome de LÖFGREN para recordar sus elementos sintomáticos.

Los errores anatómicos y su trascendencia clínica es una entrevista a José Antonio Pereira, profesor titular de Anatomía Humana de la Universidad Pompeu Fabra (UPF). En la misma pone de manifiesto el retroceso del conocimiento de la anatomía en los apretados planes de estudio actuales, por lo que, tras considerar una quimera incrementar las horas de docencia, plantea conseguir que esté más presente en las asignaturas clínicas. Está claro que el saber sí ocupa lugar.

El martes 10 habría cumplido un siglo el polifacético médico y escritor aragonés Santiago Lorén Esteban, una efeméride que Fernando A. Navarro aprovechó para glosar la figura de este ginecólogo que ganó la segunda edición del premio Planeta (1953) con la novela 'Una casa con goteras'.

Fernando A. Navarro se ocupa en el apunte ¿Bidé o bidet? no solo de la grafía de esa palabra recientemente tratada en otra entrada del blog médico, sin de otros varios galicismos en los que la RAE ha terminado por admitir la transcripción francesa. Y curios el caso de ballet en que esa es la única admitida. No estamos muy seguros de que llegue a cumplirse su vaticinio de que terminarán por caer en desuso esas formas con t final.

El Martes neológico escogió el término bretzel, que también tiene la forma brezel, con la que se denomina un típico producto de panadería, con forma de lazo, de origen alemán. Maria Wirf Naro apunta que su étimo probablemente sea el diminutivo latino brac(c)hium y su plural brac(c)hia, ‘brazo’, en alusión a su aspecto, que recuerda unos brazos entrelazados. Una forma que ya es más libre en el pretzel inglés o americano que también se presenta como bastoncitos.

26 expresiones en español que nos suenan a chino a los españoles es una recopilación de modismos del lenguaje de América, realizado  en forma de fotorrelato. Cuestionable la selección de imágenes a mayor gloria del famoseo cinematográfico patrio. Pero, desde luego, no está de más saber cosas como que si en México te dicen “¡Qué cagado eres!” no te están llamando cobarde, sino que están alabando lo gracioso que resultas. Por contra, recibir en Ecuador el calificativo de “salado” nada tiene que ver con la gracia o chispa, porque allí se aplica a quien tiene mala suerte, o sea, al que está gafado.

Si hace bien poco que Andrés Meixide nos enseñaba en una de sus viñetas una expresión coreana, esta semana explicó como se escribe en tailandés buena suerte. Ello con una expresiva tira dedicada al rescate de los niños atrapados en una cueva, cuyo feliz final cumplió con sus originales buenos deseos.

Más dudas tenemos de que las, sin duda bienintencionadas, pero dudosamente viables propuestas de Elon Musk, no fueran más bien un estorbo. Al final los tailendeses aplicaron el sentido común, ese que la tecnología parece ofuscar en la cabeza del millonario, recurriendo a unas ligeras camillas de rescate pertrechadas con máscaras de respiración. Un conjunto mucho más manejable que el absurdo cipote balístico que propuso Musk. Y ni hablamos del tubo de su propuesta anterior, que todavía no sabemos como se. ¡Cuanta soberbia, señor! ¡Y cuanta publicidad gratis!






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