La descarada falsedad que hoy hemos visto en un titular de prensa nos obliga a publicar un segundo apunte.
Anda revuelta la sociedad asturiana, por una vez con su empresariado al frente, por el asunto de la llamada descarbonización. O sea, la severa reducción prevista del peso de la quema de carbón en la producción de energía eléctrica. Una cuestión que viene prevista de lejos y para la que Asturias recibió cuantiosos fondos que deberían haberse destinado a transformar su economía del carbón. Pero no se hacen jornadas para valorar que se hizo con aquel dinero, sino para escenificar apocalípticas peticiones de prórroga para un modelo económico obsoleto.
Sin embargo, lo que más nos ha llamado la atención de la crónica publicada en La Nueva España del último de estos actos, es el exceso en el atrezzo que se utiliza para la lacrimógena escenificación. Lo hemos subrayado en rojo en el adjunto recorte de la edición digital (que coincide en esto con la impresa): España, único país de la UE que cumplirá el objetivo de renovables en 2020. Ha faltado añadir, ¿ven cómo somos unos pardillos?
Pues nos vamos al último informe de Eurostat sobre energías renovables, que es del pasado mes de enero, para traernos un bien expresivo gráfico.
Cuenten los puntos verdes. De paso observarán que el de España, de momento, es naranja (1), y exclamen con nosotros: ¡Fake news!
(1) aunque cierto es que ya han sido adjudicados 3,8 GW de renovables que están pendientes de instalar.
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