viernes, 20 de julio de 2018

Una foto que también debería hacer reflexionar a Open Arms


Vaya por delante que somos plenamente conscientes de que toda ong necesita dinero para sus fines. Y que no es fácil animar a los donantes cuya solidaridad es reclamada para  toda suerte de nobles causas. Así que ahí entra en juego el marketing al que tan bien le vienen las imágenes de impacto. Como las que se han visto del rescate de una embarcación destruida, en la que una mujer apenas conseguía sobrevivir junto a otros dos compañeros de viaje que ya había perecido. Tremendas fotos, como la que sigue, tomada por Pau Barrena, un fotoperiodista catalán que formaba parte de la dotación de esta misión en la que también participó Marc Gasol.


No es difícil que sea ese infantil cadáver el que concentre su atención, con el consiguiente riesgo de que ello les impida advertir algunos otros llamativos detalles. Adviértase que Josefa, que así se llama la rescatada cuando ya sufría una severa hipotermia, todavía permanece en el agua. ¿Qué demora a los rescatadores para izarla a la neumática?

Les ayudamos a contestarse esa pregunta con un detalle de la imagen que hemos pintado con unos orientadores trazos. 


Si asumimos que en la embarcación desde la que se está haciendo la foto tan solo hubiera una persona cámara en mano, nos salen cuatro cooperantes aplicados a la fotografía. Luego superan en número a los rescatadores dedicados a lo que toca. Tenemos un buen amigo vasco que, en estos casos, suele contar ese chiste que termina con un rotundo "¡cuando a setas a setas, y cuando a Rolex a Rolex!"

Y lo malo es que estos detalles te ponen en guardia y pasas a preguntarte cosas como si los barcos de Open Arms tienen tan similar velocidad de crucero que llegan al mismo tiempo a las alertas. O si tienen que esperarse para actuar en pareja, cual guardias civiles. Eso con un sorprendentemente lejano fondeo del reconvertido remolcador del que proceden las neumáticas. Así que ya se ve que no son los cadáveres, particularmente el poco respetuosamente hiperfotografiado del pequeño (enlace a más fotos con notable resolución), lo único que no nos ha gustado de lo que hemos visto. Y no negamos que, quizá, sesgados porque veníamos de leer en El Mundo un artículo sobre una escandalosa escenificación periodística montada por Claudia García para el programa de Susanna Griso en Antena 3. ¡Qué vergüenza de periodismo!

Y si continúan con ganas de lectura, bien podrían acercarse al blog de Manuel Conthe para leer El dilema moral del montón.





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