sábado, 7 de julio de 2018

Cosas de la lengua (27/2018: 1ª parte)


Como hace bastante tiempo que no reseñamos ningún artículo de la sección Rinconete del Centro Virtual Cervantes, comenzamos hoy con el prometedor inicio de la serie de David Prieto García-Seco dedicada a las "palabras fantasma". Estas son las que aparecen en los repertorios lexicográficos sin haber tenido uso real, más allá de errores y malentendidos. En la primera entrega se ocupa de una «acepción fantasma», la tercera dada a consiliario que, según nos explica, es fruto de un error del académico de turno (aporta el nombre) en la lectura del 'Tesoro de la lengua castellana o española' (1611) de Covarrubias.

En su texto hace referencia al interesante fenómeno de la enantiosemia o contronimia (del inglés contronomy) por el que algunas palabras simultanean significados contrarios. Menciona como ejemplos los casos de alquilar (‘ceder el derecho a usar algo’ y ‘obtener el derecho a usar algo’), dar clase (‘enseñar’ y ‘recibir enseñanza’) o huésped (‘persona que aloja a alguien’ y ‘persona que es alojada por alguien’).

Todos los citados proceden de aplicar sentido tanto activo como pasivo a una acción, por lo que nos parece interesante añadir otro que no comparte esa característica, como es lívido/da. Un adjetivo que puede significar tanto ‘amoratado’, que es la acepción original, como ‘intensamente pálido’. Este último significado fue incorporado al Diccionario después de 1925, aunque no tenemos constancia de en qué edición, y hoy en día es claramente el significado dominante.

La combinación de ambas coloraciones, como ocurre en la livedo reticularis que se muestra en la adjunta imagen, puede ayudar a entender como se llegó a esa ambigüedad. Una teoría responsabiliza del cambio de significado a la errónea interpretación de ‘las livideces cadavéricas’, unas manchas moradas que aparecen en ciertas partes de los cadáveres. Y así es que el lenguaje de la medicina hoy en día considera que el doble significado hace poco útil el adjetivo lívido, por lo que prefiere utilizar “livor mortis” frente a livideces cadavéricas y “ciánico” a lívido.

Aprovechamos para recomendar asímismo la lectura de otro Rinconete anterior, el de Pedro Álvarez de Miranda titulado Sanxenxo / Sangenjo, o de la santa paciencia. Un artículo que pone de manifiesto el tan extremista como zafio campo de batalla en que algunos han convertido los topónimos.


El Martes neológico se ocupó de la metanfetamina, un miembro de la familia de las fenitelaminas  cuyo nombre científico es desoxiefedrina y, según la IUPAC (Unión Internacional de Química Pura y Aplicada) es N-methyl-1-fhenilpropan-2-amina. Comercializada en 1938 con el nombre de Methedrina, resultó muy utilizada durante la Segunda Guerra Mundial para enmascarar la fatiga y prolongar la vigilia de las tropas. En 1971 fue incluida por la Convención Internacional de Psicotrópicos en las listas de sustancias controladas.

El neologismo analizado es una palabra compuesta con el prefijo meta-, procedente del griego μετα-, que en la terminología química indica la suma de una molécula de agua al óxido ácido, y la palabra anfetamina procedente del inglés amphetamine, que es un acrónimo creado a partir de a(alpha) m(ethylbeta) ph(enil) et(hyl)amine.

En el mundo de la droga, la palabra suele utilizarse acortada como meta o metanfeta, o incluso con la sintética forma tina. Pero las más frecuentes son las denominaciones basadas en la presentación de la sustancia, muchas veces expresada en inglés: meta cristal (crystal meth), hielo (ice), vidrio (glass), cristal (crystal). Sin embargo, esta última denominación se usa más para referirse al éxtasis o MDMA en polvo.

Alex Grijelmo critica en el artículo El árbitro sin reglamento el absurdo papel de equidistante mediación que el independentismo pretende que desempeñe el rey. También recuerda que Quim Torra ha reiterado que en el discurso del 3-O “el Rey apoyó la represión del 1 de octubre", cuando en las 661 palabras de Felipe VI no hay apoyo alguno a la forma en que las fuerzas de orden público tuvieron que lidiar con la encerrona en que las metió el gobierno del PP. Lo más que podrán decir es que no las condenó.

En el suplemento Verne del propio diario El PaísEmilio Sánchez Hidalgo propone A ver si con emojis entendemos cómo usar 'la', 'le' y 'lo'. No estamos nada seguros de la eficacia de su visual método. Repite el test de un artículo previo de Lola Pons sobre la misma cuestión, así que pueden poner a prueba su dominio de la cuestión. Y bien podía haber actualizado el protagonista de alguna de las preguntas.


Si la semana pasada  dábamos cuenta del mexicanismo electoral  cazamapaches, esta hemos encontrado una viñeta firmada por Waldo que nos habría venido muy bien para ilustrarlo. Aplicamos lo de más vale tarde que nunca.

Y como nos queda bastante materia, vamos a dividir esta reseña en dos partes. Finalizamos esta primera con la observación, purista opinarán algunos, de la manía que tienen muchos informadores de hacer referencia a las bombonas de oxígeno de los buceadores. Pero ese gas tan solo ocupa el 21% del volumen (23% del peso) de esos recipientes, lo mismo que en el aire que todos respiramos, buceadores incluidos. Bueno, salvo una pequeña fracción que ocasionalmente puede utilizar mezclas especiales como el Nitrox.





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