martes, 10 de septiembre de 2019

La convivencia de perros y gatos en las portadas de la revista The New Yorker



La última portada de la revista The New Yorker es una creación de Ivan Brunetti titulada “First Date”. Una “primera cita” que plantea una discrepancia de preferencias en cuestión de mascotas que, sin embargo, no se producía en el primer boceto, que la publicación neoyorquina ha tenido el detalle de incluir en la presentación de esa ilustración. Un borrador que también incluía un luego desaparecido guiño a la famosa serie de cuadros “Perros Jugando al Poker de Cassius Marcellus Coolidge.


Entre las tres portadas adicionales que pueden verse en la citada presentación se incluye la de octubre de 2015, una creación de Peter de Séve, titulada “Catnap”, que refleja de manera espléndida el muy diferente caráceter que, convencionalmente, muestran ambas especies de mascotas.

Lo cierto es que perros y gatos protagonizan multitud de portadas de la revista que nos ocupa, pero no son tantas aquellas en que lo hacen conjuntamente. Por ello nos ha parecido oportuno dedicar el apunte de hoy a complementar la panorámica de esa tipología de ilutraciones.

La proseguimos con la de Roz Chast titulada “Ad Infinitum”, publicada en marzo de 2013. En la misma se propone el característico efecto recursivo que se produce cuando se oponen dos espejos, pero con una mágica mutación de los presentes en las sucesivas iteraciones. Un juego que ya propuso Chas Addams, aunque de forma mucho más sutil, en una viñeta publicada en los años sesenta en las páginas interiores de la revista.


Otra aplicación muy notable de esa versión mutante de juego es la de la carátula del doble álbum de Pink Floyd “Ummagumma” (1969). Pero nos estamos desviando de nuestro tema de hoy, así que sobre eso, les remitimos al blog Ojo melómano, donde encontrarán una documentada explicación de los detalles y variantes de esa imagen.

Proseguimos nuestro recorrido en orden cronológico inverso con una tapa ya msotrada en el apunte Otras vistas de las vecindades en la que Mark Ulriksen infiltró un gato en la canina comunidad que llevóa a la tapa del 13 de agosto de 2007. A su lado un campestre rescate, obra de Bob Knox,  publicado en 31 de agosto de 1992.

Las presencia de mascotas es muy habitual en las portadas de George Booth, particularmente de perros y, en concreto, de un característico ejemplar de intimidatorio aspecto. Pero ese ahora nonagenario dibujante, ha mostrado repetidamente que su característico can no tiene problemas para compartir espacio con los felinos.


Completan el siguente bloque dos tapas del artista francohúngaro André François (André Farkas) en que ambas especies también se desenvuelven en armónica compañía.



Y ya se ve que ninguna tapa hace referencia al proverbial llevarse como el perro y el gato, pero sí que es notable la ilustración que hizo Harry Brown en la del 4 de abril de 1936 de la expresión equivalente en inglés a nuestro llover a cántaros: rain cats and dogs. Una pieza ya comentada en el apunte Ejercicios de traducción de ilustraciones (I), con la que finalizamos este recorrido.





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