Muy variopintas temáticas tratan los últimos artículos de la sección Rinconete del Centro Virtual Cervantes. Pero nos ha interesado particularmente el de Pedro Álvarez de Miranda publicado ayer, que está dedicado al catalanismo morfosintáctico según qué cosas. No desvelamos más.
Irene Roldán González trató en el Martes Neológico sobre frentismo. Una reseña que parte de la inicial derivación de frente en la acepción de «coalición de partidos políticos, organizaciones, etc.», muy poco utilizada modernamente en España. Sin duda por las connotaciones que tiene el sintagma Frente Popular.
Más rabiosamente neológica es la constatación del diferente uso adquirido por esa voz a este lado del Atlántico. Ahora habitualmente utilizada, con significado despectivo, para acusar al adversario político cuando se considera que su intención no es el bien común del país, sino la mera confrontación en busca del favor de los electores. Ojo, pues, en las conversaciones con sus amistades americanas.
La autora tan solo ha localizado esa acepción en el Diccionario de neologismos online (no hay manera de que inserten un enlace; ya nos ocupamos) con la definición «práctica política que apuesta abiertamente por la confrontación entre dos frentes políticos opuestos». Y la referencia más antigua documentada en el mismo procede de La Vanguardia de 18/08/1998 (pág. 12): Nicolás Redondo Terreros, en una entrevista en "Tiempo", sostenía que el diálogo del PNV con HB oculta un resurgir "del frentismo" nacionalista ante su "declive" electoral.
Pasamos a El País. Álex Grijelmo se ocupa en "Cómo nombrar la pérdida de un hijo" de la curiosa modalidad de impulso neológico que pretende forzar la entrada en el Diccionario de una voz desde plataformas como Change.org. Así que toca recordar, una vez más, que la Academia no gobierna las palabras como si fuera su dueña, sino que tan solo deja constancia de que un determinado uso se asienta.
Siguió un recordatorio de que zoonosis, palabra que se emplea para referirse a las enfermedades de los animales que pueden transmitirse a las personas, se escribe sin tilde.
El jueves dieron validez al neologismo farandulizar, que se emplea con el sentido de ‘frivolizar o enfocar un asunto con banalidad’. Enlazamos infromación adicional sobre la palabra farándula que el DLE entiende derivada del occitano farandoulo.
Ayer los urgentes propusieron la expresión falso documental como alternativa al inglés mockumentary que se aplica a las parodias con formato de documental, pero de contenido ficticio.
Comenzamos el recorrido por el lenguaje del humor reciente con un paronímico sopasso descriptivo de las expectativas de Vox en las últimas encuestas. Una mutación de sorpasso que sirvió a Gallego y Rey para insertar un cambio de protagonista en una elongada versión de una de las más famosas viñetas de Quino sobre la emblemática fobia de Mafalda.
Y desde el humor porteño nos traemos una interesante ironía de Bernardo Berlich, publicada en el diario Clarín, sobre la expresión "poner en valor" que tanto gusta a los políticos que más se esfuerzan por parecer à la page. Y curioso que la intensidad de uso suela ser inversamente proporcinal al valor añadido aportado por el correspondiente usuario.
pizzazz (o pizazz) que se usa como informal denominación de atractivo, vitalidad o "chispa".
Christian Adams recurrió a la expresión "Meter la zorra en el gallinero" en su visión de la convulsión que sacude a la familia real británica. Y el asunto nos ha dado, aparte de para encontra unos interesantes vídeos en la web de Jara y Sedal, para interrogarnos sobre el género femenino con que habitualmente se formula. Entendemos que deriva de la asociación con la fábula de Samaniego La zorra y la gallina. Ya caerá el tema en manos de la neoinquisición.
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