Comenzamos este sabatino recorrido, como tantas veces, en el Martes Neológico del Centro Virtual Cervantes. Sara Gómez Díaz trató esta semana sobre micromovilidad, que es la denominación que se ha dado a la modalidad de transporte para distancias cortas basada en el uso de vehículos ligeros, como bicicletas, patines y monopatines eléctricos. No estorbará esa palabra en el Diccionario.
Metidos en neología, tenemos que reconocer que estamos convencidos de que algún subconsciente poso del mansplaining tratado en esa sección la semana pasada nos llevó a bautizar como "mapsplaining" la categoría humorística que ha triunfado para explicar el resultado de las elecciones italianas. Cuatro viñetas tuiteamos el jueves, pero en el apunte 'Meloni' puden verse algunas más.
Saltamos a El País. Álex Grijelmo censura en Increíble pobreza de adjetivos el abuso del calificativo que encabeza su título y aprovecha para aportar una buena colección de alternativas. Bienintencionado parche para un problema que tiene mucho que ver con el severo déficit lector y formativo de tantos de quienes se asoman habitualmente a los medios de comunicación, no pocos de ellos periodistas.
Pero más inquietante, nos parece, la impostada calificación de fascista aplicada por tantos a prácticamente todos los posicionamientos político de derechas. Un fenómeno que ha impregnado no pocas valoraciones del resultado de las elecciones italianas. Extraordinariamente oportuna, por tanto, la tira de JL Martín en La Vanguardia del miércoles.
La semanal colaboración de Lola Pons en la Cadena Ser versó sobre 'El gas'. Una palabra acuñada en el siglo XVII por el químico Jan Baptista van Helmont (1577-1644) a partir de la voz latina chaos utilizado por los alquimistas, que no llegó hasta el siglo XIX a los diccionarios españoles.
La referencia de la lingüista a [hacer] luz de gas, acompañada de una conminación a huir del anglicismo gaslighting, nos invita a recordar lo comentado en el apunte 'Del cine al diccionario' sobre la expresión que el DLE define como Intentar que dude de su razón o juicio mediante una prolongada labor de descrédito de sus percepciones y recuerdos.
La denominación que esa forma de abuso psicológico recibe en numerosos idiomas (la Wikipedia tiene entradas en más de treinta) proviene del título de la obra de teatro británica Gas Light de Patrick Hamilton, estrenada en Londres en 1938, aunque fue el cine el que resultó determinante en su popularización.
Cabe destacar que esa función teatral se representó inicialmente en Estados Unidos con el título Five Chelsea Lane, mientras que la producción que Vincet Price llevó a Broadway en 1941 fue titulada Angel Street. Sin embargo, fue el título original, escrito todo junto, el que prevaleció en las dos adaptaciones cinematográficas: una británica de 1940 dirigida por Thorold Dickinson y otra norteamericana de 1944 a cargo de George Cukor, estrenada en España en 1947 como Luz que agoniza para evitar confusiones con el film precedente (la versión teatral se estrenó en Madrid, después que en provincias, el 3 de abril de 1948; enlace a la crítica de Alfredo Marquerie publicada al día siguiente en Abc).
La atenuación de la iluminación de gas de la casa en que se desarrolla la obra, que tanto se enfatiza en el título español, se produce cuando el protagonista enciende la luz del piso superior, que es una planta bajocubierta cuya existencia mantiene oculta. Ese hecho, junto con el sonido de sus pasos, alimenta las dudas que trata de imbuir a su segunda esposa sobre su cordura.
Volvemos con Dª Lola, que nos ha descubierto en su intervención la palabra gasfitero así como algunas de las denominaciones qu erecibe las bombonas en América: balón, cilindro, tambo (El Salvador) o chimbo (Honduras). Hemos echado en falta, sin embargo, alguna mención a la castiza tercera acepción de butanero. Recordamos a esos esforzados trabajadores, tan presentes, por otra parte, en el humor sobre la infidelidad (quede para otro día ocuparnos de ello), con una foto de 1978 de Joaquín Amestoy.
Pasamos al humor gráfico con un doble ejemplo del efecto de la depreciación monetaria en el lenguaje. Guy Venables aplicaba en el diario Metro un enorme subidón al proverbial "a penny for your thoughts". Una expresión cuyo primer uso registrado es el realizado por Thomas More (1478 - 1535) en su reflexión de 1522 sobre los Novíssimos titulada 'Four Last Things' que sería publicada póstumamente. La frase celebra este año, por tanto, su quinto centenario.
En el humor español ha sido Álvaro quien ha apuntado lo inapropiado que resulta seguir utilizando pimiento, pepino o rábano en expresiones sobre el escaso valor (y aún cabría añadir el bledo o el comino, pero no procede la mención del huevo, que tiene una intención bien diferente).
El lío del Govern llevó a Andrés Faro a recordar en Diari de Tarragona un curioso eufemismo catalán, cual es referirse a los burdeles como ‘casa de barrets’, o sea, ‘casa de sombreros’ o ‘sombrerería’. El motivo parece ser que en la Plaza Real de Barcelona habría funcionado una casa de citas camuflada como sombrerería. Pero quizá sea un mito derivado de la novela erótica del siglo XVIII ‘Memoirs of a Woman of Pleasure’, popularmente conocida como ‘Fanny Hill’ por el nombre de la protagonista, donde ya se hace referencia a ese tipo de camuflaje.
García Morán llevó a Montesquieu a una de sus viñetas de la Gaceta de Salamanca para recordarle a Marlaska y Pilar Llop, ¡menuda loba le salió!, uno de sus famosos aforismos: No hay peor tiranía que la que se ejerce a la sombra de las leyes y bajo el calor de la justicia.
Asier y Javier recordaron el jueves una frase habitualmente atribuida a Benjamin Franklin, que ciertamente la utilizó en 1789 en una carta a Jean-Baptiste Leroy, que no sería publicada hasta el siglo XIX, en la forma "In this world nothing can be said to be certain, except death and taxes" (En este mundo no se puede estar seguro de nada, salvo de la muerte y de los impuestos).
Pero conviene añadir que esa reflexión ya aparece en 'The Political History of the Devil' (1726) de Daniel Defoe formulada como "Things as certain as death and taxes, can be more firmly believ’d" y, antes que eso, en el menos conocido libro 'The Cobbler of Preston' (1716) de Christopher Bullock ("Tis impossible to be sure of any thing but Death and Taxes").
El propio dúo vasco apoya su tira de hoy en la viral conminación de Tamara Falcó a su infiel novio: "Que sepas que me da igual que hayan sido seis segundos o un nanosegundo en el metaverso, como esto sea verdad, esto acaba".
En el humor inspirado en las ficciones literarias, Nick Newmann llevaba el domingo a Los Tres Cerditos a una de sus viñetas del Sunday Times, Una pieza dedicada al relanzamiento del fracking propuesto por el gobierno de Liz Truss.
Pachi Idígoras tuvo el detalle de celebrar el 475º aniversario del nacimiento de Miguel de Cervantes, celebrado el jueves, con un tuitero hilo con los dibujos que hizo junto a su hermano Ángel para "El Quijote en Málaga". Adicionalmente, Doug Gilford, que es el artífice de una magnífica web dedicada a la revista Mad, recordó la quijotesa viñeta de Arnoldo Franchioni en el artículo 'If Fictional Characters Lived in the "Real" World of Today' publicado en abril de 1977 en el número 190. Con ella concluimos.
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