viernes, 7 de agosto de 2020

Pareo de portadas de la revista The New Yorker (17ª septena)


Hace ocho días dimos inicio a esta 17ª serie con un adelanto la pareja inicialmente prevista para ayer, 75º aniversario del bombardeo de Hiroshima. Pero menudo bombazo fueron los datos económicos. Dígase lo que se diga a posterioi, bastante peores de los insinuados por este gobierno que no hacer públicas previsiones económicas.

Comenzamos hoy, por tanto, repitiendo un par ya incluido en el atómico apunte de ayer: Lorenzo Mattotti (31/7/1995) y Art Spiegelmann (8/7/2002). Las dos explosiones nucleares que se han visto en portadas de la revista The New Yorker.

 

En la siguente pareja, tuiteada el sábado, rebajamos muy considerablemente la potencia de fuego para presentar las dos tapas con "balas humanas" que conocemos: la circense de Rea Irvin (10/4/1948) y la metafórica aplicación a los graduados de Arnie Levin (4/6/1990). Más sobre esta segunda temática en los apuntes Graduados y Graduadas.

 

El domingo propusimos unos bogavantes que, en el caso de Bruce McCall (4/8/1977), interpretan un inquietante cambio de paradigma depredatorio. Ojo a esa pecera que hace de esa ilustración una de las más distópicas de la colección de la revista. Los de Peter de Sève (28/7/2008) meramente son inquietos ejemplares que no se resignan al gastronómico destino que les habían adjudicado. 

 

No son los únicos bogavantes que han comparecido en la portadas neoyorquinas. Ni siquiera los más grandes, un honor que corresponde al reclamo de la tapa de Arthur Getz (22/3/1958) que hoy añadimos junto a una de Joseph Low (14/1/1967).

  

Poco visibles, son en cambio, los ejemplares del mercado de Roger Duvoisin (26/10/1935) que emparejamos el lunes con la primera de las anteriores, así que acompañamos esa tapa con una imagen ampliada del fragmento que los alberga.
  
Menos visible es aún el muy esquemático ejemplar azul que ejerce de reclamo del Lobster Inn de la ilustración de Edna Eicke (13/8/1955) que completa esta marisquera sección de hoy.

 

La noticia de la marcha al extranjero del rey emérito nos invitó a emparejar el martes dos navales despedidas realizadas por Helen Hokinson (31/10/1931) y Constatin Alajalov (16/6/1934).

 

Aún tenemos registrada otra escena más de esa tipología en la coleccción de portadas de la revista: el abarrotado adiós de la adjunta portada de Ludwig Bemelmans (9/6/1951).

Los paracticantes de republicanismo más salivante se agarraron a la obviamente falsa denominación "fuga" para agitar esta notable oportunidad de acoso a la monarquía. Así que el miércoles optamos por dar una réplica gráfica con la pareja más expresiva que teníamsoa  amano de lo realmente ocurrido, que símplemente es que el gobierno de Pedro Sánchez ha empujado al rey emérito hasta la frontera. Pero hay quien piensa que, como tenemos poco lío, o precisamente por eso, es el momento de abrir una crisis constitucional sobre la jefatura del estado. Asalto al poder a cualquier precio.

Pero nos estamos yendo de nuestro hilo de hoy. Las expulsiones del Paraíso de anteayer son creaciones de Edward Sorel (3/10/1994) y Marcellus Hall (7/3/2005). La primera es una mera referencia a la llegada del otoño, mientras que la segunda apuntaba la expulsión de Manhattan que sufrían bastantes vecinos a causa del alza de los precios de la vivienda. La gentrificación de los útimos rincones habtados por la clase media en el muy cotizado centro de Nueva York. Y en el camino a Brooklyn que emprenden esos expulsados tampoco encotrarán muchos chollos.


 

Ayer completamos septena con las otras dos evocaciones de las figuras de Adán y Eva que se han visto en las portadas neoyorquinas. Una referencia al momento de realizar la declaración de la renta la de Rea Irvin (14/3/1936). Y un divertimento sobre una peculiar vecindad la de John O'Brien (5/8/1991).

 

Otra imagen de colindantes patios, si bien estos más normalitos, ya se había visto anteriormente en una ilustración de Eugène Mihaesco (19/5/1980).

Pero es el semanario The Saturday Evening Post la revista que ha sacado más partido del contraste de esos espacios que tanto dicen sobre sus dueños. Thorton Utz presentó en la ilustración titulada "Painting the Padio Green" (2/5/1953) un vecino con sentido práctico que se cansó de segar, mientras que el protagonista de "I’d Rather Be Golfing" (20/5/1961) deja claro que no permite que el cuidado del césped interfiriera con sus deportivas aficiones. 

John Falter también se ocupó de este tipo de comparaciones en "Tidy and Sloppy Neighbors" (1/7/1961). Completa el bloque y el apunte la británica versión de Leslie Wood publicada en Punch el 2 de mayo de 1962. Unos londinenses backyards con la emblemática Battersea Power Station vislumbrándose al fondo.

  
 



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