El Martes Neológico del Centro Virtual Cervantes se ocupó esta semana del sustantivo muesli, un préstamo del alemán hablado en suiza, probablemente el único que esa legua ha convertido en término de uso internacional, según señala Jenny Brumme. El diccionario Clave lo define como ‘alimento compuesto por cereales, frutas deshidratadas y frutos secos que se mezcla con la leche y que suele tomarse en el desayuno’. Se trata de un invento del médico y nutricionista suizo Maximilian Bircher-Benner (1867-1939), quien a principios del siglo XX descubrió los beneficiosos efectos de esa dieta que observó en los pastores de su tierra.
La autora explica que este diminutivo de mues (alemán mus), que puede traducirse como ‘puré’, aplicable también a los de fruta cocida como el de manzana (apfelmus), presenta formas diferentes en el alemán estándar (müsli) y en el suizo (müesli). Y es que en este último la primera variante se utiliza para designar a los ratoncitos (diminutivo del alemán suizo muus, ‘ratón’, en alemán, maus).
Una vez metidos en roedores, resulta curiosa coincidencia que la 65ª entrega de la serie Las apariencias engañan…, publicada el pasado domingo en el Laboratorio del lenguaje del Diario Médico, incluya la advertencia de que el alemán rat, no significa rata (esta es ratte), sino consejo o recomendación. El apunte también trata el término italiano naturalezza, el mexicano mormado y el inglés gen, que no es nuestro gen (ese es gene), sino coloquial abreviatura de generation.
Interesante acotación la de que más que descubridor de la circulación pulmonar de la sangre, un mérito que habitualmente se le atribuye, fue el primero en describirla en el Occidente cristiano. Y es que el médico árabe Ibn an-Nafis (ca. 1211-1288) ya lo había hecho en el siglo XIII en su Comentario sobre la anatomía del Canon en que expuso sus puntos de vista sobre lo establecido por Avicena.
El jueves 6, el mismo autor anterior publicó un breve recordatorio de que ese era el Día Mundial del Sexo Oral. Ya saben 6-9. Lo que se nos ha hecho extraño es el escaso eco del asunto en la prensa que, habitualmente, es muy receptiva a estas frivolidades.
Fundéu comenzó la semana proponiendo trabacaciones como posible alternativa a workcation, el anglicismo que habitualmente se utiliza para designar las vacaciones en las que se trabaja. Dudamos que cuaje, y mejor sería que no sea necesario su uso, porque las vacaciones deben serlo de verdad.
Los urgentes dieron el martes dieron su bendición al sustantivo dataísmo, que se emplea para referirse a la
Prosiguieron con un recordatorio de la correcta escritura de ultrarrico, en una sola palabra, sin espacio ni guión, y con doble erre. A falta de formal definición del término, la prensa se lo aplica a quienes declaran un patrimonio de más de 30 millones de euros. 579 en 2016 según la Agencia Tributaria. Una irreal cifra que es una buena muestra de la muy deficiente capacidad de los poderes públicos de escarbar en las tupidas mallas societarias de los más acaudalados.
El jueves tocó más ortografía con la anotación de que la expresión círculo polar ártico se escribe con todas las iniciales en minúscula.
Y ayer pusieron de manifiesto el incorrecto uso en la forma 'negarse en banda' que algunos hacen de la expresión 'cerrarse en banda', que es la locución asentada para expresar que alguien mantiene una posición u opinión de forma obstinada y sin atender a razones.
Ya nos hemos ocupado en varias ocasiones de la irrupción del término migrantes, la última en la edición 33/2018 de esta serie, de la mano del comentario del artículo 'In'migrantes' de Fernando Sánchez Dragó. Bien nos habría venido entonces la explícita viñeta que ha publicado esta semana Juan Carlos Ortega en 'el Periódico'.
Siempre es agradable encontrar referencias al Quijote, máxime en tierras tan lejanas como las de Australia. Así que finalizamos con una viñeta de David Pope sobre cuestiones políticas de ese país en las que no tiene mayores interés entrar. La traemos simplemente por el icono.
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