martes, 4 de septiembre de 2018

Esas máquinas de marketing que son algunas oenegés


Viñeta, ya antigua, de Oguz Gurel. La extraemos de la
impactante veintena que tenemos recopiladas sobre Aylan 
El domingo pasado se cumplieron tres años de la muerte de Aylan Kurdi, el niño sirio cuyo cuerpo fue hallado en una playa de las costas de Turquía. Una desgracia que testimoniaron unas fotos que dieron la vuelta al mundo. Con motivo de ese triste aniversario, una ong cuya actividad está enfocada a la protección infantil, preparó una nota de prensa que llenó los medios de comunicación de titulares que hacían énfasis en que, desde 2014, al menos 640 niños han perdido la vida en el Mediterráneo cuando intentaban cruzarlo con destino a Europa.

Tenemos que reconocer que no nos ha gustado esa forma de presentar una tragedia en la que parece obvio que lo relevante es el número total de víctimas, un dato que ni se da para el período tratado (aunque cierto es que en el texto de esa nota de prensa se explica que en lo que llevamos de 2018, 1.549 personas han muerto tratando de llegar a Europa, de las cuales 64 eran niños y niñas). Añadiremos nosotros que la última estimación total de muertes en ese período ascendía nada menos que a 16.896 [1]

Por mucho que se trabaje para la infancia, ¿es adecuado hacer ese fragmentario uso de los datos en busca de captar adhe$ione$? Y, aparte de para aflorar $en$ibililidade$, ¿por qué deberían ser más relevantes los niños que los adultos muertos en la tragedia del Mediterráneo?

Este emotivo enfoque infantil, que sentimos no poder dejar de ver como una clara maniobra de marketing (ocuparse de los niños no justifica utilizarlos como material de propaganda), nos ha llevado a echar un vistazo a las cuentas de esa organización. No hemos podido descargar las de 2017, pero sí las del año anterior (enlace). Y tenemos que reconocer que son bastante detalladas, aunque no estén sometidas a la aconsejable supervisión de la Fundación Lealtad.

Resulta verdaderamente inusual encontrar cuadros tan explicativos [2] como la identificación de ingresos y gastos por proyectos que reproducimos a continuación:


Obsérvese que la administración general de esa organización (epígrafes 1, 2, 4 y 6) requiere la muy notable suma de 2,3 millones de euros (para gestionar una "cifra de negocio operaciones" de 30,5 M€). Pero lo que realmente nos ha sorprendido es el epígrafe de marketing, en el que se informa que la recaudación de 17,1 M€ requiere unos gastos de 7,4 M€ para obtener un neto de 9,7 M€: ¡un coste de 43 céntimos por cada euro recaudado! 

Un ratio que no se ve en las actividades más intensivas en mercadotecnia presentes en el mercado y que pone de manifiesto lo ineficiente de la competencia por los fondos que la sociedad asigna al tercer sector (aunque el marketing sí puede estimular su cuantía global, difícilmente lo hará en proporción a esos niveles de gasto).

Quizá ahora entiendan mejor por qué la madrileña IE University ha decidido contratar a una ejecutiva de una empresa de marketing para poner en marcha el que han dado en llamar IE Africa Center, 'un centro que impulsará la innovación, el liderazgo ejecutivo, el emprendimiento y el desarrollo de proyectos de acción social en el continente africano'. Desgraciadamente, hemos llegado a un punto en que una parte sustancial del llamado Tercer Sector es pura mercadotecnia. Otro día hablaremos de sus bien pagados ejecutivos.





[1] Aunque la ong no cita sus fuentes, fea costumbre, entendemos que las cifras deben estar tomadas del Missing Migrants Project de la Organización Internacional para las Migraciones. De ahí tomamos nosotros la cifra de 16.896  muertos en el Mediterráneo desde 2014, pero no hemos encontrado desglose de cifras infantiles. 


[2] Resulta inquietante pensar que si este artículo alcanza difusión y llega a conocimiento de los gestores de esa ong, ese cuadro desaparecerá de futuras versiones de las cuentas. Un triste corolario de lo que Manuel Conthe plantea en su muy interesante artículo Los peligros de medir.




P.S.- Al poco de publicar esta entrada, reparamos en algunas cuestiones conexas que apunta Lorenzo Silva en su columna de El Mundo Fotos con negritos para Instagram.







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