Kaia Gerber, la hija de 17 años de Cindy Crawford, sigue con paso firme su imparable camino por el mundo del modelaje. El que la ha llevado a convertirse en el rostro de octubre de Vogue Paris fotografiada por Mikael Jansson. Y es curioso que, después de haber visto ayer una foto de la cantante italiana Mina a medio maquillaje, también lo haga contraponiendo una muy acicalada mitad de su rostro con otra al natural. Un guiño a esas caras poco más que lavadas que hace algún tiempo que vienen marcando dosificada tendencia desde algunas publicaciones.
Los antecedentes de este tipo de creatividades fotográficas son las ilustraciones en las que se representaba el proceso del maquillado. Como la de Earl Oliver Hurst del número de Collier's fechado el 7 de diciembre de 1940 o la de Constantin Alajalov en The New Yorker del 3 de abril de 1948.
En el caso de Rosamund Pike en la revista W de mayo de 2014, lo que recoge la instantánea es un desmaquillaje a media faena.
Proseguimos con una variante en que la contraposición de medio rostro, esta vez maquillado, lo es con otra mitad con vocación de creación plástica. Así ocurre en la portada de Jessica Chastain en la revista W de enero de 2013 creada por el artista George Condo (1), o en el número de febrero de 2014 de la edición neerlandesa de L'Officiel en que es Anais Pouliot quien comparece fotografiada por Jonas Bresnan.
La portada de Vogue del 15 de marzo de 1958 obra de René Bouché es una variante del juego, enteramente en forma de ilustración, que confronta una mitad abocetada de un retrato con otra plenamente finalizada.
Maquillajes como el que luce Behati Prinsloo fotografiada por Matt Jones en la revista i-D del verano de 2011, o una anónima ciudadana en Courrier International del 31 de mayo de 2011, pueden servir para recrear una cadavérica composición, que es típica ilustración de los relatos de terror (aunque también ha sido puesta al servicio de otro tipo de mensajes, como puede verse en la revista New Scientist del 7 de junio de 2010).
En el habitualmente más discreto apartado del maquillaje masculino, una característica categoría es la integrada por las contraposiciones con el aparatoso arreglo facial típico de los payasos.
Finalizamos con otra bien conocida creatividad, como es la consistente en contraponer una dual personalidad masculina y femenina. Un artificio en el que es habitual la combinación de dos imágenes tomadas ya independientemente.
(1) Ese ojo sobrepuesto inevitablemente trae a la memoria la portada de Jean Shrimpton en Harper's Bazaar de abril de 1965, fotografiada por Richard Avedon con dirección de arte de Ruth Ansel y Bea Feitler. En aquella ocasión la que se pegó sobre la foto de portada era una imagen lenticular que, según el punto de vista del observador, muestra el ojo abierto o cerrado. No deja de ser curioso que ese número, que hoy es un codiciado objeto de coleccionismo, tan solo consiguiera entonces unas discretas ventas.
La edición española de Elle recreó el juego en noviembre de 1999 en una portada de Nieves Álvarez fotografiada por Bernard Levy. Un complementario homenaje al resto de la composición interpretado por Eniko Mihalik pudo verse en la edición rusa de la cabecera allure en agosto de 2013.
P.S.- Nadiya Hussain interpreta otra variante del juego del ojo sobrepuesto en la revista británica Stylist del 4 de julio de 2018.
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