Los deportistas son uno de los grandes referentes de la sociedad contemporánea. Por ello resulta especialmente preocupante la concentración de bochornosas conductas que se ha producido este fin de semana.


Y quién sabe cuanta culpa hayan podido tener invitaciones al divismo como ese 'Perfectly Serena' del último número de agosto de la revista Time. Interesante preguntarse, también, qué personales convencimientos llevaron a Serena Williams proferir ese inquietante '¡No me arbitrarás nunca más en tu vida!' (You are a liar. You will never be on a court of mine as long as you live).
Pero lo peor estaba por llegar, porque con semejante referente ¿qué hizo el público? Pues abuchear a la brillante vencedora, la japonesa Naomi Osaka que se había impuesto con rotundidad. De esto apenas se ha hablado. Vale que Serena pidió poner fin a esa antideportiva actitud, pero ¿cabía no hacerlo?
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Muy expresiva gestualidad del juez principal del torneo Brian Earley y de la supervisora de la WTA Donna Kelso |

Pues la nuevamente ridícula sanción fueron dos grandes premios. Más absurda aún a la vista de su lamentable historial previo. Las consecuencias de que el feo precedente de largar una patada en marcha a un rival se resolviera con un mero retraso a la última posición en la salida. Claro que había un feo antecedente de 2015 en que una acción similar de Valentino Rossi sobre Márquez se saldó con una muy tibia penalidad.
Está claro que las autoridades deportivas están mucho más por el espectáculo, estas cosas es obvio que atraen audiencia, que por la pedagogía. Menos mal que, en este caso, ha sido el propio equipo del descerebrado quien ha puesto la sensatez procediendo a expulsarle.
¿Hacia donde va una sociedad con estos modelos de comportamiento y regidores?
Añadir, para finalizar, que este último episodio ha suscitado unas cuantas recopilaciones de las acciones más bochornosas del deporte. Dos ejemplos: El Mundo y Marca. Está por hacer una clasificación rigurosa.
Anexo: de los tres incidentes comentados, solo hemos visto reflejar en viñetas la enajenación de Serena. David Rowe recreó la escena en clave política, mientras que el también australiano Mark Knight se centró en el berrinche original (lo que le ha valido ser acusado de sexista y racista: así son los nuevos tabúes). Ann Telnaes aprovechó para personificar también en Trump su dibujo del Washington Post, mientras que el canadiense Michael de Adder tuvo que remontarse casi 40 años para buscar la comparación con McEnroe (que no recordamos llamara nunca nada parecido a ladrón a un árbitro; su descalificación más famosa es el "you cannot be serious" que da título a su biografía del año 2002).

No tardó mucho en aparecer una segunda versión, esta con Trump como protagonista, realizada por Michael de Adder, un dibujante canadiense que se ha mostrado muy activo en este asunto.
Añadimos una portada de Punch de 1983 para información de quienes piensen que el dibujo de Mark Knight es sexistamente cruel.
Entre las viñetas que hemos visto con posterioridad a la publicación del apunte también cabe destacar la de Nate Beeler en The Columbus Dispatch (Ohio) del día 11 y la de Stephane Peray, de sentido bien contrario, sobre cómo dibujar a Serena sin exponerse a la ira de la neoinquisición. Cierra la serie la visión de los sudafricanos Dr Jack & Curtis con el patriarcado como señalado.
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