sábado, 1 de septiembre de 2018

Cosas de la lengua 35/2018


Criogenizar es la palabra tratada esta semana en el Martes Neológico del Centro Virtual Cervantes. Un término que da nombre a la técnica de mantener un cuerpo a muy baja temperatura con vistas a su reanimación cuando el desarrollo de la medicina permita la curación de la afección causante de la muerte (sin olvidar, añadimos, algo tan esencial como la viabilidad de la resucitación sin graves secuelas mentales: un reto que dista de estar claro que sea posible).

Juan Miguel Monterrubio Prieto explica que la criónica,  preservación a bajas temperaturas (criopreservación) de seres humanos, se sirve de los avances de la criobiología, rama de la biología que estudia los efectos que producen las bajas temperaturas en los organismos vivos, y de la criogenia, que establece la base física de estas operaciones; términos todos ellos formados a partir de ‘generación de frío’ (crio– del griego krýos, ‘frío’ y –genia, del francés, –génie, y este del griego geneia, ‘origen o procedimiento de formación’).

El autor apuesta en sus conclusiones por una pronta entrada en el Diccionario del verbo criogenizar, aunque entiende que también hay que prestar atención a las variantes criopreservar y crioconservar. Pues ya se verá.

Poco después de la publicación de nuestro lingüístico apunte del pasado sábado, el Laboratorio del lenguaje del Diario Médico hizo lo propio con el titulado Diez mitos sobre la eutanasiaJosé Ramón Zárate repasa en el mismo las conclusiones de un artículo de los profesores de psiquiatría y bioética Ronald W. Pies y Annette Hanson. Espinoso asunto, muy de actualidad por el inminente debate legislativo, sobre el cual toda información es poca. Si leen el artículo enlazado, verán que hasta el concepto de enfermedad terminal es bastante resbaladizo.

Los médicos, doctos doctores es una breve nota centrada en una cita del 'Tesoro de la lengua castellana o española' (1611) en que Sebastián de Covarrubias explica los tres nombres que se aplicaban a los profesionales de la medicina: físico, médico y doctor.

El brevísimo Vocablos médicos olvidados (I), publicado el miércoles, es un recordatorio del significado de cinco términos médicos recogidos en el Drae: alfaquín, chiquichaque, hadrubado, paladial y zullenco. Cliquen y sepan.

El apunte de ayer es una reseña de la Sexta edición del curso de traducción médica de la UIMP. Particularmente interesante nos parece ese 'I Concurso Internacional de Monólogos de Medicina, Lenguaje y Traducción' incluido en el mismo, pero echamos en falta algún vídeo, cuando menos el del ganador.

Fundéu comenzó su ciclo semanal haciéndose eco de la popularidad adquirida por el término migrante, el más general que tenemos para hacer referencia a quien abandona el lugar que habita. Recuerdan que emigrante pone el foco en el abandono su hogar, mientras que inmigrante hace lo hace en la llegada a un nuevo destino para radicarse en él. Lampedusianas modas lingüísticas.

El martes propusieron existencias, mercancías almacenadas, excedente (válida únicamente para una concreta categoría) o estocaje, como alternativas en español al anglicismo stock.

En el ecuador de su ciclo semanal, los urgentes recomendaron la expresión mercado (bursátil) alcista como alternativa al anglicismo bull market. Y el jueves otra propuesta de sustitución de una extranjerismo: mejor taxi acuático que water taxi.

Con motivo de la propuesta de poner fin al cambio de hora en la Unión Europea, el apunte de ayer estuvo dedicado a recordar que las veinticuatro partes delimitadas por meridianos en que se dividide la superficie terrestre a efectos de cómputo del tiempo son husos horarios, no usos horarios. Ello por más que el cambio de huso horario que algunos propugnan, para cambiarnos al de Greenwich, probablemente modifique algunos de nuestros usos horarios, como lo tardío de las comidas españolas. Así están las cosas ahora: 



Un equipo de expertos pide dejar de llamar cáncer a algunos tumores es un interesante artículo que hemos visto publicado en El País. Un texto en el que se expone como un equipo internacional de científicos propone dejar de llamar cáncer a ciertas afecciones de muy bajo riesgo. Y ello porque el temor que induce la palabra cáncer, fomenta conductas radicales como extirparse un pecho o la próstata, sin que haya necesidad de ello. Buen ejemplo de cómo el lenguaje puede condicionar las decisiones.

Pero hay quien apunta que otros factores pueden tener mayor importancia, como la tendencia a imitar todo lo que hacen algunos famosos. Actuaciones que pueden estar plenamente indicadas en sus particulares casos, pero no en el de sus cegados seguidores.

Como continuación a la exuberante prosa oficial venezolana reseñada en el apunte Del 'madurato' y su jerga, hoy vamos a citar la misteriosa Superintendencia de Criptoactivos. Esta es la agencia gubernamental encargada de supervisar el petro que, al igual que esta criptomoneda, no está muy claro si realmente existe (más sobre eso). Al menos parece que Monedero no ha cobrado por este nuevo fraude del país que invita a invertir en oro a la población que se muere de hambre. Pura invitación al magnicidio dictadorcidio.

La Biblia es una habitual fuente de inspiración del editorialismo gráfico, pero no recordamos haber visto antes una viñeta basada en el curioso versículo 26:11 del Libro de los Proverbios:

Como perro que vuelve a su vómito,
Así es el necio que repite su necedad.

Pero esta semana, el dibujante británico Adams representó al dirigente conservador inglés Jacob Rees-Mogg como ese perro que vuelve a su regurgitación. Y ello por la cita bíblica que aplicó a su compañero de filas Philip Hammond, ‘Remainer Phil’, después de que este publicara un manifiesto anti-brexit.

Finalizamos con el juego entre Annus horribilis (año horrible) y su anal versión con una ene menos que ha llevado Charlie Hebdo a su última portada de agosto. Véanlo como pie de la muy expresiva ilustración de Coco (Corinne Rey).






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