jueves, 6 de septiembre de 2018

Calambures (5ª parte: chistes)


Proseguimos esta serie dedicada a los calambures (enlaces a la , , y ), con una entrega en la que nos proponemos documentar que se trata de un recurso también muy productivo en la creación de todo tipo de facecias, mucha veces combinado con mecanismos de homofonía o de paronimia. Comenzamos con un chiste que solía contar el inolvidable Eugenio con su cadenciosa dicción nasal:

- Oye, ¿qué es de Pilar?
- Pues quitar los pelos uno a uno

Otro de similar concepción interrogativa es:

– ¿Qué es el arte?
– Morirse de frío.

Con otro tipo de preguntas, tenemos:

- ¿Cuánta leche da una vaca en su vida?
- La misma que en bajada

- ¿Cuál es el último animal?

- El delfín.

Vamos ahora con algunos juegos con pronombres que dan pie a variopintos equívocos:

- Dígame
- Me
- Repítalo, por favor
- Lo, lo, lo

Entra un tío en una tienda y le dice el dependiente:
- Buenos días, caballero, usted me dirá ...
Y el cliente responde:
- Pues, aproximadamente, entre 1,70 y 1,72.

La novia le dice al novio:
- Te detesto.
El novio responde:
- K, de kilo.
- Pero ¿qué dices?
- Has empezado tú.

La dicción es muy importante y cuando no se produce la coincidencia de todas las letras a reagrupar la lectura del chiste desmerece considerablemente respecto a la versión oral. En casos como el que sigue es mejor leerlos en voz alta para poner de manifiesto la homofonía.

- Oiga, este plátano está blando
- Pues dígale que se calle

La frecuente implicación de paronimias puede resultar más conseguida cuando intervienen algunos rasgos lingüísticos específicos, por más que no haga falta ser yeísta para entender el que sigue:

Dos amigas recién vueltas de sus respectivas lunas de miel que se cruzan en las escaleras mecánicas de unos grandes almacenes sin poder parase a charlar. Así que una le dice apresurada a su amiga: ¡Llámame! A lo que la otra contesta ¡Yo también mamé!

Un calambur que pide el seseo de la zeta es:

- ¿Qué plato le gustaba mucho a Cervantes?
- Las judías con berzas

El seseo es una variante fonológica muy productiva que compensa las limitaciones que la proximidad entre habla y escritura impone al castellano, sobre todo si se compara con lo que ocurre en idiomas como el inglés o el francés. Sin embargo, puede hacer difíciles de 'pillar' algunos equívocos, sobre todo cuando se combinan con léxico local. Si acude a ver a un 'alburero' mexicano quizá le cueste entender por qué se parten de risa con la pregunta que un español interpretará como “¿Te gusta a ti, ese son (música)?”, cuando el público local estará pensando en “¿Te gusta tiesezón?”.

Pasamos a un caso que mejora con el grado de afinidad con la dicción que convierte eles en erres:

- ¿Qué le dijo Hércules a su hijito?
- Bésame, Herculito

El que sigue explota la sustitución inversa, la que habitualmente asociamos con la pronunciación de las erres por los chinos:

Un exhibicionista chino se plantó ante (ponga su personaje favorito; es requisito que tenga escolta) y se bajó los pantalones. La atacada se puso a gritar llamando a seguridad:
- ¡Escolta!¡Escolta!
Y el chino respondió.
- Es colta, pelo golda...

Este otro pide un habla con aspiración de las consonantes finales:

Un cubano le dice a otro:
-Oye, ¿tú sabes quién es Santa Claus?
-Pues Papa Noé
-Pues mamá tampoco.

Pero también caben juegos similares con una ortodoxa pronunciación del nombre del legendario personaje:

- ¿Sabes por qué se llama Papá Noel? 
- Porque los regalos te los trae papá, no él

Este último es uno de los pocos casos en que se explicitan las dos agrupaciones silábicas, porque lo habitual es que la forma que provoca el segundo sentido quede sobreentendida. Para evitar una inoportuna doble presencia que desbarate la broma, puede ser necesario echar mano de artificios como el del ejemplo que sigue:

Un hombre entra a la consulta del médico y le dice: Doctor no paro de pensar en 1+2, ¿qué es?
 — Estrés

Un caso en el que se enlaza un calambur con una paronimia es el que sigue.

Un matrimonio en la consulta del médico:
- Doctor, mi mujer no para de toser y toser...
- ¿Y esputa?
- No, no. Trabaja en el metro
- Digo que si expectora
- No, es taquillera

Proseguimos con una tradicional broma telefónica construída a partir de un nombre propio.

- Está Consuelo?
- Y con techo?


Estos telefónicos juegos cuentan con una extensa colección de variantes en la serie los Simpsons. Adjuntamos como ejemplo la que recibió la máxima puntuación en una lista del diario '20 minutos'.

Moe: Taberna de Moe
Bart: Quisiera hablar con la señora Chondo.
Moe: ¿Quién?
Bart: De nombre Estoyca.
Moe: Un momento, voy a ver. ¡Estoyca-Chondo! Vamos señora, creo que es por usted, ¡Estoyca-Chondo!

Una relación de las difícilmente traducibles bromas originales puede verse en el siguiente enlace a Wikiquote.

Vamos ahora con otros chistes basados en nombres de personajes que ya son reales:

- ¿Tiene sacarina?
- Sí.
- Pues pongame "El baúl de los recuerdos"

- Que hace Alberto Alcocer?
- Chup-chup

En este punto puede ser oportuno recordar que el dúo Gomaespuma aplicó una diversidad de calambúricos artificios para dar nombre a numerosos personajes de su repertorio como Chema PamundiJosechu Letón, Aitor Tilla o Armando Adistancia


Y con ellos vamos a dejarlo por hoy, porque la extensión de todo lo que nos queda por añadir alargaría en exceso este apunte. Pero nos comprometemos a que la espera hasta la entrega final de esta serie solo sea hasta mañana.






Adenda 2020: Durante la pandemia de covid-19 las autoridades sanitarias mexicanas crearon el personaje Susana Distancia para concienciar a la población sobre las medidas de prevención para evitar el contagio. En la La lengua en la semana 24/2020  encontrán información más detallada sobre la heroína encargada de difundir la recomendación de distanciamiento.





Adenda 2021: Malagón en 20 Minutos 15/9/21.




Adenda 2023: Max saludó la llegada de la  82ª edición de la  Feria del Libro de Madrid desde el suplemento Babelia de El País del 27 de mayo con una "pinganillada" firma de libros en que la auxiliar IA tira de un onomástico juego en línea con algunos de los ejemplos comentados. También nos ha venido a la memoria algún juego de este tipo utilizado por Francisco Ibañez para dar nombre a personajes de sus historietas, como es el caso del adjunto Sinado Maogo de la historieta ¡A la caza del cuadro! (1971).


Otra viñeta que asimismo incluye un calamburesco juego ya incluido por Francisco Ibáñez en un historieta de Mortadelo y Filemón del año 1960 es la de Padylla publicada el 18 de septiembre de 2020 en los diarios El Día y La Provincia que asigna una oportuna imagen de marca al Banco Riendo.





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