miércoles, 20 de febrero de 2013

"Me llegaste a la patata"


Las fotografías «Atardecer» de Borja Martínez y «Me llegaste a la patata» de Ana Méndez han resultado las ganadoras del concurso de San Valentín organizado por la edición digital de La Nueva España. Disfrútenlas cuanto estimen preciso, antes de continuar. 


No podemos decir que el nivel del concurso haya sido espectacular, pero hay que reconocer que el título de la foto del tubérculo tiene su aquel. Máxime con el "efecto ancla" a que nos somete la manía que tenían de referirse a "la patatona" en un concurso de televisión  recientemente finalizado. Ahora bien, ni el hallazgo de una patata con esas formas es tan excepcional, como podemos ver en la adjunta captura de la pantalla resultante de buscar con Google "corazón patata", ni tampoco hay una particular creatividad en la composición. El jurado habrá tenido sus razones, máxime cuando no conocemos el resto de concursantes, que no hemos encontramos en línea aunque sí aparezcan los del año pasado


Como la patata de Dª Ana no es muy apta para la doble pareidolia (concepto al que ya nos hemos referido en otro post), necesitamos recurrir a otro ejemplar para crear nuevas connotaciones con el título de la foto. A ver si se ve colocándola adecuadamente.



Esta dualidad interpretativa, que entendemos innecesario explicar, no ha pasado desapercibida a los publicistas, como podemos comprobar en un anuncio de relojes reversible que data del año 1999.


Algunas versiones posteriores del concepto son la del desodorante Axe (2003) y la de un spa indio (2010) que nos introduce en una tercera interpretación posible del culo-corazón.


Con ser la imagen del corazón un icono abusado en la publicidad vinculada a San Valentín, hay otros conceptos creativos asociados a esta empalagosa fecha. Una muestra de algunos de los más polémicos puede verse en este enlace.

Y no es la anterior la única forma de ver corazones en el pecho femenino. Veamos otras posibilidades:



Otra creatividad que explota esta tercera categoría interpretativa corazón-pechos es la que se muestra a continuación. La acompañamos con otra versión del famoso jeroglífico creado en 1977 por Milton Glaser, esta realizada por la agencia  Saatchi&Saatchi en 2006 para anunciar un antiácido.


Y pensar que en Reus sólo se les ocurrió la adjunta zafia reelaboración del lema neoyorquino como cartel anunciador del pasado Carnaval (que tuvieron que sustituir ante las protestas). Volvemos a la inicial patata para constatar que no es el único soporte en el que la naturaleza recrea las formas que arquetípicamente reconocemos como un corazón. Un caso bastante famoso es formación natural llamada  “Corazón de Voh” creada por la vegetación de un manglar que se hizo popular en 1990 por las fotos del fotógrafo Yann Arthus-Bertrand. También ha colaborado a popularizar esa vistosa formación su adopción como imagen de marca turística por parte del territorio francés del Pacífico de Nueva Caledonia en el que está ubicada. 


Otra formación, en este caso de origen coralino, que ha sido utilizad en la promoción turística es el Heart Reef de las islas Whitsundays de Australia que, como puede verse al compararlo con el hidroavión, tiene muy reducidas dimensiones.


Mayor es, con sus 13 Ha (0,13 km²), la isla croata de Galešnjak situada en el Canal de Pašman, en las próximidades de la ciudad de Turanj. Unas formas que ya aparecen recogidas en el atlas de la Costa Dálmata realizado en 1806 por el cartógrafo de Napoleón  Charles-François Beautemps-Beaupré.


No son estas las únicas formaciones naturales con formas cardiacas, aunque en algunos casos sólo resulten apreciables en encuadres muy concretos. Como ocurre con el islote Piuké Huapí situado en el lago Mascardi (por efecto del copiapega muchas veces se le sitúa erróneamente en el vecino lago Gutiérrez) próximo al centro turístico argentino de San Carlos de Bariloche. En la adjunta imagen satelital puede verse como visto desde el espacio el efecto desaparece, o más bien se convierten en unos pulmones, uno de ellos hipertrófico. 



En Cantabria también encontramos una formación boscosa próxima a la capital del municipio de Guriezo que, con la perspectiva adecuada, permite ver la víscera del amor. Nuevamente la vista aérea deshace el encanto y padsa a mostrar una comilla que en Asturias nos resulta bastante familar. Nosotros, como el diario La Nueva España, también somos capaces de vincular casi cualquier cosa con nuestra región.


Algunas otras formaciones naturales del estilo de las anteriores aparecen en este artículo del Daily Mail. Pero no sólo el paisaje nos regala corazones en la naturaleza. Veamos algunos otros ejemplos (y, honradamente, si no contara con el copyrigt de una agencia pensaríamos que el adjunto pingüino era producto del Photoshop).


La pareidolia de hoy da para extenderse casi ad infinitum, así que pondremos punto final con un ejemplo especialmente llamativo, no sin comprometer antes una próxima entrada sobre "la patatona".





Adenda 24/2: Un amable lector nos hace llegar un sosias del tubérculo inspirador de esta entrada. Se trata de "Roelio", la mascota del Pontevedra CF que trata de reproducir un hueso para reflejar el lema "hay que roelo" acuñado a mediados de los sesenta para describir las comprometida vistas al campo del Pasarón donde hasta el Madrid cayó por un contundente 3-0.

Asimismo acompañamos una foto de la época enla que, aparte de constatar como ha cambiado el aspecto del público futbolístico, también puede comprobarse como eran los totems que se gastaban tiempo atrás. Añadir, por último, que parece ser que el citado lema estaba inspirado en una canción cuyo estribillo puede escucharse aquí.


 






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