Cuanto más que mero texto hay en los mensajes que topamos a diario en la calle. Comenzaremos esta panorámica ovetense con el caso de los comerciantes que suelen tener la cortesía de darnos una pista sobre los motivos de cierre. Ya sea excepcional, como el causado por una avería o evento familiar, o con ocasión de las más habituales vacaciones. Un motivo algo devaluado, porque suele utilizarse torticeramente para encubrir,al menos inicialmente, algunos cierres traumáticos que suelen ser delatados por la acumulación de notificaciones de Correos tras la habitualmente transparente puerta.
En todo caso, no falta quien siente la necesidad de participar a sus clientes algún detalle adicional, incluso por medio de trabajados recursos gráficos como los aplicados en la imagen que sigue. Coletilla habitual es la petición de disculpas, aunque puede llegar a resultar excesiva porque hay causas como las defunciones en que pudiera llegar a parecer que se piden por morirse. No hay que obcecarse con las fórmulas.
En el asunto de los mensajes dirigidos a los dueños de los perros no hay unas reglas de cortesía comúnmente aceptadas. Todavía está bastante generalizada la pura y simple prohibición que´, en el caso que acompañamos, se matiza con la solemne claúsula "aun (sic) acompañados de sus dueños". Como si hubiera muchos canes que acudieran ellos solitos a realizar los mandados de sus amos. En contraposición, cada vez se ven más fórmulas que evitan la severidad de la prohibición con textos que buscan una mayor amabilidad con palabras como rogar y esperar a la salida. También en esto hay interesantes oportunidades de comunicación gráfica.
Y es que a pesar de los esfuerzos pedagógicos, la guarrería sigue campando a sus anchas y ello obliga a que algunos de los talleres de arreglos que proliferan con el decaimiento económico incluso tengan que solicitar un poco de cuidado con la condición higiénica de la ropa que se lleva a enmendar. ¡Qué duro es tratar con eso que llamamos "la gente"!
El márketing cada vez más tiene más importancia en todas las facetas de la vida, por lo que el plan de estudios de las enseñanzas obligatorias está pidiendo a gritos la inclusión de unas pequeñas nociones sobre su aplicación práctica. Aunque sólo sea para que quien acabe ganándose la vida con algún oficio repare en que malamente cabe esperar un mueble correctamente rematado de quien se anuncia con tan torpe grafía como la adjunta. Mal te vendes amigo.
Una particular versión de la cartelería chapuza es la que tiene como autor al típico despistado-perezoso que cada vez que pasa junto a su mensaje recuerda algún añadido nuevo. Para qué hacer uno nuevo si todavía hay sitio. Este modelo de comportamiento se contrapone un tanto a la tipología codificada que minimiza el espacio necesario para los detalles. Así, y aunque no esté muy claro el por qué, la que suponemos cocina se designa con la inicial de su nombre inglés.
A la hora de prohibir hay quien recurre al tono oficialista, con frecuencia apoyado con rimbombantes citas legales, aunque algunas comunidades quizá debieran alertar a sus administradores de que el Reglamento de Correos de 1964 fue modificado en 1999 por lo que están apelando a una norma que lleva casi 14 años derogada y, además, no prohibía el entonces casi inexistente buzoneo.
El caso anterior nos recuerda el de un conocido (de los de verdad, no de los de "me lo ha contado") al que el encargado de un remonte en una estación de esquí le negó el paso aduciendo que no era la persona que aparecía en la foto del forfait anual que lucía. Tras una considerable discusión, el empleado de la instalación reparó en que el pase era, además, de la temporada anterior, ante lo cual el increpado cesó toda discusión y se despidió con un muy digno: ¡eso ya no se lo discuto! Pues eso, aparte de leerse el contenido de la norma esgrimida que no contiene tal prohibición, hay que ponerse un poco al día.
Si tenemos criticado en alguna entrada anterior la acumulación de prohibiciones, para evitarlas nada como recurrir a los textos genéricos que, a fuer de serlo, ¿sirven para algo? ¿Es necesario advertir que no se puede perturbar el orden de un centro de estudio? En nuestra querida Universidad tenía que ser. Otra interesante estrategia es el paternalismo, como el que se gasta Tráfico en los paneles informativos de las carreteras explicándonos que los controles de velocidad son por nuestro bien.
En nuestra ciudad es la multinacional portuguesa EDP quien ha heredado de Hidroeléctrica del Cantábrico esa técnica en el defensivo cartel que luce el pórtico de su sede ovetense. ¿Qué ocultos peligros oculta ese espacio que pueden pasar factura a los jugones y solo a ellos? Si se refieren a lo resbaladizo del pavimento cuando se humedece ¿no sería mejor decirlo explícitamente para que también los paseantes que no están para jueguecitos tomen precauciones ante una posible culada? Y es que no queremos pensar que la advertencia esté basada en las malas pulgas del vigilante.
Nos consta que en la Administración algunas pequeñas cosas pueden hacerse muy complejas, y así debe ocurrir en la de Justicia con la consecución de los servicios de los ajustadores de puertas, porque en lugar de procurarse su ayuda se ha optado por la más barata apelación a la fuerza de los administrados. Cabría añadir un toque de la citada técnica paternalista con un "su tono muscular se lo agradecerá y ahorrará en gimnasios".
En cualquier caso, advertidos quedan de que los Juzgados de 1ª Instancia 10 y 11 de Oviedo la tienen dura. Con todo, no suele ser la apertura sino el cierre de las puertas la tradicional fuente de conflictos. Como parece haber caído en desuso aquel irónico "¿y tu qué, eres de Madrid?" basado en que la puerta más conocida de la capital del Reino, la de Alcalá, no dispone de cierre, hay quien ha optado por técnicas que no por groseras dejan de ser eficaces para hacer patente la conminación sobre el estado en que debe dejarse el acceso.
Vamos a cerrar esta entrada con el único cartel de la serie de hoy que no hemos hallado en Oviedo. Pero un miembro de esta redacción ha topado con una joyita cuando se detuvo a tomar un café en un área de servico de la Ruta de la Plata y resulta difícil resistirse a comentar la insensatez del político que tuvo el cuajo de desvelar semejante placa. Imaginamos que el ínclito sr. Fdez.Vara (un exmilitante de AP que pasó de ser vecino del socialista Rguez. Ibarra a sucederle en la Presidencia de la Junta de Extremadura), no habrá redactado el texto, pero bien habría podido agarrar al pelota que lo hizo y haberle encargado como última misión en su dimisionario puesto la sustitución a sus expensas. Y es que imaginamos que este forense al menos se leería lo que ocultaban las cortinillas inaugurales que corría con tanta ceremonia y presunta concurrencia. Les participamos que la localidad pacense de Monesterio acreditaba en el último Censo 4.362 habitantes. Los que según este político acudieron en su totalidad a contemplar como desvelaba la placa. ¿Cómo estaba la plaza? ¡Menudo ego!
Sí, ya sabemos que es un pequeño detalle, pero nos parece muy sintomático de la prevalencia entre la clase política del "síndrome del café de Zapatero". Sencillamente, viven en otro mundo.