La colección de ilustraciones de Gulliver cautivo publicada el pasado martes nos invita a recordar la existencia de diversas recreaciones a gran escala del viajero ideado por Jonathan Swift. Montajes en los que somos los humanos los destinados a ejercer de liliputienses. Mismamente en España, la ciudad de Valencia cuenta con el Parque Gulliver situado en el Jardín del Turia. La yacente figura de 70 metros dotada con múltiples artefactos lúdicos fue creada en 1990 por el arquitecto Rafael Rivera y el artista fallero Manolo Martín a partir de un diseño del dibujante Sento Llobell.
Japón contó con todo un parque temático dedicado al viajero ideado por Swift, que fue inaugurado en 1997 cerca de la localidad de Aokigahara, en las proximidades del Monte Fuji. Pero el que fuera denominado Gulliver Kingdom cerró tan solo cuatro años después y, tras un largo periodo de abandono, resultó demolido. Hoy no queda ni rastro.
Muy mediocres fotos hemos encontrado del aspecto original de la construcción realizada en 1976 por los vecinos de Craigmillar, un barrio de Edimburgo, siguiendo el diseño realizado desde la cárcel por Jimmy Boyle, un convicto de asesinato que se reconvertiría en artista. La pobre calidad constructiva propició una muy rápida degradación y hace algunos años que fue demolido en el curso de unas obras de mejora de la protección de la zona frente a las avenidas.
Como una actuación de arte efímero fue concebido el Gulliver varado en la playa de Dollymount durante las conmemoraciones realizadas en 1988 del milenio de la ciudad de Dublín, la urbe donde nació Jonathan Swift. Una performance que corrió a cargo de la compañía Macnas de Galway. Ya se ve que, quizá por ser compatriota, no llegaron a intentar fijarle al suelo.
El que permanece, por contra, en perfecto estado de ser visitado es el Gulliver Welt anexo a un aviario situado en Pudagla, una localidad alemana de la turística isla báltica de Usedom. Debajo mostramos la algo más modesta recreación realizada en Shilparamam, un centro de artesanía situado en Madhapur, un suburbio de la ciudad india de Hyderabad.
Nota: Nos sentimos un poco avergonzados de no haber dedicado el apunte de hoy a Michael J. Sandel, el profesor norteamericano recién galardonado con el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales. Pero doctores tiene la Iglesia que, con toda seguridad, publicarán interesantes artículos en los próximos días.
Lo contradictorio es que mientras se premia por un lado “una obra ejemplar sobre los fundamentos normativos de la democracia liberal y la defensa de las virtudes públicas”, en el Congreso de los Diputados se debatirá hoy sobre el 'Poder' con la ramplonería moral que por allí suele gastarse.
Así que no emulen a sus representantes y dediquen un ratito a verse algún TED del mediático profesor de filosofía política de Harvard. Enlazamos 'Por qué no debemos confiar nuestra vida cívica a los mercados' subtitulado en español. Ahí expone como hemos pasado de economías de mercado a sociedades de mercado: la herramienta convertida en modo de vida.
Y si se manejan con soltura en inglés, ríanse un rato con la entrevista que le hizo Stepeh Colbert en 2011.
Lo contradictorio es que mientras se premia por un lado “una obra ejemplar sobre los fundamentos normativos de la democracia liberal y la defensa de las virtudes públicas”, en el Congreso de los Diputados se debatirá hoy sobre el 'Poder' con la ramplonería moral que por allí suele gastarse.
Así que no emulen a sus representantes y dediquen un ratito a verse algún TED del mediático profesor de filosofía política de Harvard. Enlazamos 'Por qué no debemos confiar nuestra vida cívica a los mercados' subtitulado en español. Ahí expone como hemos pasado de economías de mercado a sociedades de mercado: la herramienta convertida en modo de vida.
Y si se manejan con soltura en inglés, ríanse un rato con la entrevista que le hizo Stepeh Colbert en 2011.