miércoles, 27 de febrero de 2013

Tatuajes, autoinculpaciones y otras tendencias de moda



Algunas de las tendencias emergentes en nuestro tiempo son el botellón, el guinnessismo (afán de batir récords a cual más absurdo), muy emparentado con el jackassismo (si la Wikipedia no se lo aclara vea este vídeo), pura sublimación de la estupidez, y el narcisismo con manifestaciones tan dispares como la compulsión de realizarse constantemente autofotos también conocidas como selfies o la creciente prevalencia de la vigorexia.

Otra notable manifestación de la exacerbación del narcisismo vinculada a la ubicua disponibilidad de dispositivos de registro de vídeo es el fenómeno cada vez más frecuente de la autoinculpación. Se hace una estupidez, no pocas veces delictiva, con el exclusivo fin de enseñársela a los demás, preferiblemente en la red. Ya nos enseñó el camino Dominguín  con su lema “No merece la pena conquistar a una mujer de primera si después no se lo puedes contar a los amigos”. Lo curioso es que cada vez es más frecuente que ese documento autoinculpatorio se utilice como prueba contra quienes perpetran tales desafueros. Ya habíamos visto a dos policías municipales colgar unos bailecitos que les costaron un expediente, pero lo que verdaderamente no era muy esperable es que toda una abogada del estado (en excedencia) protagonizara, no grabada subrepticiamente por algunos chicos de Método3, sino ante las cámaras de las grandes cadenas nacionales una autoinculpación de su partido en un ilícito laboral. Si algún lector hubiera estado de ejercicios espirituales estos días puede ver aquí la delirante escena declamada con verbo netamente cantinflesco.

Nosotros ya se lo advertimos a la protagonista en una entrada anterior (incurrimos en la soberbia de la autocita: “quizá sea aún mayor insulto a los militantes del PP pretender que, con la que está cayendo, el partido no necesita una Secretaria General a tiempo completo”), si nos hubiera leído y actuado en consecuencia se habría ahorrado este bochorno. Pero es que con el pluriempleo no se prepara bien los temas y pasa lo que pasa. Para más escarnio el golfo que tiene a medio partido agarrado por los “recibís” se descuelga con una demanda por despido improcedente con lo que el aludido pacto (del lat. pactum, concierto o tratado entre dos o más partes que se comprometen a cumplir lo estipulado) parece que no debía ser muy pacto y esto ya no va a poder desenredarlo más que Groucho Marx redivivo.

Aparcamos este asunto, que no abandonamos, para hacer referencia a otra gran tendencia de nuestro tiempo como es la epidemia de los tatuajes de la que sólo parece librarse la sociedad japonesa donde su asociación con la Yakuza (crimen organizado) los convierte en una práctica rechazada que puede privar, como han sufrido en sus carnes algunos turistas, del acceso a los conocidos establecimientos balnearios que responden a los nombres de sento y onsen (son cosas distintas). Sigue una señal real que pueden encontrarse en Japón.

En cambio en occidente algunas figuras muy populares se han convertido en verdaderos apóstoles del tintado corporal. Uno de las más significadas es Angelina Jolie quien acumula más de una veintena de ornamentos cutáneos, algunos sobrepuestos a creatividades anteriores, redactados en cinco idiomas distintos entre los que se incluye una parrafada en jemer  situada sobre su escápula izquierda (su hijo mayor es de origen camboyano) que incluye un verso tan espiritual como “si adquieres riquezas que las conserves para siempre”. A continuación mostramos el poema junto a los textos que adornan los costillares de la también actriz Megan Fox (el de la foto superior es una redacción de su propia cosecha).


Por el lado masculino, a falta de otros títulos recientes, uno de los campeones del tatuaje es David Beckham, seguidor como no de la tendencia de realizarse inscripciones lo menos inteligibles posibles como un proverbio chino en grafía original que luce en el lateral de su torso o el versículo 6:3 del “Cantar de los Cantares”( Yo soy de mi amado, y mi amado es mío; él apacienta su rebaño entre azucenas) escrito en hebreo que lleva en el antebrazo izquierdo mientras que su esposa luce el mismo texto sobre la columna vertebral. Intercambio de tatuajes, otra moda en ciernes. Según autorizados hablantes de esa lengua el uso por su mujer es correcto porque el pasaje atribuye el género masculino al amado, pero en el caso de David por sutilezas del idioma hebreo que no alcanzamos a explicarles podría interpretarse que es a su tío a quien ama. Para mayor despropósito un indio de la India nos ha chivado que la adyacente inscripción en hindi del nombre de pila de su Spice Girl tiene una hache de más.


En la web de transcripción al hindi de este enlace se obtienen los siguientes resultados:

Efectivamente algo no va bien en la segunda letra de la inscripción del antebrazo del futbolista. Más delito tiene que te hagan mal una inscripción en italiano, pero eso es lo que le ha ocurrido a la actriz Hayden Panettiere a la que le colaron una i supernumeraria en el lema "Vivere senza rimpianti" (vive sin lamentos) que se colocó en el lomo. ¿A qué clase de artistas va esta gente?

Mucho peor fue lo del jugador de la NBA Shawn Marion apodado “The Matrix” por un comentarista deportivo porque le parecía que tenía un físico biónico que asoció con la película que entonces triunfaba en los cines. Siguiendo la tendencia ya apuntada el jugador se empeñó en tatuarse su sobrenombre en japonés y dado que lo hizo en un lugar bien visible de su pierna dió pie a que alguien más versado en el idioma oriental que su tatuador descubriera que el significado de la inscripción que porta es algo así como “bolas de naftalina del pájaro endemoniado”. En el mismo lugar de la pifia de Marion el también jugador de la NBA Andre Brown luce una extensa cita del Libro de Los Salmos, en concreto del 27, otra manifestación de la extendida moda de los tatuajes bíblicos. Dejamos aquí los ejemplos porque los deportistas sin tatuajes comienzan a ser rara avis.


Lo que no esperábamos es que una contrita Secretaría General del Partido Popular se sumase a la moda que hemos repasado, para mortificase con el tatuaje de una inscripción tan ininteligible como muchas de las anteriores y ello sin necesidad de recurrir a extraños idiomas extranjeros. Ahí va el excepcional documento gráfico que hemos conseguido en exclusiva mundial:


Háganos caso Dª Mª Dolores, deje uno de los pluriempleos antes de que tenga que emborronarse también la banda de babor. De paso creará un puesto de trabajo y si Mariano pide la excedencia en el Registro ya serán dos (y eso que tenemos que reconocer que en esto tenemos interés personal porque por aquí hay quien tiene un primo opositor). ¿Ve cómo sí pueden crear empleo?

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