Prensa que, cambiando cuatro cosillas, nos maliciamos no será tan distinta a la de cualquier lejano lector que habite una pequeña y provinciana ciudad.
Empezamos constatando en el gijonés El Comercio un nuevo ejemplo del vicio que tienen muchos miembros
de la profesión periodística de ser poco críticos con las notas de prensa.
Cuanto olvido de que los autores de las mismas suelen estar mas interesados en
la propaganda que en la información. Lo cierto es que el lector medio no es muy
aficionado a dividir y que nuestros referentes presupuestarios son las cifras
anuales. O sea:
A que no es lo mismo.
Por su parte, La Nueva España ovetense prefiere llevar a su titular algunos deprimentes datos ferroviarios del Plan de Movilidad PIMA presentado por el Gobierno del Principado. ¡Qué miedo da el futuro de esta Comunidad!
El diario capitalino también nos informa del despliegue de tres
dotaciones de bomberos, tres ¡oiga!, para liberar la pierna de un niño de una
barandilla de su colegio. Hasta un flamante camión escalera se plantó en el centro
escolar para el “operativo” como demuestra el documento gráfico anejo. Nos da que alguien no está gestionando adecuadamente
nuestro dinero (ver la noticia).
Cerramos con la enésima comisión parlamentaria que no sirve para nada. Al hilo de la noticia nos informan de que los organismos estatales sólo están obligados a remitir documentación a comisiones de investigación constituidas en las Cortes, no a las de los parlamentos autonómicos. Primero se crea un carajal institucional de cuidado y luego se faculta al aparato administrativo a pasar del mismo. Esta es la coherencia de nuestros políticos.
¿No sería mas honrado prohibir tales pseudotertulias escañadas para
evitar seguir perdiendo tiempo y dinero?
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