Dudábamos en nuestra reciente entrada 1.000 si regalarnos una ilustración con tarta porque, como allí decíamos, es una creatividad muy explotada para representar celebraciones. Pero nos pudo Heidi, así que, a modo de expiación, vamos a dedicar el apunte de hoy a repasar los antecedentes del cliché en el que tradicionalmente una chica, aunque cada vez más un chico, sale de una tarta .
La introducción de sorpresas en las celebraciones es costumbre muy antigua. Ahí tenemos, por ejemplo, nuestro roscón de reyes del que hay testimonios del siglo XI. Y parece que ya a finales de la edad media se practicaba el divertimento de introducir unos pajarillos en la repostería con la que se remataban los pertinentes banquetes. Así que cuando se procedía al corte del postre las aves salían en desbandada para asombro del oficiante, por más que tendemos a pensar que algún caído habría de vez en cuando. Luego veremos que no somos los únicos que albergamos ese temor.
De ese uso queda rastro en la canción infantil británica titulada "Sing a song of sixpence" que comienza así:
Sing a song of sixpence
a pocket full of rye,
Four and twenty blackbirds
baked in a pie.
When the pie was opened
the birds began to sing,
Wasn't that a dainty dish
to set before the king?
De ese uso queda rastro en la canción infantil británica titulada "Sing a song of sixpence" que comienza así:
Sing a song of sixpence
a pocket full of rye,
Four and twenty blackbirds
baked in a pie.
When the pie was opened
the birds began to sing,
Wasn't that a dainty dish
to set before the king?
Canta una canción de seis peniques,
un bolsillo lleno de centeno;
Veinticuatro mirlos
horneados en una tarta.
Cuando abrieron la tarta,
los pájaros empezaron a cantar.
¿No era ese un delicado plato
digno de servir al rey?
Añadimos el enlace a un video que les ilustrará sobre como se canta.
La primera escenificación humana de ese juego de la que se tiene constancia, aunque con toda probabilidad no fue la primera, es la realizada por la adolescente Susie Johnson en una cena que ha pasado a la historia como “The Pie Girl Dinner”.
Ese fue un evento en honor del millonario y jugador de polo John Elliot Cowdin que tuvo lugar el 20 de mayo de 1895 y fue organizado en su estudio por el fotógrafo James Lawrence Breese junto con un grupo de amigos entre los que se contaba el famoso arquitecto Stanford White cuya pasión por las jovencitas acabaría por costarle la vida (1). Junto a estas líneas puede verse una reproducción de una probablemente adecentada visión de la escena publicada en aquel entonces por el diario The New York Evening World. Y es que parece ser que la bella joven hizo su aparición algo menos vestida, quizá más bien en la línea de otra ilustración que puede verse a continuación.
El cine ha hecho diversas recreaciones de ese tipo de festiva sorpresa, pero las que podemos llamar clásicas son dos y, en sentido amplio, ya con un varón de por medio, tres.
La primera de ellas es la protagonizada por Debbie Reynolds en el papel de Kathy Selden en la película "Cantando bajo la lluvia" (1952, enlace a un video de la escena). La segunda es la de una Virna Lisi embadurnada de crema, todo un subcliché, en "Cómo matar a la propia esposa" (1965). La mucho más pausada salida de la actriz italiana puede verse en este otro enlace donde encontrarán un video malejo, pero es lo mejor que hemos podido localizar.
La primera de ellas es la protagonizada por Debbie Reynolds en el papel de Kathy Selden en la película "Cantando bajo la lluvia" (1952, enlace a un video de la escena). La segunda es la de una Virna Lisi embadurnada de crema, todo un subcliché, en "Cómo matar a la propia esposa" (1965). La mucho más pausada salida de la actriz italiana puede verse en este otro enlace donde encontrarán un video malejo, pero es lo mejor que hemos podido localizar.
Aclararemos que las escuetas palabras de Gómez son: pobre chica. Lurch, ¿estaba ahí antes de que metieses la tarta en el horno?
En los Simpsons es el señor Burns quien sale de la tarta para cantar un "Happy Birthday, Mr. Smithers", muy a lo Marilyn Monroe, en un sueño del felicitado. El fragmento forma parte del episodio titulado "Rosebud".
El recurso a este cliché en series de dibujos animados tiene un antecedente tan antiguo como es el episodio de Los Picapiedra titulado "La Convencion de los Búfalos" que fue estrenado en octubre de 1962. En el mismo las suspicaces esposas aguan la fiesta de los miembros de la logia de los aparatosos sombreros cornudos dándoles el cambiazo.
Del año siguiente es la parodia de "Los intocables" titulada "Los inmencionables" (The Unmentionables, 1963) en la que es Bugs Bunny quien se convierte en la chica del tarta para el mafioso Rocky.
Algunas versiones modernas son bastante menos convencionales. En el episodio "Butters' Bottom Bitch" (2009) de la irreverente South Park el sargento Yates se hace pasar por una prostituta que tiene que sobrellevar, no sin cierto gracejo, una interpretación del numerito para el cumpleaños de Kevin.
En esta última el número corre a cargo de Meg, una perfecta sosias de la protagonista que, a la sazón, interpreta el número precisamente en la despedida de soltero de Ares, el prometido de Xena. Menudo flash para el novio.
Como las portadas sobre este asunto de las tartas deben quedar ya para la anunciada segunda parte, terminamos recreándonos un poco con la cremosa versión de Lucy Lawless de la que hemos encontrado hasta un gif.
(1) La mejor descripción que hemos encontrado en español del turbio final de Stanford White está en el siguiente enlace, aunque se omite un detalle fundamental como es que el arquitecto habría violado a Evelyn Nesbit tras emborracharla. Una muy documentada web en inglés sobre el asunto es la que encontrará aquí.
No hay imágenes de aquella famosa cena, pero sí que se conserva la invitación en la que se deja patente que se realizó "in memoriam decenni sub jugo hodie perfecti", o sea, en román paladino con motivo del décimo aniversario de boda del homenajeado. Y ya ven que el champán a tutiplen.
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