El periodismo basura

Aun nos quedan algunos esporádicos momentos de lucidez que nos permiten darnos cuenta de que nos ponemos un poco pesados con la crítica al forzado asturianismo de los periódicos de nuestra región. Pero es que casi consideramos una cruzada tratar de mejorar, aunque solo sea un poco, esa poca prensa que nos queda. La que sufrimos ver como no tiene empacho en malinformar a los lectores con tal de seguir las estúpidas consignas de su dirección comercial.

Y es que cualquier persona normal que lea el adjunto titular no dudará que tan solo son las canoas asturianas las que han recibido la prohibición de utilizar una campa cántabra. ¡Malditos vecinos! sera el poso que deje en las mentes del muchísimos porciento que no tendrá mayor interés en profundizar en los detalles de la noticia.

Pero los pocos que lo hagan descubrirán que lo que ha hecho Costas (Dir Gral. de, Ministerio de Fomento, Admon. Gral. de Estado) es "no dar permiso para desembarcar en la Campa Larga a seis empresas, dos con sede en Panes, y cuatro con sede en Cantabria".

El que quiera enterarse por los titulares de las cuitas de las empresas con domicilio fiscal más allá del río Deva que lea 'El Diario Montañés', imaginamos que pensarán los rectores de la cada más patética 'La Nueva España'. Y luego serán los mismos que se extrañen de que todavía tengan vida política gentes como ese gran ladrón apellidado Mas cuya única posibilidad de evitar la cárcel por robar a manos llenas es la independencia. ¡Eso sí que es una motivación!

Pero no es consuelo, más bien una imagen del fin del camino, ver por donde anda el sectarismo de la prensa catalana. Como nos bien enseña el siempre bien documentado blog de Santiago González con las pruebas, que reproducimos, del tijeretazo que le ha metido La Vanguardia a la foto que ha encontrado en la red de Aysha Frade, la víctima de origen español del atentado de Londres.

Ahí llegaremos, entre culín y culín, si no damos caña al desvarío.

Llegados al feo asunto de la guerra con el islamismo, estamos bastante de acuerdo con lo que dice Ignacio Camacho en su artículo Contra la resignación. Pero compartimos la preocupación que hemos visto en algunos sitios: ¿tienen noticia de las multitudinarias condenas del atentado de la comunidad musulmana?