La reciente entrega de los humorísticos Premios Ig Nobel brinda la interesante oportunidad de comparar el tratamiento que diferentes periódicos han dado a esa festiva ceremonia.
Comenzamos el recorrido en El País, que no dudó en focalizar su titular en el galardón seguramente más llamativo, que fue el de Anatomía. Pero resulta curioso que lo ilustraran con una extemporánea imagen de un cartero británico, cuando fueron sus colegas franceses quienes soportaron el peso de la prueba experimental.
Sin embargo, es muy de agradecer la inserción de un vídeo subtitulado del fragmento de la ceremonia en que un supuesto cartero norteamericano agradecía a los científicos franceses autores del estudio, Roger Mieusset y Bourras Bengoudifa de la Unversidad de Toulouse, la atención dispensada a su profesión. Un discurso con destacado recurso al equívoco provocado por la anfibilogía de package (paquete), que también cuenta con una notable antanaclasis basada en la polisemía de cool (genial/guay y frío).
La crónica de La Vanguardia se sitúa en un pacato extremo opuesto, porque no es que el Premio de Anatomía no se asome al titular, es que ni siquiera es mencionado en el texto de la noticia. Hay que ver las cosas que pasan en lo más rancio de la prensa catalana, cuando hasta su burguesote par madrileño Abc no ha tenido inconveniente en que, no ya el escroto, sino los enteros testículos se asomaran a su titular. Incluso dando equívocamente a entender que ese estudio fuera el único premiado (ver la relación completa de galardones).
No falta el anatómico premio en el texto de la reseña de El Periódico de Catalunya, pero tampoco lo han llevado a ninguno de los dos titulares que vimos dar a esa noticia en el diario adquirido no hace mucho por Prensa Ibérica al Grupo Zeta. Empezamos a preocuparnos por la gazmoñería imperante en la prensa de la convulsa comunidad nordeste, donde no hemos encontrado referencia alguna a estos galardones en los indepes Ara y El Punt Avui. Prensa que está a lo que está.
Una final mención para el tratamiento de la BBC, que pone de manifiesto la acreditada excelencia de ese medio. Y es que es el único en el que hemos visto compatibilizar el humor con el rigor.
Esta es la explicación que añaden los británicos:
Por ridículos que parezcan, muchos de los Ig Nobel representan un avance útil para la ciencia.
En este caso, por ejemplo, el hallazgo está relacionado con otras investigaciones que muestran que la temperatura alrededor de los testículos puede afectar la fertilidad de los hombres.
Nos parece importante evitar que los lectores tiendan a creer que hay investigadores, como los premiados franceses, que están dilapidando el dinero de su universidad, así que procede poner de manifiesto que el estudio tiene un claro sentido científico. Y eso que (esperamos que no ande por ahí una iracunda lectora que nos riñe por corregir cosas) la temperatura testicular no es que pueda afectar la fertildad de los hombres, es que se sabe positivamente que lo hace y se ha intentado aplicar esa circunstancia a la anticoncepción. De hecho, uno de los premiados ha desarrollado un «calentador de calzoncillos», aunque parece que de tan escasas fiabilidad como éxito. Adicionalmente, aseguramos conocer a una persona que, a falta de presevativos, mantuvo sus testículos durante un buen rato en una palangana de agua caliente, a modo de prolegómeno coital.
Precisamente por esa importancia de la temperatura en la espematogénesis, una de las conclusiones del estudio premiado es la necesidad de cuidar la sistemática en la elección de los puntos de medida de la temperatura durabte los procesos experimentales sobre esta cuestión. Citamos:
From a practical point of view, it would appear necessary, in the present state of knowledge, to measure right and left scrotal temperature in all experimental or epidemiological studies dealing with the relationship between scrotal temperature and spermatogenesis or fertility.
No dejen que el humor desbarate su cultura científica. Y exigan periodismo de calidad.
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