Por fin ha quedado aprobada la Ley que permitirá que
Asturias deje de ser la única Comunidad Autónoma en la que es legal consumir alcohol
por debajo de los 18 años, concretamente desde los 16. Recordemos que la última
en rectificar fue Galicia que lo
hizo ya en 2010 como recordábamos en un antiguo apunte sobre esta cuestión en el que proponíamos un hasta ahora poco exitoso invento
que dudábamos si denominar placamento
o placabrupto.
Parece que en 1990, cuando se redactó la normativa
que ahora va a ser enmendada, lo progresista era eso. Quien no recuerda aquella
“tiernada” de “¡Rockeros, el que no esté colocado, que se coloque... y al loro!”
Enfin, bienvenida sea la rectificación, aunque haya tardado tanto en producirse, y no perdamos de vista que el problema del sobreconsumo de alcohol dista de estar arreglado.
Pero este ejercicio de sensatez no podía ser pleno, tenía que
entrometerse la autoctonía. Y es
que entre la prolija normativa ahora aprobada se incluye la prohibición de publicitar bebidas alcohólicas que, sin embargo, fue enmendada en el tramo
final de la tramitación para excluir de la misma a "las
bebidas alcohólicas sometidas a denominaciones de origen protegidas o
indicaciones geográficas protegidas, cuya zona geográfica delimitada afecte al
territorio del Principado de Asturias". Aclaremos que actualmente las
beneficiadas por esta excepción son algunas variedades de sidra y el Vino de
Cangas.
No deja de ser bastante hipócrita fiar a la prohibición de
la publicidad tanto peso en la lucha contra el consumo excesivo de alcohol,
pero pase, mal no hace. Ahora bien, lo de hacer distingos según que la bebida ingerida sea autóctona
o foránea es una memez inaceptable. O sea que no se puede incitar a consumir
vino salvo que sea de Cangas. La cosa deja claro qué clase de gobernantes tenemos.
Y ojo, que es una enmienda, al parecer, asumida por todos los grupos.
Así que no nos engañemos, seguimos en manos de personajes tan
frívolos y vacuos como los que aprobaron la normativa anterior. Gentes incapaces de
decirle a un lagarero que tiene que someterse a la misma normativa que un
fabricante de cerveza, por poner una bebida con variantes de similar graduación
y, por tanto, equivalente poder embriagador.
Luego, junto a ese absurdo, se cae en gazmoñerías tan ridículas como
prohibir la promoción de las “happy hours” o colocar anuncios de las bebidas publicitables a menos
de 200m. de los colegios. Sabido es que los niños cierran los ojos en cuanto
traspasan esa exacta distancia a sus centros educativos.
¡Cuanta memez
legislativa y cuantos estúpidos reglamentismos! Pero recuerden, ¡es por Asturias!
Parafraseando a Tierno la cosa podría quedar: "¡Asturianos, el que no esté colocado que se la agarre a sidras...y al voto!"
Parafraseando a Tierno la cosa podría quedar: "¡Asturianos, el que no esté colocado que se la agarre a sidras...y al voto!"
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