No vale «ameigar», el artículo publicado por Miguel-Anxo Murado en La Voz de Galicia del pasado domingo, es nuestra primera recomendación de hoy. Un delicioso recordatorio, en clave gallega, pero con varios términos de ámbito más amplio, del lenguaje del fútbol de patio de colegio.
La ironía sobre el perfecto inglés de órsay, la peculiar españolización de offside, invita a reparar en el éxito del destierro de ese anglicismo, tanto en esa castiza versión como en la ortodoxa, en favor de fuera de juego. ¡Sí se puede!
No conocemos ningún análisis de ese interesante proceso de expulsión, pero queremos aportar a quien se anime a ello un ejemplo de uso en el humor de Forges, concretamente en una versión del cuadro del "Las Lanzas" realizada en los años sesenta con un inicial estilo bien diferente del que más adelante hizo famoso.
Otro "orsay" que tenemos localizado, este en una historieta, puede verse en la de Carioco de Conti de la portada del nº 2.128 de la revista Pulgarcito (21/2/1972).
Buen momento, se nos hace, para enlazar la campaña de la Rae de hace algunos años dirigida contra los extranjerismo innecesarios.
Vamos ahora con Álex Grijelmo, que publicó el lunes en El País El alegre avance de los retrónimos. Un artículo sobre las locuciones creadas para distinguir conceptos que requieren ser diferenciados de posteriores evoluciones. Un ejemplo que nos gusta particularmente es “cine mudo” porque conjeturamos que pueda ser uno de las primeras muestras de ese fenómeno lingüístico.
Pasamos al Cervantes Virtual para dar cuenta de que M. Amor Montané March se ocupó en el Martes Neológico de vermutería, el local donde se elaboran o se sirven vermuts. Una bebida cuyo nombre es un préstamo del alemán wermut (ajenjo), que es la hierba principal utilizada en la elaboración de ese vino aromatizado, encabezado con alcohol para aumentar su graduación (hasta 16-22 grados), que suele tomarse como aperitivo.
Con ser cierto que el DLE acoge los homólogos coctelería, whiskería tequilería o pulquería, no estamos demasiado convencidos de la necesidad de seguir sumando variantes de este tipo de establecimientos.
Bastante desagradable sorpresa nos ha deparado comprobar que la sección Rinconete ha vuelto de sus bimestrales vacaciones con cadencia semanal. Así que la solitaria novedad de los últimos días es el artículo de Elena Santos titulado 'Dobles vidas. El asesino tímido, de Clara Usón'.
Fundéu tiene la delicadeza de no identificar las fuentes de las incorreciones periodísticas que detecta y corrige, pero no hemos podido resitirnos a buscar la fuente de las que suscitan la recomendación 'Cureña, no carro de combate, equivalente de gun carriage', posteriormente enriquecida con armón de artillería.
La más destacada que hemos encontrado es el adjunto titular de El Español, mientras que una versión más discreta del disparate, por cuanto ya está en el texto de la noticia, puede verse en El Mundo en una explicación que incluso da cuenta de la tracción animal: Sobre el carro de combate que llevó el féretro del rey Jorge VI, tirado por caballos ...
Iniciamos el recorrido por el lenguaje del humor con el paronímico juego de Gallego y Rey con el famoso "más moral que el Alcoyano". Una expresión de oscuro origen cuya explicación más popular, aunque carente de rastro documental, es la recogida por Ferreres en una viñeta publicada en El Periódico de Catalunya el 18 de noviembre de 2015.
Mortiner propuso el miércoles en La Nueva España un emérito juego con el doble sentido de prima, mientras que Ricardo sumó ayer en El Mundo una irónica aplicación de la perífrasis eufemística.
Peridis da hoy nueva muestra de su afición a la expresión "marear de la perdiz", mientras que, en el propio diario El País, Max lleva a su Trampantojo una carrolliana versión de "dar gato por liebre".
Esta semana resulta inexcusable prologar la sección de humor literario con una mención a Javier Marías, escritor oportunamente elegido por Lola Pons como tema de su colaboración en la cadena Ser de pasado jueves. Una intervención necesariamente muy sintética en la que recomienda 'Lección pasada de moda: Letras de lengua' (Debolsillo, 2018; el prólogo puede leerse en Amazon), que es una recopilación de 49 columnas de prensa que dan buena idea de la preocupación por el lenguaje del académico que ocupó durante 14 años el sillón R mayúscula de la Real Academia.
La catedrática sevillana, que escoge nightmare como ejemplo de digresión etimológica inserta en una novela [1], asimismo cita el libro 'El oficio de oir llover' (Alfaguara, 2005), un volumen que recoge noventa y nueve artículos publicados El País Semanal entre febrero de 2003 y febrero de 2005.
Las características de la obra del glosado obligana a Dª Lola a sustituir el habitual poético final por una breve cita de un texto de Marías sobre la variedad de la lengua española y su corrección.
Otro artículo reciente que nos permitimos recomendar es Javier Marías y la degradación del debate literario de Víctor Lenore. Y, ya en el territorio gráfico, procede apuntar que el lunes no faltó un retrato del escritor en la sección de Sciammarella en El País, una pieza que presentamos acompañada por otras del mismo autor de 2014 y 2011, más una caricatura de Loredano del año 2004. y otra de Arévalo publicada en Vanity Fair en febrero de 2018.
La semana pasada ya vimos a 'Los tres cerditos' en un dibujo de Puebla y esta han sido tanto Miki y Duarte como Pachi quienes han consolidado el vínculo entre el popular cuento y el humor hipotecario.
[1] No cita el libro que alberga la explicación apuntada, que es 'Mañana en la batalla piensa en mí' (Debolsillo, 2006). Transcribimos el fragmento:
Una yegua en la noche, eso es lo que muchos creen, hasta los propios ingleses, que significa su palabra nightmare, cuya traducción correcta es ‘pesadilla’ pero que literalmente parece querer decir ‘yegua de la noche o nocturna’ y no es así sin embargo, también eso lo estudié de joven, y el nombre mare tiene dos orígenes según vaya solo o con la palabra ‘noche’, cuando se refiere a la yegua viene del anglosajón mëre, que significaba eso mismo, y en la pesadilla la procedencia es en cambio mara si mal no recuerdo, que significaba ‘íncubo’, el espíritu maligno o demonio o duende que se sentaba o yacía sobre el durmiente aplástándole el pecho y causándole la opresión de la pesadilla, comerciando a veces carnalmente con él o ella aunque si es con él el espíritu es femenino y se llama súcubo y está debajo, y si es con ella es masculino y entonces sí es íncubo y se pone encima: pese yo mañana sobre tu alma, sea yo plomo en el interior de tu pecho que te lleve a la ruina, la vergüenza y la muerte, quizá la banshee que anunciaba con sus gemidos y gritos y cánticos la muerte en Irlanda había pertenecido a ese género, en mi caminata había visto a alguna vieja harapienta y errante, tal vez una banshee que aún no sabía a qué hogar dirigirse esa noche para entonar su lamento, tal vez encaminaría hacia el que fue una vez mío (...)
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