El Martes Neológico del Centro Virtual Cervantes se ocupó esta semana del anglicismo draft. Un término habitualmente utilizado para denominar los procesos de selección de jugadores por los equipos deportivos. Y es que el verbo inglés to draft significa, según el diccionario Merriam-Webster, 'escoger un elemento, ya sea persona, animal o cosa, de un grupo mayor para un propósito u objetivo en concreto'.
Llamativo inicio el que David Buesa ha dado a su exposición: Son por todos conocidas las canteras de grandes equipos como el Barça o el Madrid, ya que son el trampolín que impulsa a las futuras estrellas hacia el mundo profesional. Pues no vea el autor la cantidad de excluidos de su "todos" tenemos en la sede de esta redacción relativamente próxima a esa gran cantera de futbolistas que fue la escuela de fútbol de Mareo del Sporting de Gijón.
Y bien continúa por reconocer que poco draft hay en el fútbol al señalar la aplicación de ese procedimento en variados deportes y países. Una difusión que no impide que sea una denominación casi exclusicamente utilizada en español en referencia a la liga de baloncesto estadounidense NBA, que lo implantó en 1947.
No desentona con el anteriormente transcrito inicio, el final del artículo en el que el autor propugna la inclusión de su patrocinada en el Diccionario: 'Sería todo un triple sobre la bocina'.
Elena Álvarez Mellado analizó con detalle en su columna de eldiario.es ¿El covid o la covid? la vacilación actual en español con el género gramatical de la denominación de la enfermedad que nos atormenta. Un asunto sobre el que la Rae se pronunció a finales de marzo, según reseñó con notable retraso Santy Gutiérrez en la adjunta viñeta del 31 de mayo. Y parece claro que no hay el enunciado consenso.
En el citado artículo también se citan algunas otras inconsistencias lógicas que se producen en los préstamos de otras lenguas, como es la aplicación del plural a términos que ya tienen esa condición en origen. Un fenómeno que se produce, por ejemplo, en "spaghetti" (singular en italiano spaghetto) y "taliban" (singular en árabe talib).
Interesantes, asimismo, otros ejemplos que aporta la autora sobre falta de reconocimiento de patrones lingüísticos ajenos, como el que ha dado lugar a trikini y monokini o al tuitero meme "A mimir. Two mimir". El fruto de la confusión de la preposición a del español con el homógrafo artículo del inglés.
Lola Pons Rodríguez dedicó a La Gula la tercera entrega de su veraniega columna en El País. Un pecado cuyo nombre también se ha utilizado en español con el significado de ‘garganta’y adicionalmente ha generado palabras derivadas como engullir, goloso, golilla o engolarse. Pero el influjo de la actualidad llevó a la autora a derivar el artículo hacia la frugalidad que ha dado identificativo nombre al grupo de países al que, según Financial Times (ver recuadro adjunto), Sánchez sumó un nuevo miembro tras un debate con la primera ministra de Finlandia. ¡Caray con eso que ha dado en llamarse escucha activa!
Lo que obvia Dª Lola es que, como bien apuntó Fundéu el jueves, frugal significa en inglés, idioma del que hemos importado ese calificativo, ‘caracterizado por la economía en el uso de los recursos’(enlace al diccionario Merriam Webster). Notable diferencia con el español en que, al menos de momento, solo aparece recogido en el Diccionario como ‘parco en comer y beber’. Impreciso uso metafórico hay, por tanto, en el calco que los urgentes proponen sustituir por sobrio o austero. Poco éxito les auguramos, a la par que nos emplazamos a volver otro día sobre el soprendente cambio de connotación positiva a negativa que ha vivido la segunda opción que plantean.
En todo caso, creemos que no le vendría mal a la catedrática sevillana, que acaba su artículo doliéndose de la versión española de ese desdén norte-sur, repasar los motivos económicos de la denominación dada a ese grupo de "poco endeudados" estados. Los que, gracias a ello, aportan la solvencia necesaria para captar el dinero que nosotros no podemos conseguir. Y no es consecuencia de la gula, sino de gastar más de lo que debemos.
Se nos hace oportuno momento para reseñar una nueva viñeta sobre la cumbre europea inspirada en 'La cigarra y la hormiga'. Esta aportada por el dibujante galo Cambon, que se una a la de Salles ya reseñada la semana pasada.
Álex Grijelmo abunda en la misma cuestión en Países frugales y países carnívoros. Y lo hace con similares acríticos ribetes de maniqueo nacionalismo. Lo que no podemos dejar de compartir es su final afirmación de que una misma realidad se transmite de diferente manera en función de los vocablos que la nombren. Añadiríamos a su batería de ejemplos una matraca que ha vuelto esta semana: llamar venganza al cumplimiento de las sentencias judiciales.
Volvemos con Lola Pons Rodríguez, porque hizo doblete en El País con el artículo Palabras para entender por qué perdemos la d intervocálica como en 'Corazón partío' publicado en el suplemento Verne.
Una exposición articulada en torno a diez palabras comenzadas por d, en la que recuerda, apoyada en un recordatorio vídeo, la presencia de la supresión tratada en el doblaje del cambio de lengua de Buzz Lightyear cuando resulta desconfigurado en Toy Story 3. Añadimos un enlace al vídeo que muestra el muy ortodoxo español que pasa a utilizar ese juguete en el original en inglés.
Fundéu comenzó la semana explicando los matices diferenciales que hay entre brote y rebrote, así como entre ola y oleada. En el siguiente apunte dieron su visto bueno al término neocón como acortamiento de la voz neoconservador.
El miércoles tocó un ortográfico recordatorio: se escribe ni siquiera, no ni si quiera. Según hemos apuntado anteriormente, la siguiente recomendación fue utilizar los adjetivos sobrio o austero con preferencia a frugal para hacer referencia a los países de la Unión Europea partidarios de limitar (y condicionar, ojo) el recién aprobado fondo de reconstrucción.
Ayer concluyeron un nuevo ciclo semanal de urgencias señalando que los sustantivos entreno y entrenamiento son igualmente válidos para expresar la ‘acción y efecto de entrenar o entrenarse’. Pero lo que nos ha parecido llamativo es que entrenamiento no llegara al Diccionario hasta 1970, mientras que el en América más habitual entreno lo hizo en 2001.
Iniciamos el recorrido por el lenguaje del humor con música. Pero preocupante alerta resulta la coincidencia de Padylla, JL Martín y Javi Salado en volver a llevar a sus viñetas el himno de la pandemia en que se convirtió la canción 'Resitiré'.
Muy poco frecuente resulta encontrar aliteraciones en las viñetas de humor de prensa, pero Peridis llenó de efes su comentario gráfico del jueves. Un dibujo, último del simonesco apunte de ayer, que también cuenta con una nutrida formación de réplicas del ministro Salvador Illa armadas con poderosas jeringuillas.
En el campo de la neología hemos encontrado la "vacuena" con que Padylla dotó a un Pedro Sánchez armado con un jeringuilla aún más aparatosa que las anteriores.
Y una curiosa coincidencia con Gallego y Rey tuvo el dibujante canario en la inserción de la sigla de la Unión Europea que el dío madrileño encontró, sin apelar a neológicas elucubraciones, en un famoso lema publicitario que se ha instalado en el lenguaje desplazando a "la prueba del nueve" (enlace al apunte Neología publicitaria donde se recuerda la campaña ¡de 1984! del limpiador Tenn).
Como también popular es la eufemística, pero aún así grosera, expresión evocada en 'La Tira y afloja' del miércoles del diario asturiano La Nueva España. Nada como poner una buena cabeza de turco, aprovechamos lo poco que le queda a esa expresión para desatar furores, al servicio de que te den pensadas las cosas.
Dos viñetas de Idígoras y Pachi en El Mundo encajan bien en el propósito de este apunte. La de ayer por la interesante colección de insultantes ideogramas que incluye (en la de hoy añaden algunos más). Y la del jueves celebratoria del aplazado Día del libro por su literaria inspiración.
Y también nos parece que tiene lingüístico interés la referencia a la "ola del melillero" que el mayor de los hermanos Idígoras incluyó en su viñeta de ayer en el diario malagueño Sur.
Nos vamos hasta el lejano humor australiano para ver la viñeta que David Pope (Canberra Times) apoyó en una escena de 'La vida de Pi' (2001). Una novela de aventuras escrita por el canadiense Yann Martel, cuyo protagonista y narrador tiene el curioso nombre de Piscine “Pi” Molitor Patel que le impusieron en homenaje a la parisina Piscine Molitor (el lugar en que en 1946 fue presentado el bikini). Una peripecia, adaptada al cine en 2012, en la que, después del naufragio de su barco en el océano Pacífico, "Pi" sobrevive 227 días en un bote junto con un tigre de Bengala. Debajo añadimos una viñeta de noviembre de 2012 que David Pope ya había apoyado en esa curiosa historia.
Antes de concluir, no podemos dejar de señalar la llamativa ausencia de homenajes gráficos a Juan Marsé en lo publicado por la amplia nómina de dibujantes que seguimos [1]. Lo de los organismos oficiales catalanes, no por esperable continuación de la ejecutoria de muchos años, Pérez-Reverte se encargó de recordarlo, no es menos miserable. Escribía en español, destacaron desdeñosas las escuetas crónicas de TV3.
No olvidó Michael Eaude citar ese visceral desprecio en la necrológica publicada en The Guardian que explica el nombre Pijoaparte como something like the “Far-from-posh guy”. A nosotros siempre nos gustó entender al revés ese nombre que Marsé tomó de un amigo del librero Antonio Pérez: quien pretende apartar su pijo, por medio de un salvífico braguetazo, del poco favorecido mundo en que le ha tocado vivir. Pero, hasta donde sabemos, el escritor nunca explicó si utilizó ese préstamo con alguna pretensión semántica.
Y por más que ya nos hayan afeado la tendencia a realizar ciertas quisquillosas precisiones, si algún lector tuvieran relación con Eaude bien podría tener la bondad de comentarle que la revista 'Por Favor', en la que Marsé ejerció de redactor, no salió en los late 60s, sino el 4 de marzo de 1974. Ya era la España postcarreroblanco, por más que Salvador Puig Antich no tuviera ocasión de apreciar las diferencias.
Oportuno colofón, se nos hace, la portada de 'Últimas tardes con Teresa' protagonizada por la modelo danesa Susan Holmquist, una de las musas de la "gauche divine" barcelonesa, fotografiada por Oriol Maspons. Pensar que esa "empoderada" imagen fue polémica allá por el año 1966.
[1] Después de publicado el apunte advertimos que el dúo Caín dedica su viñeta de hoy en La Razón al fallecido escritor.
P.S.- Tom Gauld publica hoy en The Guardian una deliciosa guía de buenas prácticas para aficionados a las librescas aventuras. Y se juega una acusación de racismo con la equivalencia personas-hobbits que plantea.
Aprovechamos para añadir también la campanera onomatopeya aportada hoy por Argote desde Deia.
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