Almudena es nombre de novela tituló Lola Pons su despedida a la recientemente fallecida escritora madrileña. Un texto que cabe encuadrar en un subgénero que bien podríamos llamar obituario colateral. En este caso un recorrido por algunos nombres propios, fundamentalmente literarios (notable excepción es Caridad Rigores), que desemboca en una confesión de admiración hacia la obra de ese antídoto contra la indiferencia que es Grandes.
Buen ejemplo de esto último es la polémica suscitada por el insuficiente apoyo recibido por la propuesta de nombrarla hija predilecta de Madrid. Un debate que nos lleva a incurrir en la indelicadeza de apostillar a La defensa de Madrid de Almudena Grandes, que ayer publicaba El País, la desafortunada última referencia a su ciudad que la escritora dejó en la columna "Mi virgen y yo" [nada dejó, en cambio, sobre la declaración del Paisaje de la Luz como Patrimonio de la Humanidad]. Unos dicterios que el diario madrileño se encargó de agitar desde un tuit que ha sido eliminado, pero no suele faltar quien se encargue de conservar estas cosas (y resulta interesante compararlo con el mucho menos beligerante tuit de la propia autora sobre ese artículo).
Tal y como vaticinábamos en el último dominical resumen, Almudena ocupó el lunes la sección de Sciammarella, pero hasta el jueves no vimos sumar desde las secciones de humor de prensa ningún otro homenaje al del navarro JJ Aós ya reseñado el pasado sábado. Fue J. Morgan quien llevó a su viñeta del diario Canarias 7 una cita que optó por no acompañar con imagen de la escritora. La caricatura no es su fuerte. Pero muy expresiva muestra de los desencuentros que suscita Grandes nos parece esa militante confusión del perdón con el olvido. El sempiterno 'Nos interesa que haya tensión'.
Volvemos con Lola Pons, pero ahora con su semanal colaboración radiofónica en la Cadena Ser. Y exceso de ambición temática vemos en Francia en España. Una intervención que comienza con la enumeración de otras lenguas habladas en el vecino país, además del francés. Una relación en la que no podía faltar el occitano, pero que no incluye, para seguro pasmo de algún oyente, mención alguna al catalán.
Particular detenimiento presta la lingüista sevillana a la importación de chef, llegado como xefe (s. m. El primero, principal, superior y cabeza, que manda, rige y gobierna en algun exercicio, ó empleo á todos los individuos de él. Præses, dux.) y posteriormente evolucionado a gefe y jefe (Drae 1884). A ello se suma el culinario uso de la forma original chef que fue incorporada al Diccionario académico en el año 2001.
Oportuno final es la canción Mambrú se fue a la guerra, versión española de la canción infantil gala Marlbrough s'en va-t-en guerre (audio V. O.; recuérdese que el nombe original es Marlborough) que, según se explica, fue traída a nuestro país por las nodrizas de los borbones.
Proseguimos con los guiños literarios que hemos encontrado en el humor gráfico reciente. César Oroz realizó una futbolera aplicación del título de la novela de Ward Greene popularizado por la película 'La dama y el vagabundo' (Lady and the Tramp, 1955) basada en la misma. Debajo, una caperucita de José María Nieto en el Abc de Castilla y León vinculada con el desmesurado ecologismo a la carta [no hay ... para hecerle eso a la Generalitat] aplicado en el polémico cierre de la estación de esquí de Navacerrada.
Concluimos esta primera parte con una invitación a leer algunas interesantes reflexiones de Antoni Puigverd en el artículo Política y lengua: una paradoja publicado el martes en La Vanguardia.
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