Comenzamos con el eco en las secciones de humor de la prensa del lunes de la manifestación convocada en Madrid. Miki y Duarte metieron en danza a García Page, Vergara a lo suyo con un forzado equívoco y Sansón con una ironía sobre los asistentes habituales a las convocatorias del PP. Luego hay quien pretende que el problema de la natalidad sea de naturaleza económica.
Los muy futboleros Idígoras y Pachi buscaron el martes un relevo para Xavi, mientras que JM Nieto no olvidaba incluir una estatua a Puigdemont en su remodelación de la escalinata del Congreso. Una reforma que nos invita a recordar dos catalanizaciones del edificio diseñadas por Tomás Serrano que nos traemos desde el CLIPDA DC: El frontispicio del Congreso de los Diputados (publicadas en El Español el 18/5/19 y el 29/11/19).
Les dejamos con una lúcida, como de costumbre, columna de Daniel Gascón.
La penúltima línea roja
Daniel Gascón (El País, 1/2/24)
Sería más rápido que la ley amnistiara a todo independentista de cualquier delito que pueda cometer y que para mayor seguridad la protección afectara tanto al pasado como al futuro
El Gobierno de progreso ha anunciado la creación de un comité de expertos que ataje el consumo de pornografía por parte de menores mientras las votaciones parlamentarias se convierten en una snuff movie donde Junts tortura al presidente. Como ha señalado Manuel Arias Maldonado, el elemento pornográfico central de la legislatura es el pacto de impunidad por votos en que se sostiene el actual Gobierno: de ese modo se justifica la extensión de un privilegio medieval. No hay otra cosa que poder; es la consagración de una visión cínica de la democracia. Así, se habla sin reparos de dibujar la ley de amnistía para sortear las actuaciones judiciales: se discute con seriedad la manera de alejar crímenes de la justicia, como quien deja los medicamentos fuera del alcance de los niños. Se establecen diferencias y límites: son regateos en una transacción corrupta.
Por suerte, hay momentos de alivio cómico: el hecho de que Junts per Catalunya vote contra una ley que ha impuesto Junts per Catalunya, el espectáculo formidable de la propaganda gubernamental presentando la derrota de Sánchez —¡se plantó!; ¡ahí están Vox, el PP y Junts votando lo mismo!— como una nueva victoria: esta vez no había que hacer de la necesidad virtud; todo es bueno para el progrés. Hacemos descubrimientos fascinantes: esta semana Junts no ha vuelto a la escondida senda constitucional, los partidos que diseñaron una república catalana donde el Tribunal Supremo estuviera sometido al poder ejecutivo critican la independencia judicial, las fuerzas políticas cuyo objetivo es destruir el Estado no están interesadas en propiciar la estabilidad gubernamental, los partidos que condujeron su comunidad autónoma al enfrentamiento social y político son socios incómodos, y un tipo que huyó de la justicia en un maletero no es fiable del todo.
Se critica que el PSOE hable de líneas rojas. Cada vez que menciona una, la traspasa: más que una barrera son un objetivo. Para saber cuál es el paso siguiente, lo mejor es ver lo que niega que vaya a hacer. Sería más rápido que la ley amnistiara a todo independentista de cualquier delito que pueda cometer y que para mayor seguridad la protección afectara tanto al pasado como al futuro. Pero entretanto las líneas rojas son una táctica dilatoria. Se trata de ir graduando las concesiones, como en la parábola de Aquiles y la tortuga. Marcar y cruzar líneas rojas es la única estrategia.
[1] La primera viñeta que tenemos registrada sobre esa inquietante conexión con el siniestro régimen de Putin es la de Tomás Serrano del 22/11/19. Al día siguiente de sumó Anthony Garner desde El Periódico de Catalunya con un poco garboso bailarín.
En octubre de 2020, un mes en que la embajada rusa se permitía bromear sobre el ofrecimiento de un cotingente militar con un tuit impropio de una representación diplomática, coleccionamos dibujos de Gallego y Rey, JL Martín (¡No es mala idea! Proponemos a Putin que vaya enla lista de Puigdemont) y nuevamente Anthony Garner.
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